Río Duero quiere pelear nuevamente ser el mejor de los equipos mortales de Superliga en la temporada 24-25 y la mejor noticia es la continuidad del entrenador que lo ha devuelto a lo más alto del escalafón español. Con un título de Copa en 2023 y dos subcampeonatos de SVM es de ley pensar que en esta nueva andadura al menos va a competir para estar muy arriba.
Con una directiva y un cuerpo técnico muy asentados, el club ha vuelto a trabajar este verano con humildad y paciencia para armar una plantilla a la que Alberto Toribio apretará sin contemplaciones para sacar lo mejor de cada integrante
Suplir a dos piezas claves
Cómo viene ocurriendo, buena temporada de Río Duero y jugadores claves que vuelan. En esta ocasión era esperado que el talento de Lucas Lorente no pasara desapercibido en ligas más potentes que la española y Bélgica es su destino. Alex San Martín es otra baja significativa, por su crecimiento sostenido año a año en Superliga y por ser el alma en el parqué. Ahora con más tiempo para preparar su oposición se divertirá en Superliga 2 en Pinto.
Para suplir a estos dos jugadores capitales, el club apuesta por Jaime Arjones y José Osado. En el caso del colocador, Toribio seguro que le aprieta mucho las tuercas para sacar de él lo que todos esperan desde que debutó en Superliga hace 2 años, tiene que ser el momento de Jaime y ha de aprovecharlo. ¿arriesga mucho Soria dando las riendas del equipo a Arjones o Castellá? Pronto saldremos de dudas.
José Osado tiene la experiencia para por fin lucirse en un equipo de la parte alta de la tabla y tiene que ser consciente de ello. Calidad, talento y actitud le sobran. Rodri Jiménez está más que motivado por si se le necesita.
Continuidad en ataque
Quizá la gran preocupación entre temporadas era el opuesto, pero hábilmente Alfredo Cabrerizo ha conseguido renovar a Bruno Cunha que es el más regular de los opuestos: sin estridencias y a sumar puntos cuando se le necesita. El portugués fue el guía ofensivo del equipo la temporada pasada y la dificultad a la que se enfrenta este curso es mejorar esas prestaciones viendo cómo se han renovado en la posición de opuesto otros equipos.
En recepción el equipo se mantiene con la jerarquía de Pepe Villalba, el jugador más regular de Superliga salvo el primer mes y la locomotora Olalla destrozando defensas. El de Duruelo ha de elevar su nivel de recepción esta temporada, y si no es así Alberto tiene una muy buena rotación de calidad con Aulisi. Hay que ver también el papel de Carlos Montero en el roster, un jugador con unas condiciones físicas envidiables y al que Alberto conoce muy bien.
Juventud para reforzar el puesto de central
Domenech y Flores repiten en un centro de la red muy asentado, sólido y estable, pero esta vez sin el comodín de Davi Tenorio que apareció por sorpresa en los play off para deleitar al personal y ser contratado nada menos que por la Lube.
A Villalba y Rodrigo, llegados de la permanente, se les abre una buena ventana de progresión en un club que apuesta por la juventud y van a tener minutos de calidad para demostrar su valía.
Nuevamente el equipo apuesta por la continuidad, con Quique Guiu la mano derecha de Toribio, la apuesta por la juventud, el trabajo, la pelea y la actitud de competir. Si Soria no compite cómo se le presupone cualquier equipo de la liga le puede ganar, es la premisa del club.
La clave puede estar en ese paso adelante que tiene que dar Jaime Arjones para que no se eche de menos a Lucas Lorente. Porque es resto de los jugadores llamados a definir los partidos saben lo que quieren su entrenador y se lo han dado en los últimos tiempos. La pregunta es: ¿Qué jugador joven la romperá este año en Los Pajaritos?
Por otro lado, la entidad está muy alegre triste por encarar una temporada sin Manu Salvador al que por fin se lo quita de encima se le echará de menos en las canchas de Superliga.