Kristina Mladenovic, actual número 15 del mundo en el ranking WTA, ha demostrado ser capaz de lo mejor, pero también de lo peor. La jugadora gala ha tenido un año muy irregular, mostrando un tenis que dejó boquiabierto al mundo entero, pero que terminó quedando eclipsado por un final de temporada desastroso.
El año empezó muy bien para Kiki Mladenovic, llegando a la final de la Hopman Cup. A pesar de caer días más tarde en primera ronda del Open de Australia ante Ana Konjuh, demostró durante los meses de Febrero y Marzo ser una de las tenistas más en forma del circuito. Campeona en San Petesburgo, finalista en Acapulco, semifinalista en Indian Wells, y un 2/2 en la Fed Cup ante España, ponían punto y aparte a una gran primera gira en dura.
La tenista francesa tiró la puerta abajo, y todas las miradas estaban puestas en la temporada de arcilla, donde perdía la ventaja que le daba su gran servicio al tratarse de la superficie más lenta de las tres. Kiki estuvo a la altura de las expectativas, llegando a las finales de Stuttgart y Madrid ante Laura Siegemund y Simona Halep respectivamente y llevando ambos partidos al tercer set. Eso le obligó a descansar en Roma, donde perdió en primera ronda. Durante ese tiempo se preparó exclusivamente para el Roland Garros en su país, donde podía ganar muchos puntos y podía entrar definitivamente en el TOP 10. Mladenovic firmó un Grand Slam de notable alto, llegando a cuartos de final y eliminando a Garbiñe Muguruza, actual campeona de Roland Garros en ese momento.
La temporada de arcilla terminó en París, y el objetivo estaba puesto en mantener la regularidad en hierba, donde aprovecharía el bote rápido de la pelota para solidificar su tenis gracias a su duro golpeo. Sin embargo, la francesa levantó el pie del acelerador haciendo una gira muy discreta, sin pasar de los cuartos de final, y cayendo en segunda ronda de Wimbledon.
Entonces comenzaría el declive de , que tras un mes de vacaciones, volvió a las pistas en una forma pésima. Cayó en segunda ronda de Washington contra Bianca Andreescu, una joven promesa de tan sólo 17 años. A partir de entonces, no ha levantado cabeza, y se ha eliminado en primera ronda de los últimos cinco torneos que ha disputado (Toronto, Cincinnati, New Haven, US Open y Tokio) sin ganar ni un solo set. Ayer de madrugada, tuvo la oportunidad en Tokio de revertir la situación ante Jana Fett, una tenista de 20 años, pero un 6-4 6-3 terminó de dejar en evidencia su estado de forma, y el contraste entre el principio y el final de temporada.
Foto: L’équipe
Síganme en @MiguelezDaniel y sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en
www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo
Como ella misma remarcaba en sus partidos, todo está en la mente.
En el momento que pierde la confianza, se va todo su juego.
A ver si tiene suerte y en próximos torneos la emparejan con Sharapova, que seguro q la motivará y centrará más.