Checo Pérez reapareció este jueves en Imola para comenzar su andadura con Cadillac 339 días después de subirse por última vez al Red Bull la pasada campaña. Y lo hizo con un Ferrari SF-23 en vez de un monoplaza de su nueva escudería. Y mucha gente se pregunta por qué el piloto mexicano condujo un coche de la marca italiana en estos primeros tests en su regreso a la Fórmula 1.
Según información publicada por medios especializados como Motorsport y Planet F1, las pruebas realizadas en Imola contaron con una logística importante. Cadillac operó desde los boxes 16 y 17. Ahí se reunió a un grupo de alrededor de 20 trabajadores propios. Todos ellos colaboraron directamente con unos 30 técnicos de Ferrari. La marca italiana no solo suministra la unidad de potencia, sino también el monoplaza empleado para el test.
El coche que utilizó Checo Pérez correspondía a la temporada 2023. Antes de llegar a manos del mexicano, el vehículo fue revisado y rodado en Fiorano por Arthur Leclerc, piloto de pruebas de Ferrari y hermano de Charles Leclerc, con el fin de confirmar que todo estuviera en orden para la sesión.
¿Por qué Checo Pérez se subió a un Ferrari?
Las reglas actuales de la Fórmula 1 permiten que los equipos prueben coches que tengan más de dos años. Esto se conoce como TPC. Gracias a esta excepción, Cadillac pudo realizar su primera práctica real fuera del simulador utilizando un monoplaza antiguo cedido por Ferrari. Esta colaboración hizo posible que el equipo empezara a recopilar información en pista antes de tener su propio coche listo.
Mientras tanto, Cadillac continúa trabajando en el desarrollo del monoplaza con el que debutará en 2026. El proyecto sigue en marcha y estas sesiones previas sirven para ajustar métodos de trabajo y recopilar referencias útiles entre mecánicos y en este caso con Checo Pérez. Todo forma parte del proceso para llegar en buenas condiciones a los entrenamientos privados de pretemporada, que se celebrarán del 26 al 30 de enero en el circuito de Cataluña.
La participación de Checo Pérez en estas pruebas supone su regreso a la actividad después de un año completo sin competir. El mexicano decidió tomarse un descanso tras cerrar 2024 con una temporada difícil, en la que pasó de ser subcampeón a terminar octavo en la clasificación general. Durante ese tiempo se enfocó en su familia y en evaluar los siguientes pasos de su carrera. Pero ha encontrado en Cadillac un nuevo proyecto que le ilusiona.
Buscar el “máximo realismo posible”
Graeme Lowdon, jefe de Cadillac, estuvo presente en el primer día de rodaje de Checo en Imola y habló para los medios de comunicación presentes: “En realidad, lo que nos interesa son las pruebas actuales del equipo. Queremos usar un coche porque, en todas las simulaciones que hemos mencionado, intentamos que sean lo más realistas posible”.
“Hay que conseguir que los mecánicos se acostumbren a la memoria muscular que supone manejar un coche de F1. Hay que saber colocar las mantas térmicas a los neumáticos, y luego está el tamaño del coche, el calor que desprende y la presencia que tienen”, añadió el jefe de la nueva escudería de la Fórmula 1 donde pilotarán el mexicano y Valtteri Bottas.
Ese período de pausa terminó cuando, en agosto, tanto Cadillac como el propio Checo Pérez oficializaron su unión para encabezar el nuevo proyecto de la marca en Fórmula 1 a partir de 2026. Su compañero será Valtteri Bottas, otro piloto con amplia experiencia en la categoría, aunque él no pudo participar en el test debido a que aún tiene contrato vigente con Mercedes y no puede trabajar con otro equipo hasta que finalice la temporada actual.
