Balonmano

Los “sin balón” de los Hispanos

En todo deporte de pelota, tanto colectivo como individual, existen dos momentos del juego muy marcados. Los momentos con balón y los momentos sin balón. Uno de los dos destaca por encima del otro, siendo los momentos sin balón los grandes olvidados. Sin embargo ¿Sabemos cuan importantes son?

¿Cómo ayudamos si no tenemos el balón?

Desde el inicio, en uno de estos deportes, lo más importante siempre ha sido ese elemento esférico y la gestión del mismo. No mentirán si dicen, que en los deportes de pelota, todo gira en torno al balón. Eso es tan cierto como que los jugadores no siempre podrán tenerlo en su poder y mucho menos de manera simultánea. Por lo que con el paso del tiempo, en los diferentes deportes, se ha ido dando cada vez más importancia al cómo se comportan los jugadores cuando no están en posesión del balón y evidentemente el balonmano no se queda atrás.

El claro ejemplo lo tenemos en la selección española de balonmano, cosechadora de grandes éxitos deportivos a lo largo de su historia y logrando increíbles resultados en los últimos años. Una de las claves de sus éxitos, entre otras muchas, es la gran aportación por parte de sus  “Sin Balón”. Los “sin balón” son aquellos jugadores que dominan el juego y controlan la situación pese a no estar en posesión del balón. Jugadores como Eduardo Gurbindo, Dani Sarmiento, Ian Tarrafeta o Agustin Casado nos ilustran, a nivel ofensivo, en cada jornada balonmanistica con una masterclas sobre como actuar cuando no tienes el balón en posesión y como dominar la situación desde una posición “poco protagonista”.

Dominar el espacio, para dominar el juego

En el balonmano el juego lo componen 14 jugadores dentro de un 40×20 y en esa área deben desarrollar sus tareas de la manera más eficiente posible. Durante un partido de 60 minutos los turnos de posesión son muy reducidos. Sin embargo, lo que más predomina son los turnos sin balón y el espacio. El terreno de juego es reducido, pero sigue habiendo más espacio que jugadores.

 

Bajo estos condicionantes, los jugadores capaces de dominar el tiempo sin balón y el espaciado serán determinantes para los resultados de sus equipos. Esto es lo que estamos viendo durante los últimos campeonatos en la selección española de balonmano, de la mando de algunos de sus jugadores.

El mayor de los exponentes de este gremio de jugadores, es el lateral derecho zurdo, Eduardo Gurbindo.

Gurbindo es todo un maestro en esta disciplina. Sus acciones generan una gran cantidad de ocasiones para la selección española y lo hace “de puntillas”, sin hacer ruido, con silenciador.

Eduardo Gurbindo, está demostrando durante este europeo, que es capaz de generar un gran número de ocasiones de gol o desatascar acciones ofensivas avocadas al fracaso. Con un simple cambio de trayectoria a la hora de recibir el balón, es capad de dominar el juego.

Es decir, finta al adversario sin el balón en posesión, mientras este aún está en el aire o saliendo de las manos de su compañero. Esto genera un cambio de dirección del juego brusco y sin apenas dejar margen de maniobra al rival, que reconecta y pone en ventaja al ataque Hispano, ya que le vuelve a dotar de una superioridad (bien numérica o espacial) tras conseguir penetrar a un espacio libre con todos los recursos individuales como el bote, el ciclo de pasos y la velocidad intactos.

Ser capaz de repetir estas acciones de manera indescifrable para la defensa rival una y otra vez, genera una cantidad de ocasiones de gol muy importante. Muchos de los goles marcados por la selección española de balonmano durante este europeo, nacen de un desequilibrio generado por un “sin balón” como lo son Eduardo Gurbindo, Dani Sarmiento, Ian Tarrafeta o Agustin Casado. Que sin meter la pelota dentro de la portería, son artífices de la antesala del gol, la ocasión en ventaja.

¿Cómo ser un gran defensor?

Dominadores del espacio, alguno de estos jugadores los “sin balón” no se prodigan tanto en ataque, sino que apuntalan una defensa vital para las intenciones de los hispanos en este campeonato.

Defender no es simplemente ser grande, fuerte y muy intenso.

Bien es cierto, que contar con estas características ayuda a la hora de desempeñar la función de defensor. Pero como podemos estar viendo durante este EUROPEO DE HUNGRIA Y ESLOVAQUIA la defensa española precisa de más aptitudes ya que se trata de una defensa activa y no reactiva. Buscando dominar la situación y condicionar el ataque rival, la defensa española necesita dominar los espacios y controlar el terreno de juego.

Dominar la defensa desde el espacio

Los hispanos buscan que se ataque donde ellos quieren y como ellos quieren.

jugadores como Iñaki Peciña, Gedeón Guardiola o Miguel Sanchez-Migallon son fundamentales ya que condicionan el ataque rival. Se están mostrando espacialmente activos presionando al poseedor de balón, reduciendo la distancia con el mismo cuando este inicia su ciclo de pasos, limitando así su rango de opciones y su toma de decisión. Inquieta y sorprende que para conseguir este nivel de activad y presión, deben despreocuparse en muchas ocasiones de la defensa en contacto con pivote. Arriesgando y confiando en que si el oponente decide filtrar un pase al pivote, la presión ejercida sobre el ejecutor del pase y los brazos en línea de pase de su compañero serán suficientes para cortar esa acción rival.

Sin duda, todo un arte a la hora de gestionar las distancias y dominar el “espaciado” ese concepto asociado a cómo se deben ocupar y utilizar los espacios disponibles dentro de un terreno de juego. Tareas invisibles, aspectos del juego indescifrables para algunos, pero significativamente relevantes para el devenir del balonmano. El equipo que no empiece a preocuparse de cómo dominar el espaciado y el juego sin balón, sin duda, está perdiendo el tiempo. Condicionantes invisibles, que marcan resultados visibles.

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Foto de portada: Eduardo Gurbindo. / Foto J.L. Recio. / RFEBM

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