Lo logró una vez más. Rafael Nadal conquistó su 14to título de Roland Garros luego de una categórica paliza al noruego Casper Ruud, pero cómo hizo el máximo ganador de Grand Slam en la historia del singles masculino para volver a triunfar en una final parisina, eso es lo que veremos en este artículo, con una disección de las claves que le dieron al español su 22do major.
El servicio, siempre al lado del revés
Nadal tuvo mejores partidos en el torneo con su saque, metiendo 1eros con mejor porcentaje que en esta final (64%), pero si hubo algo que supo aprovechar fueron esos 1eros servicios que metió en juego, de los cuales ganó un 82% (32/39), pudiéndose apreciar una clara tendencia a buscar el revés rival, no tan punzante como el de otras estrellas del circuito, saliendo bastante rentable esta estrategia para el mallorquín, que siguió repitiendo sistemáticamente esa dirección, como muestran estos números:
Distribución del 1er saque (Nadal):
AD Court: 67% abierto/22% al cuerpo/11% a la T
Deuce Court: 95% a la T/5% al cuerpo/0% abierto
Desgastar al rival, imprescindible para imponer condiciones
Uno de los patrones que más usó Rafa fue el de variar la dirección de los golpes para mantener a Ruud a su merced, teniendo que correr hacia el otro lado de la cancha una vez pudo devolver el golpe anterior, ocupando esto en 2/3 ocasiones que el manacorí tuvo oportunidad de controlar los rallies, siendo la restante para una resolución más corta donde liquidaba el punto justo después del saque, viéndose reflejado este contraste cuando nos fijamos en los puntos ganados según sus longitudes, favoreciendo cada vez más a Nadal conforme se hacían más largos:
Puntos ganados según la longitud del rally:
0-4 golpes: Nadal 28-27 Ruud
5-8 golpes: Nadal 34-14 Ruud
9+ golpes: Nadal 24-14 Ruud
Los quiebres, en el momento justo para desmoralizar al de enfrente
Finalmente, llegamos al factor que no nos podía faltar, el mental, uno que no podía faltarnos al hablar de la Fiera, tan conocida por sobreponerse a todo con su mentalidad de hierro mientras destruye la del rival de turno con mazazos en el instante donde más le ha de doler, y esta no fue la excepción…
Para empezar, Nadal arrancó con su clásico break tempranero que lo puso 2-0 en el set inicial ante un Ruud claramente nervioso, pero que pudo quebrar inmediatamente en un game plagado de errores de Rafa; sin embargo, contrario a lo que podríamos pensar, el noruego no tuvo chances siquiera de meterse en partido, aún con ese quiebre que debería haberle dado confianza, pero ahí estuvo el balear para volver a tomar ventaja (3-1) y encarrilar la victoria parcial.
Pero si hubo un pasaje del partido donde se pudo ver de mejor manera la capacidad para poder marcar distancias con el resto de Rafael fue en el 2do set, donde Casper se puso 3-1 tras haber levantado 3 BP en el game 1, pero fue ahí, donde el nórdico se veía en su mejor momento del match, donde el toro embistió, ganando los siguientes 5 games, con 3 breaks y 2 juegos sin ceder un solo punto con el servicio para establecer una ventaja casi certera, como así se pudo ver en el último set, con su rival escandinavo prácticamente entregado desde el inicio de la manga, que acabaría con un bagel.
De esta manera, nos queda un registro de 8/16 break points ganados para Nadal, una cantidad muy grande, tomando en cuenta que solo concedió 3 (salvando 1), pero más aún considerando el contexto, haciendo mayor la brecha con su vapuleado oponente que, como bien dijo en la premiación, fue uno más de tantos que cayó ante el mejor en esta competición que terminó así, con el héroe de cada historia posando por 14ta ocasión con la Copa de los Mosqueteros después de una campaña memorable.
Foto de: @ATPTour.
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