El “rey de la tierra batida”, absoluto dominador histórico del torneo parisino, ha conseguido hoy clasificarse por décimotercera vez para la gran final del torneo de los mosqueteros. El único grand slam sobre polvo de ladrillo, Roland Garros, vuelve a ver al español Rafa Nadal en el último escalón antes de conseguir la ansiada copa. Y en una nueva pista Philippe Chatrier, renovada y por fin techada para superar las inclemencias del tiempo parisino. En la edición de este año desde luego se ha amortizado esta inversión mastodóntica del torneo, sin la cual habría sido complicadísimo sacarlo adelante.
Un partido a priori muy igualado
Así se presentaba este Nadal – Schwartzman, sobre todo si tenemos en cuenta que hace algo menos de tres semanas “peque” doblegó a Rafa en Roma. Y más aún ante el excelente nivel que el argentino ha mostrado en esta edición de Roland Garros. En el camino hacia esta semifinal se deshizo cómodamente de Kecmanovic, Giustino, Gombos y Sonego, sufriendo solamente (y de qué manera) contra Dominic Thiem, uno de los principales favoritos al triunfo final, al que consiguió doblegar tras más de cinco horas de partido en cinco sets en un partido memorable.
Rafa Nadal, por su parte, venía de batir a todos sus rivales en tres sets y con una superioridad bastante clara, excepto quizá en el caso de Jannik Sinner, que en el partido de cuartos de final consiguió arrancarle un tie break, el único que ha jugado en todo el torneo. Pese a esta superioridad, no se ha visto al mejor Nadal de la historia, probablemente a causa de las condiciones climáticas y la tan cacareada nueva pelota Wilson y su dureza. Esto nos hacía prever un partido a cara de perro entre los dos, con un poco de suerte tan memorable como el Schwartzman – Thiem.
Inicio muy prometedor
Desde el primer juego, donde se han alargado diez minutos de durísimos intercambios y una igualdad pasmosa, con cuatro deuces y hasta dos puntos de break a favor del argentino, se ha visto que la batalla iba a ser sin cuartel. Sin embargo, tras conseguir superar este primer juego con éxito, Rafa Nadal ha sido capaz de presionar, con una gran variedad en su juego y un revés más preciso y rápido que en partidos anteriores, el servicio de su rival y conseguir el primer break a su favor. Diego ha conseguido devolverle la rotura del servicio en el siguiente juego, jugando de tú a tú al grandísimo campeón. Pero Rafa no se deja amedrentar con facilidad y de nuevo se ha puesto por delante haciendo trabajar su derecha prodigiosa. Lo intentó de nuevo “peque” en el siguiente juego, pero el resultado fue el mismo que en el primer juego: Nadal se lo anota y camina firme hasta el final del set. 6-3 para Rafa y primer parcial al zurrón.
Rafa se asienta sobre la pista
Lo ha intentado Schwartzman en el segundo set. Tras ver que no ha podido con Rafa con las dinámicas de intercambios largos que ha desarrollado en el primer parcial, Diego ha pasado a intentar ser más agresivo, pero eso le ha hecho perder consistencia y Nadal se ha aprovechado de eso y de qué manera. Ya en el tercer juego le ha birlado el servicio y ha ido alternando buenos puntos dominando con su derecha con intentos frustrados del argentino de contrarrestar ese dominio que acababan con errores no forzados. Un break más ha servido para rubricar el set de manera brillante, hundiendo un poco más las esperanzas del porteño.
Un tercer set sorprendente
El nivel de Rafa Nadal ha caído ligeramente una vez avanzado este tercer parcial, cuando el español ya iba con break a favor. Esto, unido a que Schwartzman ha apretado los dientes y lo ha puesto todo en la cancha central de Roland Garros, ha hecho que Diego recupere la desventaja por dos veces en el marcador. “Peque” ha conseguido forzar el tie break a Rafa con un gran pundonor y un espíritu de lucha admirables, pero la mala fortuna en forma de una subida de nivel del manacorí y a que ha encadenado varios errores en esta muerte súbita, ha hecho que Rafa remate el partido con un tie break en blanco a su favor.
Una final histórica
Eso es lo que se presagia para el próximo domingo en la pista central de Roland Garros. Rafa Nadal llega habiendo solventado sus partidos con autoridad y sin haber perdido un solo set, mientras que su rival, que presumiblemente será Novak Djokovic, solo ha sufrido en el partido contra Carreño, donde salió con evidentes molestias físicas que mermaron su nivel, y que no parecen estar ya presentes. El español acrecienta su leyenda en París tras acceder a su décimotercera final. Un dato aplastante para el de Manacor: ha jugado 12 finales en Roland Garros y las ha ganado las 12. Histórico sería también que el joven Tsitsipas llegara a la final, ya no solo por ser el primer jugador griego de la historia que lo conseguiría, sino por haberse deshecho del gran favorito como es Novak Djokovic. Aunque muy probablemente el partido sería menos disputado en este caso…
Fuente de datos e imágenes: www.atptour.com
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