Análisis Balonmano Opinión

España ilusiona de nuevo

Comienza un nuevo ciclo olímpico en el mundo del balonmano. Cuatro años para los próximos Juegos Olímpicos. Un solo objetivo para el balonmano español: volver. Porque así lo merece este deporte, por los jóvenes que estos días nos han dado ilusión y esperanza en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas y por todos aquellos que vivimos el balonmano día a día. El primer paso: Mundial de Francia 2017.

Jordi Ribera, batuta en mano, en el cargo de míster. El nuevo sheriff ha llegado a la ciudad. Con novedades que gustan. Este pasado fin de semana hemos podido disfrutar del Torneo Internacional de España (TIE), que siempre organiza la Federación antes de los mundiales y europeos. Este nos ha dado un sueño para este mes de enero. Comandados por su nuevo coach los hispanos han dado señales de poderío.

Mañana empieza el Mundial y los nuestros, los que ya estaban y los nuevos, parecen muy enchufados. Con un juego más directo, renovado, rápido, dinámico en general. Hay cosas que no cambian, muchas porque no deben cambiar, pero lo cierto es que no es lo mismo esta selección española que la vista anteriormente. Incluso con un Subcampeonato de Europa el pasado enero de 2016, que no, no significa nada, porque hay que mirar al futuro.

David Balaguer, Costoya, Iosu Goñi, Rodrigo Corrales y Ángel Fernández son los nuevos nombres. No han venido a resguardarse detrás de los veteranos. Han dado un paso al frente y no tiene pinta de que se vayan a achantar ahora. Eran la renovación necesaria.

Y sí, seguimos con poco lanzamiento exterior. Cañellas, Dujshebaev o Entrerríos nos pueden regalar algún fusil desde más allá de los 9 metros, pero todos sabemos que no vamos a vivir de eso. Sin Maqueda por decisión técnica, el equipo gana mucha velocidad en el lado derecho del ataque. Gurbindo, Tomás, Balaguer y el ya mencionado Dujshebaev son jugadores de finta, explosivos, con recursos de lanzamiento.

El equipo sigue viviendo de una retaguardia más que notable. Con Viran Morros y Gedeón Guardiola en el centro de la defensa, no solo tenemos seguridad para defender, sino que tenemos un contragolpe interesante. Todos hemos visto a ambos sumar al casillero en acciones de este estilo. Además de contar con cuatro extremos de garantías en este arte. De todas maneras, por si fallan, tenemos a Gonzalo Pérez de Vargas detrás. Casi nada. Su compañero será Rodrigo Corrales; una presencia más que merecida. Un par de porteros que tienen un sobresaliente presente y un prometedor futuro.

Como nota a destacar, teniendo en cuenta lo sucedido en el TIE, el nivel táctico del equipo es mejor. Tienen más recursos. Pudimos ver un juego de 7 en ataque que promete alguna alegría que otra. Dos pivotes grandes bien abiertos, Figueras y Guardiola, y a partir de ahí, hagan juego. Y siempre nos quedará Aguinagalde para pegarse con todos en los 6 metros.

Más allá de la ilusiones, hay que ser precavido. Vamos a Francia, y las cosas no van a ser fáciles. Aunque los mundiales tras los JJOO sepan un poco menos sabrosos, se trata de una estrella más que puedes coser en el pecho del balonmano de todo un país. Más allá de rivales veremos una selección que peleará y en la que todos se sienten importantes. Así ha parecido en el TIE y así lo deseamos todos.

Parece que el balonmano masculino español ha sabido rehacerse tras la decepción que supuso no estar en los JJOO. Parece que camina con paso firme hacía un nuevo reto. Hay que soñar. Visto lo visto, parece que podemos hacerlo.

Fotos vía: Lainformación.com y marca.com

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