Cada verano en los primeros años de los 2.000, los titulares antes del inicio de Tour de Francia eran los mismos: este año sí, hay menos diferencia, va a ceder el trono, viene con poca preparación… Y siempre, independientemente de la intrahistoria que hay detrás, Lance Armstrong ganaba la ronda gala con mayor diferencia que la anterior.
Lo mismo ha ocurrido en los dos primeros partidos de la final de la SVM disputados el pasado fin de semana en Las Palmas de Gran Canaria. Se llamará como se llame: mentalidad en los momentos claves, capacidad de superación, ganas de demostrar que son los mejores…, pero CV Guaguas pasó por encima a Río Duero con una solvencia que pocos esperaban en la final de esta temporada.
Recepción y K1
A pesar de su poco acierto en el saque, Soria no hizo un mal primer partido. En el primer set se mantuvo con vida y logró aprovechar los pocos fallos de su rival para meterse de lleno en la pelea del set con 22-22, pero tras el cambio se atascó en la rotación tras saque de colocador. Fue la única vez que Río Duero pudo luchar un set en todo el fin de semana.
El saque de su rival apenas hacía daño a la recepción canaria y las K1 fáciles iban cayendo una tras otra irremediablemente. Sergio Camarero resolvió salir con Ángel Trinidad a los mandos para minimizar el lado débil del bloqueo y cerrar la puerta del ataque por cuatro de Adrián Olalla y el soriano estuvo con las persianas bajadas durante gran parte de ambos partidos. Esos 10 centímetros que mete de más en bloqueo el malagueño respecto a Io de Amo se notan, vaya que si se notan.
Con una recepción rozando la perfección ( ¡ 84% positiva ¡ ), Trinidad jugó cómo quiso siempre cerca de la red con todos los recursos que tiene su equipo en la mano, que son muchos. A los ya conocidos durante esta temporada se une además un Tomas Rousseaux que está cómo una locomotora tras su parada por problemas físicos. Ni siquiera Guaguas tuvo que emplearse muy a fondo en la red tanto en ataque cómo en bloqueo, es más, en el partido del viernes Soria realizó más bloqueos directos que Guaguas y los números de los centrales fueron similares en ambos.
Una orquesta muy afinada
Para el partido del domingo, Alberto Toribio quiso cambiar el paso metiendo una rotación distinta de inicio. De hecho, en cada uno de los 3 sets varío la rotación intentando buscar enfrentamientos distintos en la red sin el resultado esperado. Esta vez si, Río Duero pudo apretar algo más de inicio con el saque, pero la maquinaria amarilla demostró estar muy engrasada.
Los saques de Nico Bruno y Walla se le hicieron bola a los sorianos durante todo el segundo partido, y cuando Soria picaba algo de piedra aparecía un zampanazo en saque para volver a poner las cosas en su sitio. El saque canario fue decisivo el domingo, cargando mucho el juego a un José Osado desarbolado por momentos y en esta ocasión los bloqueadores de Guaguas se pusieron las botas y la batalla en la red entre centrales la ganaron el Turco y Jean.
Con una gran seguridad y muy metidos mentalmente en la cancha, los canarios solventaron con relativa calma este segundo partido con un Walla que metía todo lo que tocaba. Tampoco la defensa soriana tan fundamental para el equilibrio del equipo apareció el domingo, debido a muchos ataques mano a mano y a la pesadez de bola del equipo de Camarero.
Los Pajaritos quieren revancha
Soria ahora se pone en manos de la mística de Los Pajaritos para intentar ir forzando jugar más partidos de la serie. Toribio, que ve el vaso medio lleno y confía en su plantilla y en una afición volcada, quiere hacer regresar la eliminatoria a suelo insular. Para ello es necesario volver al nivel de saque que tienen los jugadores en su hombro y que Adrián Olalla y Pepe Villalba vuelva a encontrar sus sensaciones.
Sergio Camarero este año visitará Soria con menos angustia que la temporada pasada, en la que los canarios fueron a Los Pajaritos con la serie empatada. Conscientes del peso anímico negativo si pierde el partido del viernes, incluso si pierden el primer set, los amarillos tienen que saltar al tapete con la misma mentalidad y consistencia que el anterior fin de semana.
Los rivales de Armstrong siempre se daban por vencidos y jamás osaban en atacarle, sólo corrían por el segundo puesto y objetivo cumplido. Por eso Río Duero tiene que pensar firmemente en que puede ganar a Guaguas el viernes y salir a la cancha con esa mentalidad agresiva que tiene el equipo de Toribio, salir a la cancha una carga emocional alta, salir a la cancha a hacer sudar tinta a su rival para conseguir punto y salir a la cancha sin pensar que el objetivo está más que cumplido.
Buen puente de mayo en la capital castellana en la que desde el miércoles 30 de abril se disputa en varios pabellones de la localidad el campeonato juvenil de voleibol masculino, las futuras promesas que podremos ver en Superliga a medio plazo.
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