Noche de buen baloncesto la vivida en el Oracle Arena esta madrugada del miércoles a jueves, en la que los Golden State Warriors se impusieron con más sufrimiento de lo previsto en un inicio a unos Toronto Raptors que no dieron el partido por perdido hasta los segundos finales.
A punto estuvimos de quedarnos sin encuentro a las primeras de cambio. Los locales pusieron un marcador de 4-22 en apenas 5 minutos, ante la pasividad de unos Raptors que no sabían ni por dónde les estaban llegando los golpes. Durante el primer cuarto los Warriors demostraron la máquina anotadora que pueden llegar a ser cuando simplemente les apetece. Al final de este periodo el resultado era de 17-42, y los de la Bahía habían anotado canastas de todos los colores: triples tras un gran movimiento de balón, mates en contraataques fugaces, bandejas en entradas por autopistas de libre circulación, y por supuesto, no faltaron los tiros kilométricos que tanto le gustan a Stephen Curry.
Seguramente muchos de los que quedaban despiertos a esas altas horas de la madrugada, en la que empiezan los duelos que se disputan en la Costa Oeste, se fueron a dormir en ese momento. Mal hecho. Toronto es uno de los equipos que está luchando por ser el campeón de los pobres, aquellos que se encuentran justo por debajo de esos dos mastodontes que son los mismos Golden State y los Cleveland Cavaliers. Este miércoles fueron capaces de remar hasta el final a pesar de tener todo en contra. Cualquier otro conjunto habría sacado la bandera blanca a las primeras de cambio y después de ver la que les estaba cayendo. Toronto Raptors, no.
El primer arreón lo dieron ya en los segundos doce minutos. Tras un intercambio de canastas entre las segundas unidades de cada uno, ya con los titulares de vuelta a la cancha los visitantes lograron rebajar la diferencia hasta los cinco puntos (53-58) a falta de dos minutos y medio para el descanso. Pero cuando mejor se ponía el partido, los Raptors volvieron a sufrir en primera persona la mayor de las cualidades del denominado SuperTeam.
En esos escasos dos minutos que restaban, Toronto encajó de nuevo un parcial de esos que te dejan con las ganas de tirar la toalla. Esos que solo Golden State es capaz de hacer, abriendo una brecha prácticamente imposible de cerrar en menos de lo que canta un gallo. Todo ello por supuesto imprimiendo un ritmo de otro planeta, provocando un caos baloncestístico en el que únicamente ellos saben establecer un orden. Es su orden
55-72 y a vestuarios. De nuevo, otro equipo se hubiera rendido, y más aun sabiendo que están en back to back y que el jueves tienen un nuevo partido dentro de una gira por el Oeste que recién se encuentra en su ecuador. ¿Para que mal gastar energías teniendo enfrente un equipo superlativo al que va a ser ultra complicado remontar, y no pensar ya en el partido de mañana? Los Raptors no piensan así, Dwane Casey no piensa así, DeRozan y Lowry no piensan así.
Así llegamos al tercer periodo, en el que fue un quiero y no puedo de los de Canadá. Cada vez que se acercaban mínimamente en el luminoso, nuevo tirón de los locales. Que Lowry encestaba un triple, a la jugada siguiente hacía lo mismo Klay Thompson; que DeRozan iba a la línea de personal tras un intento de entrada a canasta, Iguodala anotaba tras una magistral asistencia de Green. Los Warriors eran capaces de contrarrestar cualquier intento de embestida de los Raptors, dejando al final del cuarto un resultado de 87-104 que parecía que sería suficiente.
Suficiente para otros, no para ellos. Último cuarto, última oportunidad de hacerse grandes, en uno de los mejores pabellones posibles, ante uno de los dos mejores equipos del planeta, con todo en contra. Escenario de oro para demostrar que este año sí son equipo grande. Sacaron fuerzas donde seguramente ya no las había, y en una exhibición de todo el equipo se pusieron de nuevo a tiro de piedra. Ventaja de cinco puntos para los locales y dos minutos por jugar. Cierto es que a esto ayudó mucho la desidia de los Warriors, la peor y quizá única enemiga (dejando de lado a los Cavs) de un equipo que se sabe muy superior al resto. Tras salir de un tiempo muerto y después de una bronca de Steve Kerr, dos puntos de los Raptors en los últimos 120 segundos de juego. No pudo ser, pero debemos agradecerle la garra y las ganas con la que jugaron, las cuales nos permitieron disfrutar del espectáculo hasta el final.
Como comentábamos, los Raptors juegan de nuevo esta misma madrugada, ahora contra un rival bastante más asequible como son los Suns. Van a agradecerlo después de la paliza de este miércoles. A pesar de la derrota, siguen cómodamente viviendo en la segundo plaza de la Conferencia Este y a tan solo un partido y medio de Cavaliers. Por su parte, los Warriors siguen en la cabeza de la Conferencia Oeste y descansan hasta el sábado, día en el que recibirán a unos Mavs que están firmando su peor temporada desde hace más de una década.
Ficha técnica:
111 – Toronto Raptors – Carroll (11), Valanciunas (7), Lowry (27), DeRozan (29), Siakam (0) – quinteto inicial – Ross (24), Patterson (5), Joseph (4), Powell (2)
121 – Golden State Warriors – Durant (22), Green (14), Pachulia (8), Curry (28), Thompson (21) – quinteto inicial – Iguodala (11), Clark (9), Livingston (2), West (2)
Pabellón – Oracle Arena, Oakland, California
Asistencia – 19.596 espectadores
Árbitros – Ed Malloy, Nick Buchert, Gary Zielinski
En el resto de partidos de la noche jugados hasta el momento se dieron los siguientes resultados:
IND 105 – 111 WAS / CHA 120 – 101 ORL / NYK 98 – 102 ATL / MIL 119 – 94 DET / BKN 99 – 101 CHI / LAC 98 – 102 NOP / PHX 98 – 119 SAS / MIN 103 – 105 DEN / SAC 89 – 102 PTB
Foto destacada vía: nba.com
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