En la final de la CXXXV edición de Wimbledon nos esperaba una campeona inédita. Después de la caída de muchas de las jugadoras llamadas a ser protagonistas del torneo, incluida la número uno de la WTA, Iga Świątek y un breve regreso de Serena Williams.
Elena Rybakina [23] abría el set con una combinación de aces que le facilitarían llevarse el primer juego sin demasiadas complicaciones.
Con la misma solidez, Ons Jabeur [2] respondería defendiendo su saque. Un buen augurio para esta final en el césped de la catedral del tenis.
De inmediato, la mejor posicionada en el ranking afinaba su tenis más agresivo para quebrar y confirmar su quiebre con total autoridad. Fue a partir de este momento que la tunecina cobró control del set, pese a la resistencia de Rybakina.
Mientras la kazaja se veía mejor en los puntos largos, Jabeur se enfocó en producir tenis “simple y fácil”, erradicando de raíz cualquier complicación.
SEGUNDO SET
Una Rybakina revitalizada saliá a la cancha con un tenis más certero, y, sobre todo, con energía para llegar a regresar pelotas que parecían imposibles. De esta manera, conseguía ponerse 2-0 y desestabilizar el juego mental de su oponente.
Un fuera de Jabeur no marcado por los jueces y no retado por Rybakina le daría el punto a la tunecina mientras los juegos se alargaban cada vez más.
El saque de Rybakina en el cuarto juego sacó errores y virtudes de las finalistas, quienes sufrieron en el deuce antes de que el punto pasara a manos de la kazaja.
El momento mental era para Rybakina, quien le arrebató el quinto juego a Jabeur tras una cascada de errores de esta. Esto culminaría con la obtención del set y mucha confianza para el tercero para Rybakina.
TERCER SET
Rybakina iniciaba con un quiebre, haciendo valer su mejor momento en la cancha central. Los errores no forzados hicieron mella en Jabeur en los primero juegos, quien pese no regalar ningún punto llegaría a estar abajo con un 1-3 para posteriormente dejar ir tres oportunidades para empatar el set a tres.
El séptimo jueguo fue clave con un quiebre excelso para Rybakina, quien sacaría para campeonato con su sello de la casa: su primer saque.
Es así como Elena Rybakina se alzaría como nueva campeona de Wimbledon, con 4 aces, 4 de 6 break points ganados, 9 de 11 salvados y 29 ganadores.
La grada no se olvidó de Jabeur, despidiéndola como la histórica que es: la primera árabe en una final de major.
La campeona no se quedó atrás, conquistando a propios y ajenos con humildad y sencillez en la ceremonia de premiación. Misma que desaparece con su interpretación del tenis sobre la cancha.
Es así como este Wimbledon sin puntos cierra regalándonos seis campeonas distintas en sus seis últimas ediciones.
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