La NextGen ya está aquí. La temporada de tierra empieza con una sorpresa. El Masters 1000 de Montecarlo no tendrá la final esperada. El ruso Andrei Rublev y el griego Stefanos Tsitsipas intentarán lograr su primera victoria en un torneo de esa categoría. Esta temporada tan atípica por culpa de la pandemia acaba con muchos de los favoritismos. Sólo así se puede entender que los dos máximos favoritos al título, Rafa Nadal y Novak Djokovic, no hayan logrado alcanzar ni las semifinales.
Los dos finalistas llegan descansados y poco exigidos después de disputar unas semifinales sin mucha oposición. Ni Evans ni Ruud fueron capaces de poner en apuros a sus rivales. El ruso se impuso al danés por (6-3 y 7-5) en apenas una hora y veinte minutos. Ruud no supo buscarle las cosquillas a Rublev. Lo intentó atacando el segundo servicio del ruso pero no fue suficiente. Gran torneo del tenista danés. Tiene un juego muy consistente de fondo y con un juego muy táctico. Muy pocas florituras pero muy eficiente en sus golpes. Una derecha muy peligrosa. Jugador completo. Cuando mejore su servicio dará más guerra y subirá en el ránking ATP. Pero Rublev es otro nivel y se impuso la lógica. Y más aún después de eliminar a Rafa Nadal. Esa confianza es la mejor vitamina contra cualquier rival.
El griego Tsitsipas no tuvo rival en Evans y le venció en dos cómodas mangas (6-2 y 6-1). Se le puede catalogar de entrenamiento con algo de público. El inglés dio la campanada eliminando a Djokovic pero está lejos de poder ganar a los mejores especialistas en tierra si están a su nivel. En pista rápida el partido podría haber tenido otra historia pero el tenista griego venía avisado y salió sin confianzas y desplegando un alto nivel de juego. Sin fisuras ni alegrías en su juego pero que fue suficiente para alcanzar la final del domingo.
La final promete ser mucho más disputada. Los antecedentes entre el ruso y el griego así lo presuponen. Eran los favoritos en semifinales e hicieron valer su ránking y su estado de forma. En principio, Tsitsipas llega más descansado ayudado por un cuadro amable y por el abandono de Davidovich en su partido más disputado. Rublev llega con mucha moral y demostrando un gran nivel de juego pero mucho más cansado después de las dos palizas ante Bautista y Nadal. El espectáculo está servido. Dos luchadores con mucha hambre de victoria y de gloria. No será la primera vez que los veamos en rondas finales de grandes torneos. Más vale ir acostumbrándose.
Fotos vía: @atptour
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