El central del Real Madrid volvió a aparecer en la recta final del encuentro para salvar a su equipo, esta vez, en el Camp Nou.
Otra vez, el de siempre y como siempre. La cabeza de Sergio Ramos volvió a ser la clave del Real Madrid. Y, por si eso fuera poco, el centro es de otro viejo conocido, Luka Modric, y a balón parado. Qué recuerdos de Lisboa, o del primer gol que silenció el Allianz y cerró la boca a Neuer no sé. Les dejo elegir. La cosa es que Ramos volvió a aparecer, resurgió en el minuto noventa para silenciar el feudo blaugrana y rescatar un valioso punto para el Real Madrid, que sigue líder sin perder. Y ya van treinta y tres jornadas. Esta flor la verdad que da para hacerse un buen ramo ya.
Sergio Ramos volvió a aplicarle al Barça la misma medicina que ya conocen otros equipos españoles, como el Sevilla, que ya tenía cerrada la Supercopa de Europa hasta que el central madridista apareció en el minuto 93, o el Atlético de Madrid, que sufrió dos celebraciones de Ramos en dos finales de Champions, aunque la más dramática fue la primera sin duda, cuando el central se elevó por encima de todos para poner el empate gracias a un testarazo sublime e inalcanzable para Courtois. Ayer la víctima fue el eterno rival.
El tanto de Sergio Ramos fue la culminación, eso sí, a uno de los peores Clásicos que se recuerdan. La primera parte no gustó a nadie. Pero no por un equipo en concreto, sino que por los dos. De hecho lo más destacable son dos claros penaltis (uno para cada lado) y un centro de Marcelo desde la izquierda que Piqué desvió a córner, aunque a punto estuvo de meterse el balón en su propia portería. Los primeros cuarenta y cinco minutos del mejor partido del mundo fueron eso. Nada.
La segunda mitad tuvo más chicha. El Barça se adelantó gracias a un tanto de Suárez tras un saque de Neymar. Para mí, la polémica no es la posición de Suárez, difícil de ver porque son milímetros en milésimas de segundo. Lo realmente cuestionable es la falta. Coincido con Varane. No es falta. A partir de ahí, el Barça pudo cerrar el encuentro, sobre todo en una acción en la que el propio Neymar disparó alto delante de Keylor.
El partido agonizaba, y en otra falta lateral el fútbol hizo justicia. Era un partido de empate, y Ramos se encargó de ello. ‘El Camero’, el hombre de ‘La Décima’, el hombre del Mundial de Clubes, el hombre de ‘La Undécima’ y el hombre de la Supercopa de Europa ya es el hombre que deja al Madrid con una cómoda ventaja de seis puntos tras haber visitado el Calderón y el Camp Nou. En la cabeza de Ramos volvió a estar la solución. Próxima parada, quien sabe si será, el Mundial de Clubes.
Imagen destacada: publico.es
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