El Millennium Stadium de Cardiff, ha sido testigo de una nueva batalla entre dos de los colosos del rugby Europeo, Gales e Inglaterra. Tras un final de infarto, el XV de la rosa, ha ganado el encuentro en el último suspiro, con un marcador de 21 a 16, dejando a una selección de Gales con la amarga sensación de haber permitido que la victoria se le escapase de las manos.
La segunda jornada del torneo de las VI Naciones de Rugby nos ha dejado uno de esos partidos que hacen afición, lleno de emoción y con una rivalidad más que manifiesta entre dos de los reyes de este torneo. El XV del dragón se presentaba ante su publico con: Evans, Owens, Francis, Ball, AW. Jones (c), Warburton, Moriarty, Tipuric, Webb, Biggar, S.Williams, J.Davies, L.Willians, Halfpenny , Cuthbert y con su entrenador Rob Howley a la cabeza. Por su parte el equipo inglés, lo hacía con: Marler, Hartley (c), Cole, Launchbury, Lawes, Itoje, Hughes, Clifford, Youngs, Ford, Farrell, Joseph, Daly, Brown, Nowell, dirigidos por Eddi Jones.
El partido comenzaba con una selección galesa dispuesta a dominar el juego y a marcar el ritmo del encuentro; no en vano, pronto se puso por delante en el marcador, con un golpe de castigo transformado por el gran Halfpenny. El XV de la rosa no estaba dispuesto ha verse superado y puso la igualada en el marcador con otro golpe de castigo transformado por el chico de oro; Owen Farrell. En ese momento el combinado inglés tomó la iniciativa y los dragones trataban de achicar agua, manteniéndose fuertes en defensa. Pasados los momentos de apuro, el equipo de Gales recuperó las buenas sensaciones y el buen juego, igualándose la contienda en la última parte de la primera mitad. En el minuto 37 llegaba el ensayo gales, junto con la pertinente conversión, lo que dejaba el marcador al final del primer asalto en un 13 a 8 a su favor.
Gales comenzó la segunda parte teniendo el domino del juego y llevando la iniciativa, lo que llevó al conjunto inglés a pasar verdaderos momentos de apuro. A pesar de todo, el XV de la rosa no le perdía la cara al partido y supo mantener sus opciones en todo momento. Lo cierto es, que la vieja máxima del rugby, que recomienda no abandonar la línea 22 contraria sin conseguir puntos, se hizo patente y Gales no fue capaz de lograr el ansiado ensayo. Esto permitió a los ingleses asestar el zarpazo decisivo en el minuto 75 con un ensayo que valía su peso en oro. Owen Farrell no falló la conversión, dejando el marcador en 16 a 21 a favor del combinado inglés.
La amargura de los jugadores galeses quedó patente en sus caras tras la conclusión del encuentro, ya que eran conscientes de haber perdido una buena oportunidad de sumar su segunda victoria en este torneo, y ya de paso, derrotar al equipo inglés. El XV de la rosa, por su parte, logra una nueva y sufrida victoria, mostrando al mundo del rugby, que esta rosa es capaz de sacar sus espinas en el momento menos esperado.
Fuente de la foto: twitter oficial de la selección inglesa de rugby.
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