Tengo entendido que para llamar la atención, hay que provocar; a ello voy: ¡Los valores del rugby NO EXISTEN!
También tengo entendido que la forma, sin fondo, no sirve de nada, así que voy a intentar sustentar y desarrollar mi provocación…
Tengo que empezar subrayando que lo de la forma sin fondo me plantea cada vez más dudas, a la vista de la sociedad actual, pero volveremos a ello.
Mi problema es el siguiente: Nunca he visto unos valores paseando por la calle, nunca me he tomado algo ni he charlado con unos valores….
En cambio, lo que sí he visto, con quien he tomado algo y charlado, es con personas. Y todas esas personas tenían valores…. Algunos compartidos por mí, otros no.
De ahí que, matizando mi provocación inicial, puedo decir que si el rugby no tiene valores, muchos rugbiers los tienen, y de los que me gustan. Para evitar malentendidos, mi personalísima definición de rugbier es la siguiente: Cualquier persona que tenga un mínimo de interés por el rugby, y una opinión positiva del mismo. Quiero ser lo más ecuménico posible, aquí vale todo, el rugby a 15 y a 7 (dejo el 13 a parte, por razones históricas).
Mi planteamiento al escribir esto es doble: ¿Existe realmente una diferencia entre un jugador o fan de rugby y uno de otros deportes? ¿Son sostenibles en la sociedad actual esos valores?
¿Es el rugby tan distinto de otros deportes?
Al no poder extenderme demasiado, es posible que caiga en tópicos, pero también es muy posible que esos tópicos sean simbólicos de la situación general.
Creo que es evidente que existe un deporte que hay que tratar aparte, y que todos sabemos cuál es. El fútbol es, ahora mismo, reflejo de lo peor de la sociedad actual. Violencia, sexismo, racismo, intolerancia en general, faltas de respeto. Para desesperación de los amantes de este deporte, que ven como su amado balompié está estigmatizado por culpa de una minoría de tontos…
En cuanto a los demás deportes, habría que distinguir entre colectivos e individuales. Por supuesto, si queremos comparar, los deportes de equipos son los que nos interesan. Una de las principales diferencias del rugby, es su característica de deporte “de combate”. Muchas partes del juego consideradas normales en rugby serían motivo de falta en cualquier otro deporte: el placaje, el “hand-off” o “raffut” y sencillamente la “mélée” son fases de juego inimaginables en otros deportes.
Así que creo que podemos decir que sí, el rugby es realmente un deporte especial.
¿Conlleva esa diferencia unos valores únicos?
Lo dejaré claro desde el principio: existen tontos en cualquier parte, ¡en rugby también! Existe gente con valores en todas partes, ¡no sólo en rugby!
Ahora bien. La característica vista arriba tiene una consecuencia: Si no confías totalmente en tus compañeros de equipo, en rugby, no vas a hacer nada. Un jugador de rugby placado, tiene que poder contar con sus compañeros para limpiar el “ruck” consiguiente; en un “maul”, si TODOS los integrantes no van juntos, no van a ninguna parte, etc. Y eso, a priori, es una especificidad del rugby. No soy especialista de nada, (ni de rugby, ¡tan sólo apasionado!) pero me parece que un jugador de baloncesto o balonmano no tiene tanta dependencia de sus compañeros para preservar su integridad física…
Y estoy convencido de que ahí reside la explicación de los “valores del rugby”. El equipo es, ante todo, un grupo de amigos, dispuestos a compartir una actividad que les gusta… ¡A pesar de que duela! Y eso explica perfectamente todo lo demás.
Por otra parte y no menos importante, existe un punto que también me parece característico del rugby, el tercer tiempo, y la relación de jugadores con el alcohol y los abusos en general… Nunca he visto jugadores de otro deporte con tanta tendencia exhibicionista… Personalmente, nunca he entendido el interés de enseñar su trasero a los clientes de un bar… Pero creo que existe una voluntad de compensación en los jugadores de rugby, que suelen ser muy formales… Hasta el tercer tiempo. Sí, somos un grupo algo turbulento…. Pero hemos dejado el vestuario impoluto…
¿Son sostenibles esos valores?
Trataré de diferenciar dos mundos totalmente distintos, el rugby de clubs amateurs, jóvenes y adultos; y el rugby profesional.
En ambos veo señales que me hacen temer por la persistencia de los valores, lo cual me da mucho miedo… Es aquí, de hecho, donde la oposición entre fondo y forma vuelve a cobrar relevancia.
En cuanto a los amateurs, el problema viene de la sociedad en general. Vivimos una época en la que, además de la importancia dada a la forma, la prevención y la disuasión tienen una imagen muy positiva. La mediación se considera una panacea para la resolución de conflictos… Tradicionalmente, no fue así, la represión era el método más generalizado. Y salvo errores judiciales, tenía la ventaja de evitar que todos los buenos pagaran por el malo… No me atreveré a decir si este cambio está bien o mal, pero he podido comprobar que esa situación permite a algunos cometer fechorías y no asumir sus consecuencias…. Lo cual mina el grupo equipo y la tan necesaria confianza.
¿Sabrá reaccionar el rugby, oponiéndose a unas ideas tan generalizadas? Creo que su supervivencia pasa por ello, nadie va a querer formar parte de un equipo en el que, además de llevarte golpes del contrario, te puedes encontrar con un compañero que te pone la zancadilla.
Lo de los profesionales… Fue analizado en su día por Don Francisco de Quevedo: Poderoso caballero es Don Dinero… No quiero reabrir ahora heridas que ya tienen 4 años. Me parece fundamental que el Rugby español sepa pasar página… Así que dejaré al lector imaginar la influencia que ha podido tener el profesionalismo que, no lo olvidemos, en rugby cumplirá 27 años (¡un pipiolo!) en agosto de 2022…
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