Un mito, una historia que tiene muchos relatos, muchas contradicciones sobre lo que sucedió en ese partido del Mundial de 1990, en el clásico entre Brasil y Argentina donde los brasileños jugaron mucho mejor que el equipo argentino, pero no pudieron hacer lo más importante en el futbol, meterla, lo que sí hizo el pájaro Claudio Caniggia ante una genialidad de Diego Maradona.
Pero la atención se la llevó un hecho extra futbolístico, que hoy para algunos es una anécdota graciosa, pero para otros algo totalmente inmoral que atenta los valores de este deporte.
No todos en el grupo sabían de la maniobra debidamente craneada para ver si se podía sacar algún tipo de ventaja ante un rival que era candidato a ganar el partido y la Copa. Incluso, casi se cobra a uno de los propios. La trampa sucedió a los 39 minutos del primer tiempo. Ricardo Rocha bajó a Pedro Troglio, al que debieron ingresar a atenderlo.
Mientras el Doctor Madero trabajaba su rodilla, el masajista Miguel di Lorenzo, el famoso “Galíndez”, repartía agua en botellones separados por colores. Cuando el vasco Olarticoechea agarró uno verde y tomó, escuchó el grito de advertencia de Diego. Y escupió lo que había llegado a ingerir.
Troglio miraba sin entender. Galíndez le cambió el frasco por uno trasparente. La atención se estiraba para descansar de la tromba amarilla. También hacía calor esa tarde de verano en Turín.
La maniobra ilícita estaba poniéndose en práctica, el jugador brasileño Cláudio Ibraim Vaz Leal, conocido como Branco se acercó a pedir agua. Podría haber sido cualquiera de los de amarillo, pero se arrimó quien justo era el encargado de los tiros libres y de esquina de Brasil. Ricardo Giusti le convidó de un bidón verde y le dio charla, el defensor tomó y también se refrescó la cara, luego el partido siguió su curso.
Al minuto otra vez, patada de Alemao a Maradona y la misma situación; entra Galíndez, José Basualdo bebe de una botella trasparente y Jorge Burruchaga agarra una verde donde simula tomar, pero no lo hace. Branco relojea la heladerita del masajista, pero un futbolista argentino se antepone en su camino.
La maldad ya estaba hecha, aunque varios futbolistas incluido el técnico Carlos Salvador Bilardo negaron por años estos hechos, tiempo después Diego Maradona confesaría en el programa Mar de Fondo transmitido por Tyc Sports en Argentina en el año 2004, que Branco consumió agua con somníferos en ese duelo de 8vos. de final del mundial de Italia 1990.-
Fotos vía: lavozdeportiva.com.ar
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