Tokio, la madre de todas las batallas
En breves fechas vamos a disfrutar de los Juegos Olímpicos de Tokio y de la competición de balonmano. Concretamente, arrancará el sábado 24 de Julio en la categoría masculina y el domingo 25 en la femenina. Los JJOO son, probablemente, la competición con más particularidades y diferencias de las grandes citas de selecciones nacionales en balonmano.
Cita cuatrienal
En primer lugar, porque se celebran cada cuatro años (en este caso cinco por la situación pandémica que ha obligado ha retrasarlos un año). Contrasta ahí con los otros dos grandes eventos – Mundial y Europeo – que se alternan en ediciones bianuales. Este es un factor diferencial de nuestro deporte frente a otras modalidades que celebran sus competiciones cada cuatro años.
Probablemente sea un acierto en términos de repercusión. De esta manera cada año se celebra un gran torneo de selecciones que permite al balonmano asomar la cabeza por la competida ventana mediática.
Quizás los jugadores no piensan igual por la carga que ello supone, aunque por otro lado se multiplican las oportunidades de colgarse una medalla europea o mundial. En cualquier caso, la tan manida expresión de que los JJOO son la aspiración de cualquier deportista es una realidad tanto por su cadencia cuatrienal como por el prestigio que otorga ser medallista olímpico.
Un acceso muy selectivo
Otra particularidad de la competición en JJOO es el reducido número de selecciones que tienen el privilegio de clasificarse (12 por categoría), lo que hace que muchos buenos equipos queden fuera – tal como le sucedió a España masculina recientemente en Rio 2016 , y a la selección femenina en Pekin 2008 – .
Las plazas olímpicas son carísimas y se tienen que luchar a muerte ya sea consiguiendo el Oro en el Mundial (Dinamarca en masculino y Países Bajos en femenino). En el caso de América los Juegos Panamericanos (Argentina en chicos y Brasil en chicas). Para Asia el Torneo Asiático clasificatorio (Baréin en chicos y Corea del Sur en chicas). África, por su parte, disputa el Campeonato Africano (Egipto en chicos y Angola en chicas). Y la oportunidad de repesca en los torneos pre-olímpicos es un cara o cruz.
Calendario frenético
En cualquier caso, el acceso es extremadamente selectivo y por ende, los rivales son del máximo nivel desde el primer partido. No hay prácticamente ningún choque de trámite a diferencia de lo que pueda suceder en un Mundial, donde al clasificar selecciones de los cinco continentes se ponen de manifiesto los diferentes niveles de desarrollo del balonmano.
Precisamente al ser pocos equipos el torneo se concentra en dos semanas con una alta exigencia y con partidos determinantes cada 48 horas. Se han establecido dos grupos de 6 equipos y de la “Preliminary Round” pasan 4 a la “Main Round”. Parece sencillo a priori, pero sólo hace falta ver los rivales del combinado masculino en el orden que los van a recibir para darse cuenta que cada partido es una final.
Rivales temibles
Alemania, Noruega, Brasil, Francia y Argentina en ese orden serán los rivales. Ninguna perita en dulce y mucho cuidado con pensar que los cuatro puestos están ya adjudicados dejando fuera a los dos combinados Sudamericanos.
Estos ya han demostrado que pueden competir y dar un susto a cualquiera. En cuanto a las chicas, la historia es similar con la incógnita añadida de cual será el nivel actual del equipo después de la medalla de plata mundial en 2019 y la novena plaza europea en 2020. Los rivales por orden de aparición son Suecia, Francia, Brasil, Hungría y Rusia (que participarán bajo las siglas ROC del Comité Olímpico Ruso por sación).
Recursos limitados
Otra particularidad que va a tener mucha influencia en el devenir de la competición es el límite de jugadores a alinear por partido. Serán excepcionalmente 14 en lugar de los 16 habituales en el resto de competiciones internacionales.
Este hándicap puede afectar más intensamente a algunos equipos. Es el caso de España que suele utiliza a todos los jugadores/as disponibles para equilibrar las cargas físicas.
También obliga al entrenador a escoger muy bien las piezas e incluso a sacrificar alguna posición “doblada” por llevar a algún jugador más especialista con la idea que pueda aportar alguna solución específica. Así mismo, existe el dilema de llevar un tercer portero por si se produce alguna lesión. El combinado femenino así lo ha hecho mientras que el masculino lo ha descartado.
Las luces
La cuarta particularidad de unos JJOO está en el entorno que puede distraer a los atletas de la concentración necesaria. Estar en una villa olímpica compartiendo zonas comunes con algunos de los mejores deportistas del mundo y viviendo el ambiente olímpico, es un elemento adicional con el que lidiar. Nuestro seleccionador masculino Jordi Ribera lo ha definido como “las luces” que pueden deslumbrar.
El confort a todos niveles, incluida la comida y alojamiento no suele ser el óptimo y son factores que pueden llegar a restar opciones. Desgraciadamente en esta edición las restricciones pandémicas van a limitar mucho el efecto de “las luces” así como el ambiente, en las ciudades y en las instalaciones deportivas. Veremos quien obtendrá mejor rédito de este entorno tan particular.
Ausencias destacables
La exclusividad anteriormente comentada hace que en esta edición falten algunos equipos de alto nivel. En masculino Croacia (segunda en el Europeo 2020 y 3 medallas olímpicas), Rusia (3 medallas olímpicas), Hungría (quinta en el Mundial 2021), Eslovenia (cuarta en el Europeo 2020) , Polonia o Catar no participarán
Mientras que en el ámbito femenino no estarán en la cita Alemania (Octava en el Mundial 2021), Croacia (tercera en el Europeo 2020), Dinamarca (cuarta en el Europeo 2020) o Serbia (sexta en el Mundial 2021).
Link al cuadro de competición : https://www.ihf.info/media-center/news/tokyo-2020-draws-complete
Fuente : IHF
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