Por fin ha vuelto la Carolina que enloquece a los fans. La jornada del domingo 29 de enero ha regalado a los seguidores del bádminton mundial una final de individual femenino sublime.
El partido que decidiría el oro en el Istora Arena comenzaba con una Marín con gusto por el riesgo, mucho más centrada en apuntar a la línea que en elaborar juego. Parecía que las cosas se iban a torcer ante la coreana An Se Young, a quien por el contrario le salía todo. Sin embargo, con 4 puntos en contra, la española comenzó a remontar igualando las opciones.
Tras el primer descanso en el 11-10 a favor de la de Huelva, el partido subió de ritmo de manera radical. Ambas jugadoras comenzaron un baile de fuerza y destreza táctica apasionante. La coreana lo devolvía cada golpe por definitivo que pudiese parecer. Mientras, Carolina presionaba sin descanso a la asiática en el fondo de la pista obligando a respuestas forzadas por parte de An.
Admirable la determinación de las dos volantistas, que no daban un punto por perdido hasta que el corcho tocaba el tapiz de Jakarta. La española comenzó a despuntar en el marcador con una diferencia muy pequeña, manteniéndose consistente en el juego, con una ambición por ganar que nos recuerda a la Carolina de antes de las lesiones.
Pero la coreana no es la número 2 del mundo por casualidad, y cuando la onubense casi tenía cerrado el set, comenzó su remontada, agotando hasta la más mínima opción. Por fortuna para Marín, no fue suficiente y Carolina anotaba a su marcador el primer juego por 21-18.
El segundo juego sería determinante, pues el ritmo de partido fue en todo momento muy alto, con mucha exigencia física. Si unimos los dos torneos de las semanas anteriores a los cuatro partidos de cada una y el demandante ritmo de la final, queda claro que ambas necesitaban finalizar cuanto antes.
Al inicio de al segunda manga parecia que Carolina podría sentenciar el partido rápidamente. Pero no contaba con la ambición de An, que poco a poco consiguió remontar y devolverle la presión a la española. Tras unos fallos de finalización de puntos clave, Marín fue perdiendo de vista poco a poco a su joven rival, quien finalmente se hacía con el segundo set.
El público coreaba el nombre de ambas deportistas, creando un ambiente envidiable en la capital de Indonesia. Una de las grandes potencias de este deporte, donde la afición llena las gradas en cualquier torneo.
En este punto del partido, la resistencia física no es lo único vital. Pues teniendo que arriesgar tanto, ajustar y abrir el campo, cada fallo se puede aliar con el cansancio y decidir el vencedor. En el alto nivel, cada elemento es importante. Y estas dos titanes del volante han demostrado con creces merecer un puesto en las primeras posiciones del ranking mundial.
Durante el último juego ambas finalistas se entregaron a fondo. Fueron los detalles los que determinaron que An Se Young tomara ventaja de manera muy leve pero constante. A carolina le faltó contundencia para cerrar el partido que finalmente cayó del lado de la asiática 21-18, 21-18 y 21-13.
Grandísima actuación de ambas jugadoras que han deleitado a los fans de todo el mundo. Pero sobre todo, ha puesto sobre el tapiz a la Carolina Marín que todos extrañaban. Con algunos matices diferentes, pero con todo el hambre de éxito al que acostumbra.
La temporada se pone interesante habrá que esperar al mítico All England para ver la evolución de la fiera onubense. Una plata que sabe al más dulce de los oros, un paso más que acerca a la española al número 1.
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Fuente de la foto destacada: Twitter @CarolinaMarin by @badmintonphoto
