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Los deportes que requieren de una gran fortaleza mental

En la gran mayoría de los deportes, sean estos individuales o por equipo, se necesita disponer de cierta fortaleza mental. En algunas disciplinas, es prácticamente un requisito indispensable para jugar un buen papel, junto con la concentración, la resistencia o la gestión de la presión. A continuación, repasaremos aquellas actividades que lo muestran de forma más evidente, poniendo en situación y detallando las características concretas que las hacen ser de esta manera: desde el tablero hasta el ring.

Los deportes mentales

No se podía empezar este repaso sin mencionar los deportes mentales, en especial, el ajedrez. Como es sabido por muchos, exige más el intelecto que el físico y se trata de conseguir superar al rival, amenazando su rey, en lo que vendría a ser una batalla psicológica. Las partidas pueden durar horas, luchando así contra la fatiga, donde se tiene que trazar una estrategia para hacerse con el objetivo, siempre pendiente de la situación del tablero y los posibles movimientos del rival.

Dentro de este mismo grupo de disciplinas está el póker, un juego donde se desconocen las cartas del rival y la presión es máxima. La fortaleza psicológica sobre el tapete se ve con creces después de una mala racha, en la que el jugador tiene que recuperar el optimismo y no decaer. Actualmente, el campo online es el escenario más habitual de esta práctica, con un sinfín de acciones disponibles, que van desde informarse de cuáles son las poker hands más valiosas hasta jugar a las variantes más variopintas.

El combate y la raqueta

Los deportes de combate, como el boxeo, el judo o las artes marciales, exigen la combinación entre un buen estado físico, una gran técnica y mucha dureza mental. Durante un enfrentamiento, se pueden experimentar diferentes sensaciones, como el dolor o la euforia, algo que se tiene que controlar sin perder la concentración para no cometer errores y dar opciones al contrincante. Y es que, en este caso, el más mínimo desliz no solo puede acabar en derrota, sino que puede hacer peligrar la integridad física de los peleadores.

 

Alejadas del contacto, las disciplinas de raqueta son consideradas como unas de las más psicológicas, como el ping-pong, el bádminton y, especialmente, el tenis. Aunque se pueden entrenar las situaciones de máximo estrés, los jugadores están solos en la pista sin apenas recibir instrucciones de su equipo y gestionando las emociones en solitario. De hecho, se considera la gestión de la presión un aspecto tan importante como la técnica o el cansancio para sacar adelante un partido.

Las largas distancias

La resistencia, tanto mental como física, es una de las características clave de todo practicante de carreras de larga distancia. Un ejemplo claro de ello es el ciclismo que, aunque en la mayoría de las competiciones se trabaja en equipo, a lo largo de una etapa los ciclistas deben enfrentarse al dolor físico, la fatiga e incluso a las condiciones meteorológicas adversas. Todo ello, sin perder de vista que forman parte de un grupo y que tienen un trabajo a realizar, ya sea escaparse en solitario o proteger al líder.

Algo parecido sucede con los corredores de maratones, ultra maratones y desafíos similares. Suelen ser pruebas de varias horas de duración y, dependiendo del trazado, muy monótonas. Controlar el ritmo es el examen más difícil de este tipo de deportistas, ya sea un profesional que va a hacer marca personal o un amateur que corre por afición. Y es que mantener el plan y ritmo previstos, sobre todo cuando empieza a aparecer la fatiga física, suele ser de las tareas más complicadas de llevar a cabo.

Un elevado riesgo

También hay otras disciplinas, como la gimnasia o la escalada, en las que se pone en juego de forma constante la integridad física de sus participantes. Un resbalón o un error de cálculo en el momento menos indicado pueden tener graves consecuencias. La gestión del miedo en estos deportes es muy importante, al mismo tiempo que no se puede olvidar uno de mantener un alto grado de concentración. Además, suele ser una lucha constante contra uno mismo, tratando de superarse y mejorar a diario.

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