Las lesiones y el, por primera vez, apretado calendario, han hecho que lo que va de temporada sea muy cambiante. Dependiendo de la acumulación de partidos y de los altibajos físicos las jugadoras han rendido de diferente manera.
La gran mayoría de las parejas han tenido problemas de salud en este comienzo de temporada. Y las que no, han pagado la acumulación de partidos.
El caso de Beatriz González y Marta Ortega
Este es el caso más claro de pareja que ha pagado la acumulación de partidos. Jugaron desde comienzo de temporada todos los torneos, incluidos los Challenger, de los que ganaron dos. Además en estos meses llegaron lejos en los Open, ganando el de Copenhague. Este hito marcó el comienzo del pequeño bajón que atraviesan. La acumulación de viajes y de horas en la pista les está pasando factura aunque esperamos que, en breve, recuperen el nivel mostrado en tierras danesas.
El hándicap de las lesiones
Esta temporada está siendo muy exigente y eso facilita la aparición de lesiones. Los constantes viajes hacen difícil mantener la regularidad de entrenamientos. La condición física de las jugadoras se ve comprometida por esa falta de horas en el gimnasio y aparece la fatiga y las lesiones.
Las Alayeto, Marta Marrero y Lucía Sainz, Carla Mesa y Claudia Jensen y hasta las mismas número dos del ranking se han visto afectadas. Todas ellas, y algunas más, han tenido que parar en algún momento de esta temporada y eso les ha impedido tener cierta regularidad. Está siendo la otra cara de la moneda de un calendario que les iguala a los hombres pero al que, de momento, no están acostumbradas. Es solo cuestión de tiempo que consigan conjuntar los viajes con la preparación física.
Las favoritas de nuevo
En los dos últimos torneos Paula Josemaría y Ariana Sánchez han demostrado porqué están ahora mismo luchando por ser las número uno.
Tras los problemas musculares de Ari, que provocó que la segunda pareja del circuito femenino no pudiera entrenar ni rendir al cien por cien, estas han vuelto. Se han impuesto en Marbella y Vienna de manera brillante. En el Máster andaluz no perdieron ni un set hasta la final. Y en el anterior torneo, aún sufriendo más, mostraron carácter remontando un set en contra tano en las semis como en la última ronda.
Vuelven a estar frescas físicamente, y eso es vital en el juego de estas dos geniales jugadoras. Sin un estado de forma óptimo es imposible realizar esos contraataques de vértigo y mantener la presión en la red a la que someten a sus rivales.
Pero ya están aquí, y eso unido a las dudas de Alejandra Salazar y Gemma Triay, que llevan tres torneos sin ganar, nos presenta un escenario muy interesante. La lucha por estar en lo más alto del ranking de aquí a final de año se presenta muy entretenida. Nos vamos a divertir.
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