Por lo que significa, por lo que ha significado, y por lo que aún puede llegar. El Txingurri Valverde encara la que puede ser su última temporada al frente del banquillo del Athletic de Bilbao, y que mejor manera de despedirse de su afición que consiguiendo un nuevo título con el que cerrar una magnífica etapa en el club vasco, y quien sabe, tener la oportunidad de volver a ver cómo la Gabarra desciende por el río Nervión.
Hace ya 32 años que la embarcación vasca más emblemática y querida por los aficionados del Athletic no surca las aguas del País Vasco, y no habrá sido por falta de oportunidades, ya que si bien es cierto que el palmarés del club en estos últimos tiempos no es para nada bueno, no nos podemos olvidar de la Supercopa de España ganada el año pasado al FC Barcelona, con la que se acababa con una sequía de títulos de algo más de tres décadas. La sección femenina del club también ha reabierto el debate de si sacar o no la gabarra al proclamarse hace un mes campeona de la Liga femenina de fútbol, aunque como ocurriese hace un año, los encargados de llevar a cabo esta tradición decidieron que la ocasión quizás no estaba a la altura.
El pasado mes de marzo, Ernesto Valverde (Viandar de la Vera, 9 de febrero de 1964) ampliaba su contrato con el club bilbaíno por un año más, en el que tras haberse clasificado para la Europa League en esta última campaña regular, tendrá una triple oportunidad de alzarse con un trofeo, aunque es más que conocida la dificultad de desbancar al Barça y al Real Madrid del campeonato liguero. Por ello, sería entendible que los leones concentrasen sus fuerzas tanto en la competición europea, como en su torneo fetiche: La Copa de S.M. el Rey.
Para conseguir su objetivo, Valverde contará de nuevo con el grueso de su plantilla, ya que tras conocerse la negativa de Aymeric Laporte al Manchester City y su posterior renovación con el club vasco, podrá ser de la partida junto a Aduriz, Williams, Beñat, y el resto de indiscutibles para la siguiente temporada.
Una plantilla que como no podría ser de otra manera se encuentra repleta de canteranos, alargando así esa tradición del club de contar (casi) exclusivamente con jugadores formados en su cantera o en clubes de Euskal Herria, tal y como publica el club en su página web.
Una plantilla de la casa dirigida por un técnico de la casa, de otra forma no podría explicarse ese vínculo tan especial que une a jugadores y entrenador, y que se plasma de forma tan clara sobre el terreno de juego.
Ernesto Valverde ha mamado desde pequeño la filosofía del Athletic de Bilbao, y quizás así se pueda explicar esa relación casi mística que mantiene con el espíritu de San Mamés, ya que se ha convertido en el primer y único entrenador del club hasta la fecha en dirigir al equipo tanto en el anterior estadio como en el Nuevo San Mamés.
La madurez de su trayectoria como jugador le llegó en el club de sus amores, en el que a cualquier aficionado del Athletic le embriagaría la nostalgia si recordase esa magnífica dupla que formaba con el que actualmente es el encargado del filial, el “Cuco” Ziganda, ambos bajo las órdenes de Javier Clemente.
Lejos quedan ya las desavenencias sufridas con la cúpula directiva en su primera etapa (2003-2005) como entrenador del club vizcaíno, y que bonito sería ver como todo lo que Valverde y el Athletic de Bilbao se han aportado mutuamente a lo largo de todos estos años, se ve recompensado la temporada que viene por el fútbol, ya fuese con títulos o con paseos en embarcación, que a fin de cuentas, en Bilbao significa lo mismo.
Foto destacada: Vía fcbarcelonanoticias.com
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