Newton nunca supo que su primera ley podía tener una aplicación 336 años después de su Principia (1687).
Y es que la inercia de un equipo influye decisivamente en la consecución de resultados y, lo que es más importante, la continuidad de los mismos.
Debe ser complicado hacer cambiar esa dinámica. Pierdes tres partidos seguidos y te sientes como el último de Filipinas, un desastre. Pero vienes de no perder en 4 meses, de ganar una Copa de España y esos partidos que se atrancan, al final, por un detalle, por una simple desconcentración del rival, caen de tu lado. Es lo que se llama ganar a lo campeón.
También la dinámica de fuerzas, nos indica que si no aplicas una fuerza a un cuerpo, éste seguirá en el mismo estado en el que estaba. Es decir, si vas hacia arriba, seguirás yendo hacia arriba, si vas hacia abajo, seguirás yendo hacia abajo. ¡Qué sabio este Isaac Newton! Y, esto, hay que entrenarlo y bien entrenado. Y quizá sea lo más complicado de entrenar. La fortaleza mental.
No pretendo hacer una crónica del Jaén FS – Valdepeñas, disputado en el Olivo Arena el sábado 11 de marzo. Pretende hacer hincapié en lo que hizo desequilibrar el partido a favor del equipo amarillo.
Primera parte atascada del Jaén FS
No pintaban bien las cosas en los primeros 13 minutos de partido para Jaén Paraíso Interior FS. Dani Rodríguez decidió poner a Henrique para cambiar un poco a lo que se jugaba, le valió para unos minutos. Pero esta táctica ya es conocida por los rivales. Efecto gaseosa
Empieza la segunda parte y Jaén consigue abrir la lata. Edu Sosa no asimila bien el golpe. Minutos antes ya se le veía gesticular y un poco fuera de partido. Balón a la banda junto al banquillo de Jaén FS, Renato y Lemine se encaran y el jugador local amaga con un cabezazo al de Valdepeñas, tarjeta amarilla para Renato. Lemine sale de escena y aparece Edu como un basilisco. Tarjeta amarilla para Edu Sosa.
Y ahí aparece la inercia, Valdepeñas en dinámica negativa, Edu Sosa con la cabeza en otra parte, un minuto después se enzarza en línea de fondo con un jugador amarillo, le hace caer con la goma de publicidad, segunda amarilla y a la calle. Cabreo monumental, un Olivo Arena con 6000 almas coreando contra él. Patada a la publicidad, más fuego para la grada y contra tu equipo. Ahí perdió el partido el Valdepeñas. En un minuto.
¿Se podría haber evitado? ¿Fue justa la expulsión? ¿Fue fruto del calentón de jugadores, grada y árbitros?
Pues esto hay que entrenarlo también. Un jugador no puede perder la cabeza como la perdió Edu Sosa. O como la perdió la temporada pasada Taynan. Son personas y los árbitros, pueden equivocarse, también tienen su adrenalina. En mi opinión, en el caso del portero vinatero, quizá el mejor jugador que tienen ahora, habría que haber parado el partido tras la primera amarilla. Sea con un tiempo muerto o con un cambio de dos minutos, reinicio de cerebro, como cuando se bloquea el sistema operativo de una computadora. A modo de: te siento en la silla de pensar. Pero no orientado como castigo, sino a rebajar la tensión, a remar en la dirección del equipo.
Y Jaén FS es lo contrario, esta temporada es capaz de aislar estas subidas de temperatura en el juego y revertirlas en su beneficio. Algo parecido pasó en las semifinales de la Copa de España contra Elpozo Murcia. Intento de desestabilización del equipo murciano y al final quien acaba desquiciado son ellos mismos.
¿Errores arbitrales?
Al menos, el sábado si hubiera pasado más de un minuto entre la primera y la segunda amarilla de Edu, a lo mejor, no hubiera visto la segunda. Pero, veo más error del jugador en la primera amarilla, y un error de menor magnitud, en el cuerpo técnico de no parar lo que estaba pasando.
El propio David Ramos en las declaraciones post-partido reconoció muchas de las cosas que aquí hay escritas. Perdieron el partido por pequeños detalles, por perder la concentración durante un porcentaje mínimo del tiempo de partido.
Fuente Imagen destacada: propia
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