Opinión Psicología Deportiva Valores del deporte

Desvaneciendo ilusiones en el deporte base

MI HIJ@ ES LA ESTRELLA DEL EQUIPO

Es una lástima comprobar cada temporada como las personas que más deberían “ayudar” a l@s menores en el deporte base son los máximos responsables de que no disfruten practicando deporte en una etapa en la que debería ser el objetivo principal y también lo sean de que se esfumen sus sueños de llegar lo más arriba posible.

Para est@s padres/madres sus hij@s son l@s mejores y por lo tanto deberían jugar todos los minutos de cada partido. Deberían tener un trato preferente, deberían ….. y eso choca frontalmente con las filosofías de clubs con carácter formativo que priman el esfuerzo, el compañerismo, la participación de tod@s por encima del ganar a toda costa o de la búsqueda exclusiva del resultado. Ese deseo familiar también choca con clubes cuyos equipos se conforman estrictamente por criterios de edad y no de selección por nivel de juego.

Para ell@s su hij@ es la estrella del equipo y por lo tanto tiene que estar con l@s mejores. Porque si no es así no van a llegar a la élite y por ello acaban llevando a sus hijos a otros clubs en los que a priori van a estar en el mejor equipo. Allí siempre van a ganar y sobre todo a jugar todos los minutos del partido.

GANAR O GANAR ESA ES LA CUESTIÓN

Es sencillo entender que en equipos no selectivos es más común que los resultados no acompañen y por tanto se pierda más que se gane y que ello puede provocar una frustración que suele ser mayor en los padres que en los niñ@s, sobre todo cuando el enfoque de sus progenitores contempla exclusivamente el ganar y no son capaces de ver más allá de los resultados.

Y por ganar minutos, ganar partidos, ganar ligas acaban perdiendo lo más importante, que es el sentido común porque alejan a sus hij@s, de clubes que priman la formación adecuada para ell@s para acercarles a clubes que solo buscan ganar “utilizando” a l@s deportistas de base para conseguir sus objetivos y si no dan la talla les enseñan la puerta de salida.

APRENDER A PERDER PARA MERECER GANAR

Perder no es negativo, es más, es necesario porque acabará ocurriendo durante todo su trayectoria deportiva e incluso en su vida personal y por tanto las familias deberían tratar de enseñarles a gestionar esa frustración y hacerles ver que los resultados no son el objetivo, serán la consecuencia. Que lo importante es que disfruten el proceso, que disfruten con sus compañer@s, que aprender sea su motivación. Éstas deberían ser sus metas durante la etapa de formación para conseguir que se enfoquen en tener la mejor actitud posible en cada entrenamiento y cada partido.

EL CRUCERO POR EL DESIERTO

Y esa frustración familiar les empuja al primer cambio de club y después llegarán los siguientes porque las promesas de los club “buitres” siempre calan en est@s padres/madres que ansían tener al nuevo Messi, Cristiano Ronaldo o Ricardinho del deporte y que con el convencimiento de que son los gurús y los mejores guías para sus “cracks” lo que acaban consiguiendo en muchos casos es el abandono del deporte o fabricar niñ@s egoístas y frustrados que no han aprendido a gestionar sus fallos, derrotas o fracasos y que siempre acabarán culpando de ello a sus compañer@s, entrenadores/as, a su nuevo club o a sus propios mentores.

Qué sencillo sería todo si a sus hij@s les dejaran elegir qué deporte quieren practicar y la familia eligiera el club en el que sus hij@s se van a inscribir y que además ese club lo eligieran por los valores que les van a transmitir, por la calidad de sus educadores/as, por su filosofía y por el proyecto sociodeportivo que lleven a cabo.

Porque simplemente aplicando el sentido común y apoyando a sus hij@s el “éxito estaría asegurado. L@s deportistas con capacidad para llegar a la élite llegarán y el resto que son la mayoría disfrutarán del deporte durante toda su etapa deportiva.

 

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