
Terminados los mundiales de Curling en categoría femenina, y a expensas de lo que suceda en los europeos, podemos ver una tendencia que se va repitiendo, y que se ha agudizado en los Juegos Olímpicos de Pekín y en los mundiales de Curling disputados en Prince George, en la canadiense Columbia británica.
Parece que la magia que nos enamoró del equipo sueco en el anterior ciclo olímpico, ha ido perdiendo fuelle en este . Y no es que Anna Hasselborg, la líder del equipo sueco, haya perdido ese nivel que ha demostrado tantos años, sino que parece que le ha faltado ese punto de magia en los momentos clave que si tuvo en el pasado ciclo olímpico.
En Pekín, las suecas hicieron un Round Robin irregular, con una derrota contra las locales y una paliza recibida por parte de las escocesas Aún así, un apretón final permitió a las de las 3 coronas ser segundas y emparejarse en semifinales de nuevo con las escocesas. En uno de los partidos más vibrantes de curling del torneo olímpico, ambas selecciones llegaron al extra end y ahí se notó que la varita de Hasselborg, que había disputado un partido brillante, se había apagado un poco, pues no fue capaz de sacarse un tiro de chistera que les permitiera vencer a las del cardo. Eso si, vencieron a las suizas en el partido por la medalla de bronce.
Y pasado poco más de un mes, nos encontramos en Prince George. Sin las rusas, excluidas por la invasión de Ucrania, y con las escocesas y las subcampeonas olímpicas, las japonesas, eliminadas por varios positivos en COVID-19 el mundial parecía que se reducía a las anfitrionas, las canadienses, las suizas y las suecas.
Pero, el esquema de los JJOO se repitió. Las suecas hicieron un round robin irregular y quedaron cuartas, lo que las emparejó en una gran semifinal contra las suizas que quedaron invictas y primeras, mientras que por el otro lado del cuadro Canadá se enfrentaba a una sorprendente Corea del Sur. Y, nuevamente, nos encontramos que las suecas hacen un buen partido, contra una rival muy fuerte, y que se llega ajustado al final. Y cuando todo parece que nos vamos a extra end para dirimir quien juega la final, Hasselborg comete un error de principiante: con toda la casa para ella, lanza una piedra larga y regala a Suiza el pase a la final. Para acabar de sorprender, las canadienses también pierden su semifinal, permitiendo que Corea del Sur emule a la actuación de Japón en los JJOO.
Y de nuevo, en el partido por el bronce, volvemos a ver lo mismo. Partido igualado entre Suecia y Canadá, y cuando llegamos al momento clave, a Hasselborg no le salen las cosas y las norteamericanas se llevan el bronce dejando a las campeonas olímpicas de Pieonchang fuera del podio, que ocuparon las suizas como campeonas junto coreanas y canadienses.
Pero si miramos las estadísticas de los partidos, veremos que la consistencia del equipo sueco era bueno, con buenos porcentajes, pero les faltó ese toque que hizo pegarnos al televisor años atrás. La pregunta que nos viene ahora es: conseguirán, Hasselborg y el resto de mujeres del equipo sueco encontrar la magia perdida, la resolución la veremos en el próximo ciclo olímpico.