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El 2024 de Andrey Rublev: Un paso adelante, dos pasos atrás

Si alguien nos pidiera explicar esta última temporada de Andrey Rublev, la respuesta corta bien podría ser que fue un año de algunos altos y muchos bajos. Lo que apuntaba a ser una posible continuación del gran 2023 que tuvo, acabó dándonos su peor versión desde su irrupción definitiva hace ya 4 años. No fue un camino fácil el de los últimos 12 meses, pero aquí estamos una vez más para reseñar la actuación del ruso en este período de tiempo.

De más a menos

A pesar de esa cruda introducción, cabe resaltar que el nivel de Rublo en el mes de enero fue bastante bueno. Empezaría su travesía en Hong Kong, buscando prepararse para el primer GS del año, y no le pudo ir de mejor manera. Llegando como top seed del torneo, impuso condiciones y se llevó el 15to título de su carrera a nivel ATP Tour, tras derrotar a Emil Ruusuvuori en la final.

Luego de este primer éxito nada más empezar el año, llegaba la hora de afrontar el Abierto de Australia, y ver si podría ser capaz de romper esa maldición de las eliminaciones en cuartos de final. No sería, no obstante, tarea sencilla alcanzar dicha instancia en primer lugar. En primer lugar, tendría que sufrir más de la cuenta en la 1R contra Thiago Seyboth Wild, a quien le iba ganando 2 sets a 0 pero al final tuvo que eliminar en el match tiebreak tras una gran remontada del brasileño.

Después de ese susto, pudo mostrar una mayor solvencia contra los estadounidenses Christopher Eubanks y Sebastian Korda, a quienes no les concedió ni un set. Ya en la segunda semana, le aguardaría la primera raqueta del país anfitrión, Álex de Miñaur. El partido sería una batalla donde solo podía prevalecer quien más aguantara y, en el set decisivo, quedó claro que ese sería el moscovita, como evidencia el 6-0 de ese 5to parcial, luego del gran desgaste realizado de su rival.

En cuartos de final, por desgracia para nuestro protagonista, poco podría hacer para poner en aprietos a un Jannik Sinner que estaba con ganas de comerse el circuito esta temporada desde su mero inicio, cayendo derrotado en sets corridos ante el que acabaría llevándose el premio mayor unos días más tarde.

Las semanas posteriores transcurrirían sin pena ni gloria para Rublev, con sendas eliminaciones en los cuartos de final de Róterdam y Doha contra De Miñaur y Mensik, respectivamente, antes de llegar a un torneo que marcaría en parte, y no para bien, este año para él.

El lugar es Dubái, ciudad que no le había sentado nada mal en años previos y donde, en esta ocasión, también estaba rindiendo de buena manera, plantándose en las semis contra un amigo suyo, Alexander Bublik. El partido fue ajustado, con tiebreaks para cada lado en los primeros 2 sets, y justo cuando estaba todo encaminado para otro más en el 3ero para definir al ganador del duelo, ocurrió lo inesperado.

En medio de la tensión del momento, y tras perder un punto en el cual, a su juicio, el juez de línea se había equivocado con la decisión tomada, Rublev perdió los papeles y le reclamó airadamente en inglés, pero la historia no acabaría en una simple advertencia. Resultó haber otro juez en la cancha que hablaba ruso y, según su versión, además de ese reclamo, Andrey también se habría dirigido al juez como дебил (imbécil). Ante esto, y a pesar de que no se hizo ninguna revisión de vídeo y que el propio Bublik estaba a favor de seguir jugando, la descalificación no se hizo esperar. Días después, le serían repuestos tanto los puntos como el premio en metálico, pero el daño ya estaba hecho.

El primer cuarto de año acabaría en el país que se suele llevar los reflectores en marzo: Estados Unidos. En el Sunshine Double, sin embargo, Rublo apenas sería capaz de ganar un partido en Indian Wells, quedando eliminado contra Lehecka, y ninguno en Miami, haciendo debut y despedida contra otro checo, esta vez Machac. Lo que nadie sabía entonces es que esta seguidilla de dos derrotas consecutivas no se cortaría aquí…

Del suelo a los cielos sin escalas

Con la llegada de la temporada de arcilla, Rublev intentaría retomar buenas sensaciones en Montecarlo, donde era campeón defensor, pero se daría un golpe de realidad al ver que su mal momento no lo dejaría una vez cruzó nuevamente el charco. Una eliminación en su debut contra Alexei Popyrin (que no sería la única vez que lo amargaría este año) agudizó su crisis tenística, la cual lo llevó a tocar fondo con una cuarta derrota consecutiva, ahora en su estreno en Barcelona, contra Brandon Nakashima.

Si decimos que esa derrota fue el punto más bajo del moscovita, estamos dando por hecho una cosa: a partir de ahí, tuvo que ir a mejor. Y vaya si lo haría, pero no de la forma que uno habría esperado. El siguiente evento marcado en el calendario sería el Masters 1000 de Madrid y, sumado a esta debacle que venía sufriendo, encima tuvo que jugar el torneo con un cuadro de salud que lo aquejó mucho esos días, con fiebre y hasta un problema en uno de sus pies. Aun así, cual ruso estoico, afrontó el torneo dispuesto a dar su mejor versión, a pesar de la adversidad.

Las cosas empezaron de buena manera en la capital española para Andryusha, pues pudo debutar con su primera victoria oficial en 49 días, tras derrotar en sets corridos a Facundo Bagnis. Misma suerte correrían sus siguientes dos oponentes, Alejandro Davidovich Fokina y Tallon Griekspoor. De esta manera, ya en cuartos, llegaría la prueba de fuego: el vigente bicampeón del torneo, Carlos Alcaraz.

En un partido que, si sobre el papel era duro, lo sería aun más en la realidad tras perder el primer set, Rublev fue capaz de aguantar al murciano y hacer que pagara ese momento físico irregular que estaba padeciendo aquellas semanas con una notable remontada. Con Carlitos fuera, y sumado a otras bajas inesperadas, Andrey llegó a las semis como el único top 10 en competencia. La oportunidad de hacerse con el título era cada vez más grande.

Su oponente ahora sería Taylor Fritz, con quien tenía una curiosa estadística: cuando se enfrentaban en semis de un M1000, el vencedor de su cruce resultaba campeón. Eso sería lo que esperaría hacer cumplir Rublo, tras un sólido triunfo en 2 sets que lo dejaba a tan solo un partido de la gloria madrileña. El rival sería Felix Auger-Alassime.

Rublev partía como favorito, pero el partido no se le pudo presentar peor de arranque, con el canadiense pasándolo por encima con un doble quiebre de ventaja que no pudo contrarrestar el entonces 8º del mundo a pesar de haber recuperado uno de ellos y mejorado su nivel. Donde sí se evidenciaría esto último sería en la manga siguiente, de suma paridad en el resultado a pesar de lo mucho que amenazaba el ruso con el quiebre, hasta que, finalmente, después de tanto buscar, obtuvo lo que quería.

Justo sobre el final del 2º set, en el 4º game de devolución donde dispuso de break point (recalcando que no tuvo ninguno en contra), y justo al borde del tiebreak, finalmente pudo quebrar y emparejar el score en sets. El parcial decisivo sería muy similar al anterior, con un Felix que se veía cada vez más superado en la cancha y en lo físico, para acabar cediendo, una vez más, al 4º juego con el saque donde enfrentó BP y, nuevamente, a punto de llevar todo al tiebreak.

Si el año pasado, un ace certificó su 1er título grande, esta vez lo haría una doble falta. Andrey Rublev acababa de conquistar el segundo ATP Masters 1000 de su carrera, tras vencer a grandes rivales y, especialmente, a sus propios fantasmas que lo persiguieron esos días. En sus propias palabras: «Este es el título del que más orgulloso me siento.»

Lo importante ahora sería recuperarse plenamente en lo que respectaba a su salud, si bien no se quiso perder la cita en Roma donde, eso sí, apenas ganó un partido y se fue en 16avos contra Alexandre Muller. Ahora sí, a ponerse a punto. Se viene el evento más importante del año sobre polvo de ladrillo (o uno de los dos en esta temporada, ambos en el mismo recinto, curiosamente): Roland Garros.

Habiendo sido el único major en el que no pudo alcanzar los cuartos de final hace un año (se fue en 3R), era momento de buscar revancha, pero esta no se daría. Tras pasar el primer par de rondas habiendo cedido apenas un set, llegaría una dura derrota a manos de Matteo Arnaldi, nada más y nada menos que en sets consecutivos. Y así fue como los fantasmas volvían a acechar…

Turbulencia en una montaña rusa

De la tierra batida pasamos a la hierba, pero la montaña rusa (o americana, como la llaman los rusos) que fue esta temporada estaba de nuevo en un momento de bajada. Con esto dicho, hay que mencionar que no tendría éxito en el único torneo oficial que usó como preparación para Wimbledon, pues se fue en la 1R de Halle contra Marcos Giron y, ya en la Catedral del tenis, se llevó el golpe deportivo más duro de todo su 2024: quedó eliminado también en su primer partido, contra el entonces №122 del mundo, Francisco Comesaña.

Irónicamente, igual que justo antes de esa gloriosa campaña en Madrid, no habría dos sin tres, y le quedaría una eliminación consecutiva más en su debut, ahora en Bastad, donde fue campeón el año pasado, y contra otro argentino como en Wimby, Thiago Agustín Tirante. La pesadilla de los argentos no acabaría aún y, si bien rompió su racha de derrotas contra uno, Camilo Ugo Carabelli, en Umag, se iría de Croacia con las manos vacías tras ser eliminado en semis por… otro argentino, esta vez Francisco Cerúndolo.

Tocaba pasar página y, aunque supuestamente se dio de baja en el torneo olímpico, donde ya supo colgarse un oro en dobles mixto con Anastasia Pavlyuchenkova en la edición anterior, para «descansar», lo cierto es que esa semana la empleó para empezar de la mejor manera la gira norteamericana sobre pista dura. Su resultado en DC, mientras todos teníamos la mirada fija, por segunda vez en el año, sobre el Stade Roland Garros, sería una eliminación en cuartos de final contra Frances Tiafoe. Más allá de esto último, este torneo pudo servirle para agarrar ritmo en esta superficie, y eso se notaría en la semana siguiente.

Mientras los fans del deporte en general seguíamos deleitándonos con lo que ocurría en París, si bien la acción del tenis ya había terminado a lo grande para entonces, se daba comienzo al primer M1000 de esta gira, en Montreal, y Rublo buscaría ganarse a pulso nuestra atención con su tenis mostrado ahí.

En una semana especialmente destacada que no se veía en varios meses, Rublev consiguió meterse en la final habiendo cedido un solo set, y fue contra el mismísimo Sinner, en cuartos, logrando así su segundo triunfo contra un jugador que lidera el ránking ATP. La final se jugaría un lunes, seguramente por cruce de fechas con la clausura de ya sabemos qué, y su rival también sería atípico en este tipo de escenarios, Popyrin. Si recuerdan el inciso que hicimos con él unos párrafos más arriba, ya se imaginan lo que viene ahora: victoria inapelable en un par de sets del australiano que se hacía con su 1er M1000 en su estreno en finales de esta categoría.

Dejando ese amargo final de lado, había muchos puntos positivos con los que quedarse e intentar trasladar en las semanas próximas, como en Cincinnati, que era la siguiente parada y donde Andrey volvería a verse las caras con Sinner en cuartos, pero esta vez el duelo se saldaría con triunfo del italiano, a la postre campeón, igual que en Melbourne. Sin más dilación, se avecinaba el último major del año, el cual había que encarar con un objetivo claro: resarcirse de esos amargos resultados en el Channel Slam.

Ya en la ciudad que nunca duerme, Rublo volvería a debutar contra Seyboth Wild, como en Australia, pero esta vez sí pudo cerrar con mayor prontitud el triunfo, en sets corridos. Donde tendría que emplearse más a fondo sería en la 2R, pues se vio contra las cuerdas frente a un Arthur Rinderknech que se adelantó 2-0 en sets, pero que apenas pudo llevarse 5 juegos de ahí en adelante, tras una notable reacción del eslavo. Otro eslavo como él, pero checo, sería su siguiente rival, Lehecka, quien no pudo rascarle ningún set. Finalmente, la segunda semana ya era una realidad otra vez.

Un amigo suyo, Grigor Dimitrov, sería con quien compartiría protagonismo en un partido que se alargaría hasta un set decisivo, después de que Rublev emparejara una desventaja de dos sets por segunda vez en el torneo. Acá, empero, no se podría consumar la ansiada remontada, y el búlgaro pondría fin a una decepcionante temporada a nivel de Grand Slam por parte del ruso.

Luchando hasta el final

Llegados a la parte final del año, y habiendo visto todos estos constantes altibajos por su parte, no era de extrañar que la presencia de Rublo en Turín estaba lejos de ser una garantía. Había que sumar tantos puntos fuese posible en los torneos que quedaban dentro su cronograma o hasta añadir alguno más a este para no faltar a las ATP Finals, torneo al que venía asistiendo desde 2020.

A pesar de esto, el moscovita no pudo encadenar más de dos triunfos seguidos en los torneos que disputó tras su paso por Flushing Meadows, con eliminaciones en Beijing, contra Yunchaokete Bu en cuartos, y en su debut en Shanghái, donde había sido finalista la pasada temporada, contra Mensik, redondeando una pobre gira por China.

Luego pasarían Estocolmo y Basilea, donde se quedaría en cuartos, tras caer respectivamente ante Stan Wawrinka y Ben Shelton, antes de un nuevo M1000, el último del año: París. Este había sido, después de Montecarlo y Shanghái, el de mejor resultado para Rublev el año pasado, pero al igual que con los otros dos, en este 2024 diría hola y adiós en su estreno, en este caso contra Cerúndolo.

A estas alturas, su presencia en Turín pendía de un hilo y, como mínimo, necesitaba una combinación de resultados que incluía ganar el campeonato en Metz, pero llegó el anuncio de la baja de Djokovic en la ciudad piamontesa al rescate para asegurar su 5ª participación consecutiva en el torneo de fin de año, por lo que se retiraría antes de jugar contra Courentin Moutet en los cuartos del torneo del noreste de Francia, dejando de pensar en cómo clasificar a las Finales para enfocarse en cómo abordar lo que le vendría en ellas.

Luego de su notable actuación en las Finals de 2022, donde alcanzó las semis, Rublev se fue sin ganar un solo set en la edición de 2023, y buscaba mostrar una mejor versión en esta ocasión. Su grupo, todo sea dicho, tampoco fue muy propicio para la causa y, si bien sumó más sets ganados que la última vez, perdió todos sus partidos en la fase de grupos, contra Alexander Zverev, Alcaraz y Casper Ruud, siendo a este último a quien pudo llevar a un 3er set que pondría fin a su turbulenta temporada.

Más allá de torneos oficiales, podemos destacar la participación de Rublev en el Ultimate Tennis Showdown, una serie de torneos de exhibición que tuvo dos ediciones este año, de las cuales formó parte y se hizo con el título en una de ellas, en Oslo, allá por febrero y, mirando afuera de la cancha, cabe remarcar la creación de la «Andrey Rublev Foundation«, una fundación establecida para apoyar a niños con problemas de salud, en busca de ayudarles a recuperar la luz que él ve en ellos, como dice su ya conocido lema: «Play for the kids, play for the light.«

Volviendo a lo estrictamente deportivo, la sensación que queda mirando atrás a lo que hizo este 2024 es bastante amarga. Puede sonar loco, viendo la proeza de ganar en Madrid con problemas de salud y con 4 derrotas al hilo encima, pero la realidad es que esa semana, y algunos pocos torneos más fueron los que, por decirlo así, salvaron su año. Cerró con 43 victorias y 26 derrotas en 27 torneos, para un 62% de rendimiento, su porcentaje más bajo desde 2019, antes de ser el top 10 que todos conocemos hoy.

El tenis no lo ha perdido. Así lo demostró en las semanas donde más lúcido pudo mostrarse, pero deberá mantener ese nivel y, especialmente, consolidar de forma definitiva una fortaleza mental que lo haga más difícil de derrumbar. Decíamos 2023 que ese año era el mejor de su carrera y que, si seguía así, podríamos volver a decir lo mismo de otro en el futuro; este estuvo lejos de aquel, pero sigue teniendo con qué para volver a su mejor nivel e incluso superar sus límites hasta ahora conocidos. Nuevamente, el tiempo será el que dicte sentencia, mas la calidad sigue ahí; siempre ha estado ahí. Solo falta volver a sacar lo mejor de ella.

Resumen del año en números:

  • 2 títulos (en 3 finales): Campeón en Hong Kong (250) y Madrid (M1000)/Finalista en Montreal (M1000).
  • Resultados en GS: QF (AO), 4R (USO), 3R (RG), 1R (W).
  • Ránking al final de año: 8 (Mejor/Peor posición: 5/9).
  • Clasificado a las ATP Finals (tras la no participación de Novak Djokovic): RR.
  • Mejores resultados en M1000: Campeón (Madrid), Finalista (Shanghái).

Foto: Andrey Rublev tras consagrarse campeón en Madrid (Manu Fernández, AP).

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