La lucha esencial en el campo es dejarse las menos líneas de putt posibles
Mi línea de putt…
Es mía y sólo mía.
Es un camino visible que el green ha puesto para mí.
Es intocable. Ni siquiera yo la puedo tocar.
Está ahí. Sólo hace falta tener valor para verla y confirmarla.
Depende de tres factores: de la propia línea, de la fuerza y de las irregularidades del green. Pero, realmente, depende sólo de mí.
Mi línea de putt…
Consiste en hacer rodar la bola, y rodar la bola, y rodar la bola …
Es cada uno de los 18 retos que hay en una vuelta. ¡Ojalá fueran menos!
Depende de mi audacia.
Tiene un margen de 65,3 milímetros desde el centro del hoyo. Pueden ser más si la bola llega con la fuerza justa.
No sabe de temores. Si los hay, se ve borrosa.
Hay que buscarla con determinación.
No sabe nada de distancias superiores a ella. Bueno, sí, pero no ….
Está en mi mente desde que golpeo la bola a green.
Mi línea de putt…
No depende de la distancia. Depende de mí.
Siempre toca el green y, al final forma 90º y desciende 42,7 milímetros.
Me la imagino por detrás del agujero. Si fallo, que sea por exceso de fuerza.
Pierde fuerza por el lado fuerte.
Son rutina, sensaciones, balanceo … y ver en la mente la bola entrando con elegancia.
Es el rumbo a la victoria.
El Rabazo Golf League
“El Golf se basa en la integridad del individuo para mostrar respeto a los demás jugadores y en respetar las reglas. Todos los jugadores deberían comportarse disciplinadamente demostrando cortesía y deportividad en todo momento, independientemente de lo competitivo que puedan ser. Este es el espíritu del juego del Golf” (Las Reglas del Golf. Sección I – Etiqueta. Apartado dos – El Espíritu del juego)
