Etapa 18ª del Tour de Francia, en la bajada después de subir el Col de Spandelles se produce este gesto que pasará a la historia del ciclismo.
EL ACTO
Estamos harto de ver deporte, situaciones en las que los deportistas expresan sus emociones y sentimientos en hechos que van a mil revoluciones por minutos, controlarlas por el sistema nervioso no es fácil cuando se trata de la élite al más alto nivel deportivo. Estas acciones se traducen al final en el acto deportivo.
Este acto deportivo tiene un único fin, la victoria. Cuantas veces desde pequeño nos han dicho que hay que saber perder, mientras otros nos decían que hay que saber ganar. Estas dos frases forman parte de la grandeza de un deportista o equipo, en saber ganar y saber perder.
EL LANCE
Pogacar no soltaba a Vingegaard subiendo por lo que tuvo que arriesgar en la bajada previa al último puerto del día, el temido Hautacam. En el mundo del ciclismo esto se conoce como provocar que tu rival asuma riesgo bajando (miedo, caída, fallo mecánico, salida de pista, etc.). Lo hubo, el danés tuvo un susto, la rueda trasera le saltó y casi va al suelo, el esloveno aprovechó para tirar cogiendo unos metros de ventaja que fueron rápidamente contrarrestados por Vingegaard. Hasta aquí todo perfecto, nada que objetar porque es lance del ciclismo.
Iban solos ellos dos y en ese ímpetu de arriesgar Pogacar va al suelo en la salida de una curva, Vingegaard se da cuenta y lo espera, en el reencuentro el esloveno le da la mano en señal de agradecimiento para continuar juntos de nuevo la batalla. Hasta aquí nada que objetar porque es otro lance del ciclismo.
Diferente es ir en grupo, caerse y que el resto de ciclistas sigan porque este lance de carrera no tiene nada que ver con el anterior.
EL CICLISMO
El ciclismo tiene connotaciones que otros deportes no tienen, su idiosincrasia nos invita a la gesta, a la hazaña, a la épica, a la batalla, al respeto, en ese gesto de Vingegaard de un modo intrínseco vemos todos estos calificativos (que sabremos nosotros lo que han compartido ellos dentro del pelotón). En este Tour de Francia que hemos vivido, tan grande ha sido el ganador como el derrotado y su victoria ha sido grande porque el perdedor ha sido enorme.
LA AFICION
En la antigua Roma cuando los gladiadores peleaban a muerte y uno era derrotado el Emperador decidía el destino del perdedor, mano apretada con pulgar hacia arriba continuaba con vida, mano apretada con pulgar hacia abajo sentencia de muerte. El público o afición del Coliseo manifestaba también su opinión, pero la decisión final era del Emperador.
A posteriori la afición opina de forma dispar, debería haber seguido piensan algunos, otros que la espera fue lo correcto, ambas posturas son respetables, pero nada lo es más que la decisión final del Emperador de este Tour de Francia 2022, el Sr. Jonas Vingegaard Rasmussen.