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La cuestionable ilegalidad de apostar por uno mismo

Apuestas y fútbol, fútbol y apuestas. Que estas dos variables van ligadas entre sí no es nada nuevo en el mundo del deporte rey, pero llama poderosamente la atención que los mismos episodios se repitan una y otra vez desde hace más de un siglo con la inalterable exactitud de un reloj que marca las horas en punto.

En este artículo no se va a hablar de la cada vez más tangible sobreexposición de las casas de apuestas en el ecosistema del balompié, tema que se ha exprimido merecidamente hasta prácticamente no dar más de sí, sino que se va a poner la lupa en las actividades consideradas como delictivas que vinculan al balón con las apuestas. 

Porque sí, en pleno 2022, con el exhaustivo control al que están sometidos todos los agentes involucrados en las competiciones deportivas, a Ivan Toney, delantero del Brentford internacional por Inglaterra, se le ha vuelto a acusar de apostar en partidos de la Premier League.

DEL BARRO A LA ÉLITE 252 INCIDENTES DESPUÉS

Para los que no conozcan al sujeto, se trata de un punta natural de Northampton que tras pasar varios años en las divisiones inferiores del sistema británico ha conseguido asentarse en la élite marcando 12 goles la temporada pasada, lo que le ayudó a recibir la llamada de Southgate para representar a la selección inglesa en un doble compromiso de UEFA Nations League en el que no llegó a contar con minutos.

Ivan Toney celebrando un gol. Fuente: Football365

Pues bien, la estrella del Brentford ha sido acusada de haber roto el protocolo anti apuestas deportivas de la Federación inglesa en hasta 30 ocasiones, que se suman a los 232 incidentes previos en los que también habría estado involucrado, no respetando las normas de dicho documento. 

¿MOTIVACIÓN EXTRA O PRÁCTICA ILEGAL?

Al contrario que la mayoría de casos de este ámbito,el de “Ivan El Terrible”, como se le conoce entre la afición de las abejas, despierta cierto debate, porque según la información publicada en tabloides como el Daily Mail, sus apuestas habrían ido únicamente en favor de su propio equipo.

Evidentemente, de manera oficial está plenamente instaurado que un participante de cierta competición no puede poner dinero en juego cuando el resultado puede ser alterado en función de su desempeño en la misma. Pero, realmente, ¿Qué mal le hace al torneo que él tenga una motivación extra por conseguir buenos resultados para su equipo? ¿Acaso no se parece esto a las primas que los clubes ofrecen a sus jugadores por rendimiento deportivo?

Es un tema muy delicado y todo lo que sea acercar la palabra “apuesta” al fútbol es rechazado unilateralmente por la FA, de forma muy inteligente, ya que la prensa podría destruir su castillo de naipes de tan solo un soplido.

Ivan Toney en un partido con el Brentford. Fuente: The Mirror

Sin embargo, no me queda claro en qué perjudica a la integridad de la competición el mero hecho de que un jugador apueste por el buen desempeño de los suyos, más allá de involucrar el término en cuestión (con toda lo que este supone en la opinión pública) con el torneo.

Toney tiene hasta el 4 de enero para defenderse y, casi con total seguridad va a recibir  algún tipo de sanción, ya que es indudable que no ha cumplido con el protocolo vigente. Teniendo claro que el castigo es merecido por no haber seguido las reglas de la FA, la cuestión es, ¿Debería revisarse este microescenario en el código de conducta de dicho organismo de cara al futuro?

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