Ciclismo Vuelta a España

La historia de amor de Roglic y La Vuelta

Foto de cabecera

La edición 76 de La Vuelta, “la Vuelta de las catedrales”, terminó como empezó. Con un esloveno ganando la contrarreloj y vistiendo el jersey rojo de líder. Se trata, como ya sabemos, de Primoz Roglic.

Quién le iba a decir a aquél muchacho de veintiún años en 2011, cuando cambió los esquís por la bicicleta, que diez años después habría ganado un mundial de contrarreloj, una medalla de oro olímpica en la misma modalidad y que habría vestido los maillots de líder de las tres grandes vueltas.

Para conocer mejor su historia, os dejamos aquí un pequeño resumen de su vida ciclista.

Pero lo suyo con La Vuelta es especial. Ha ganado tres veces seguidas la ronda española, y en las tres con algún triunfo de etapa.

La Vuelta de 2019 supuso un punto de inflexión en su carrera, puesto que fue donde se consolidó como uno de los grades ciclistas de su generación. La otoñal Vuelta de 2020 le trajo la victoria de cuatro etapas, además del maillot verde y de nuevo el rojo. El color de la gloria en esta carrera.

En la presente edición no ha defraudado. Partía como favorito y comenzó ganando la contrarreloj de Burgos, vistiéndose además de rojo, con la Catedral como testigo.

En la tercera etapa perdió el liderato, pasando a ser tercero en la general, su puesto más bajo en toda la ronda. Retomó el maillot rojo en la sexta etapa, cuando la carrera se dirigía hacia el sur y el calor apretaba. Faltaban cuatro jornadas para el descanso. Cuatro jornadas en las que se mantuvo primero en la general, hasta que en la décima etapa, tras el primer descanso, cayó de nuevo al tercer puesto. Se situó a 2’17” de O.C. Eiking, quien sería líder hasta la etapa 16, de nuevo en el norte.

A pesar de no vestir de líder durante la segunda semana, se dejó ver. Tanto que ganó la etapa de Valdepeñas de Jaén, recordando que seguía con piernas para pelear y no regalar nada a nadie.

Durante la segunda jornada de descanso, Primoz ponía una foto en su perfil de Instagram que fue interpretada por muchos como metafórica. Mientras tanto, preguntaban a Eiking sobre sus expectativas con el maillot rojo y admitía que era muy complicado mantenerlo hasta Santiago, dada la superioridad del esloveno.

No se equivocó. El corredor del Intermarche aguantó como líder hasta la mítica etapa de Los Lagos de Covadonga, donde el rojo recayó de nuevo en manos de Roglic, con un contundente golpe de autoridad ganando, además, la etapa. Aquí también su compañero de equipo, Sepp Kuss, que había trabajado duro para él, quiso sellar la victoria de su jefe de filas con un segundo puesto en la etapa.

Primoz Roglic

Cuatro días quedaban entonces para la crono de Santiago. Cuatro días en los que el líder siguió reinando sin duda. Fue en la Plaza del Obradoiro, que el esloveno ganó su cuarta etapa, en un homenaje personal a su oro de Tokio, hace algo más de un mes. Repitió la gesta de Burgos, tras veinte jornadas de duro ciclismo. Tal y como hizo el 14 de agosto, se vistió de líder bajo la atenta mirada de la imponente catedral. Ésta vez la de Santiago. Ésta vez de manera definitiva. Al final del camino.

Fuente fotos: Twitter @JumboVismaRoad, Intagram primozroglic y PhotoGomezSport

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