Los Chiefs humillan y eliminan al campeón

El Sunday Night Football de la semana 16 sirvió para certificar la eliminación de los Denver Broncos a manos de unos Kansas City Chiefs que se mostraron muy superiores de principio a fin.

Antes de meternos en faena con lo que fue propiamente el partido, queremos destacar un dato que refleja por si solo lo que ha sido el ataque de Broncos durante todo el año. Los dos únicos touchdowns anotados por la ofensiva del equipo en los últimos tres encuentros han llegado en drives de 6 y 26 yardas respectivamente. Drives que habían estado precedidos por un turnover provocado por la defensa.

Esta tónica, la cual se ha repetido durante las dos últimas campañas, debe ser intolerable para una franquicia que quiere aspirar al máximo. La semana pasada parte de la defensa ya explotó contra el ataque, y en concreto contra la línea ofensiva, tras la derrota que sufrieron en casa frente a New England. Es una obviedad que la defensiva es la que ha mantenido a flote al equipo, pero tarde o temprano este hundimiento tenía que llegar. Lo que habíamos visto hasta ahora no había sido más que la crónica de una muerte anunciada.

Este domingo los Chiefs demostraron que son de largo mucho más equipo. Probablemente no tengan el mejor ataque o la mejor defensa del campeonato, pero ambos son más que buenos. Y esto sin nombrar a los equipos especiales, los cuales no hay partido en el que produzcan de una u otra manera. Anoche fue un fumble forzado, pero otro día será un retorno para touchdown o el bloqueo de un field goal.

El partido quedó visto para sentencia antes incluso de que terminara el primer cuarto. Kansas City arrolló a una defensa de Denver que seguramente cuajó la peor imagen desde hace mucho tiempo. Fueron arrasados tanto por vía terrestre como aérea, incapaces de detener ninguna de las armas principales de los locales.

Primero Alex Smith en una gran jugada de engaño y después Hill en un acarreo de 70 yardas donde demostró ser el mayor velocista de la liga, subieron al luminoso 14 puntos en un abrir y cerrar de ojos. Hay que destacar en estas dos situaciones sendos bloqueos realizados por el ala cerrada Travis Kelce. Sin su labor no hubieran sido posibles ninguna de las anotaciones.

La actuación de Kelce no quedó ahí. Tras un pequeño susto en el que los visitantes conseguirían su único touchdown del encuentro, el tight end se atravesaría el campo hasta la endzone rival en una jugada screen de 80 yardas. Además, sus rutas cruzadas por el centro serían una constante del partido. Al final terminaría con 11 recepciones para un total de 160 yardas y el touchdown citado. Una de las demostraciones individuales más impresionantes de toda la temporada.

A partir de aquí y con el 7-21 en el marcador, llegó la versión aburrida de los Chiefs. Esa en el que son capaces de provocar un bostezo hasta en el rival, donde lo único que buscan es que el reloj corra mientras la defensa impide que el contrario suba puntos de manera fluida y donde el ataque no debe cometer errores. El plan les salió perfecto, los Broncos solo lograron acortar mínimamente distancias a través de un field goal mediado el segundo cuarto.

Así se llegó a los últimos quince minutos, donde tendría lugar la jugada extravagante del partido y si me apuran, del año. Kansas City había llegado hasta la yarda 1 de Denver y en los dos primeros downs la defensa de estos había conseguido hacer una goal line stand evitando el touchdown. En ese momento Andy Reid, y para delirio de la grada, envío al emparrillado al tackle defensivo Dontari Poe. Este se colocó en el backfield, haciendo parecer que iba a correr. Todo era mentira. Cuando recibió el snap dio un par de pasos hacia delante y antes de chocarse con la línea, realizó un pequeño salto y como si de un triple se tratara (porque el release fue más parecido al de un tiro a canasta que al de un pase de football) lanzó al fondo de la zona de anotación en la cual le estaba esperando completamente solo  Demetrius Harris. Unos dirán que fue un error gastar esta bala antes de playoff, puede ser, pero los Chiefs no dejaron pasar la oportunidad de humillar a un rival divisional que además sigue siendo el actual campeón.

Y lo va a seguir siendo pero hasta el primer domingo de febrero, día en que se disputará el Superbowl 51 y donde ya es imposible que los Broncos estén. Han quedado matemáticamente fuera de la lucha por hacerse con un plaza en postemporada, de hecho los seis equipos de la Conferencia Americana que estarán en enero ya han quedado definidos a falta de una jornada. Entre ellos estarán unos Kansas City Chiefs que a buen seguro estarán dando mucha guerra y que llegan con más fuerza que nunca.
(Foto destacada vía Chiefs.com)

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