Hay un tema que siempre me ha preocupado, y es cómo hacer que los niños y niñas en la etapa de Primaria, se enganchen al baloncesto y lo practiquen.
Recorriendo los patios de colegio por los que he pasado de maestro de Educación Física, lo frecuente es encontrar a los niños y niñas vestidos con equipaciones de fútbol y utilizando cualquier material que ruede para jugar un partido de fútbol. No necesitan porterías: cualquier mochila o piedra hace las veces de ésta. El «raro» es aquel que en su tiempo libre quiere jugar a baloncesto. Por fortuna, gracias a varias actividades, en el último centro que he estado, esta situación no ha sido así. En muchas ocasiones, durante las clases de Educación Física, al dedicar tiempo a la libre exploración de materiales, los practicantes de baloncesto han ganado al resto y se han empezado a ver equipaciones de jugadores de la NBA entre los alumnos y alumnas del colegio.
Es evidente que nuestro deporte tiene una dificultad añadida y es que se necesitan canastas, y que estén adaptadas a la edad de los niños de Primaria. No hay nada más frustrante que ver a un niño lanzando a canasta y ver que, uno tras otro, sus tiros no tocan aro.
Por ello, es fundamental que a la hora de acercar el baloncesto a los colegios, se cumplan una serie de premisas:
- Tener canastas de minibasket u otras que sean de una altura similar.
- Tener balones para todos. Aquí las federaciones y asociaciones podrían ayudar a fomentar nuestro deporte repartiendo balones en los centros. Deben ser de diferentes tamaños para adaptarse a las edades de nuestros alumnos.
- Fomentar en todo momento el aspecto lúdico del juego, utilizando el juego en todas sus facetas. Juegos de bote, de lanzamiento, de pases… que acerquen al baloncesto y que hagan que todos y todas practiquen todas las facetas.
- Hay actividades que hacen que nuestros alumnos y alumnas conozcan a los implicados en nuestro deporte. Debemos hacer que conozcan a jugadores, árbitros, entrenadores… Aunque es difícil luchar contra los medios de comunicación, una vez que se les «engancha» el aficionado al baloncesto es muy fiel. En mi centro hemos invitado a un árbitro ACB, a entrenadores y a un equipo de baloncesto en silla de ruedas, para que los alumnos y alumnas hablen, interactúen y jueguen con ellos. El resultado no ha podido ser más positivo.

