La final del WTA 500 de Doha será disputada entre la cuarta cabeza serie Petra Kvitova y una de las jugadoras más calientes de la joven temporada, Garbiñe Muguruza. El encuentro será una revancha de la edición del 2018, cuando la checa venció a la española 3-6, 6-3, 6-4. Mucho ha pasado desde entonces, pero queda claro, que la doble campeona de Wimbledon domina la serie de encuentros disputados al momento 4 a 1. Sin embargo, es importante notar que, de esos cinco partidos, tres se han ido al máximo de tres sets, y uno de los que fue dominado por la checa en sets consecutivos, fue sumamente competitivo. De manera, que debemos esperar otra gran batalla entre estas jugadoras que miden 1.82 metros.
Duelo de momentos en Doha
Más allá del historial de encuentros, hay que tomar en cuenta la forma actual de ambas tenistas. Y sin duda, la más consistente hasta el momento es Muguruza, quien también se coronó en Wimbledon, y en el Roland Garros, además.
El trayecto a la final por parte de la jugadora nacida en Caracas, ha sido impresionante. Al no figurar como cabeza de serie al realizarse el sorteo, tuvo que enfrentar muy temprano a jugadoras de alto calibre, como lo son Aryna Sabalenka y Maria Sakkari. Estas victorias, deben darle mucha confianza cuando se enfrente mañana a Kvitova. Sin embargo, surge la interrogante si el no haber disputado el partido de semifinal contra Victoria Azarenka, le habrá quitado el ritmo que llevaba.
De menos a más
Kvitova por su parte, parece haber reencontrado su juego luego de un decepcionante inicio de temporada en Australia. Si bien no ha tenido que lidiar con rivales de tanto renombre como las de Muguruza, no dejan de ser jugadoras respetadas que pueden irse de tú a tú con las mejores. Y en esas victorias, se le vio en control y lista para volver al nivel que ha demostrado en el pasado.
El partido entre ambas debe ser explosivo, de peloteos cortos, pero poderosos. En la medida en que esos peloteos se alarguen, beneficiará a Muguruza, quien es las más consistente entre las dos. Pero si la checa controla su enorme fuerza, y mantiene los errores no forzados en un número bajo, será la española la que tenga que hacer reajustes, si no quiere volver a quedarse corta en Doha, tal y como pasó hace tres años.
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Fuente de la foto principal: @WTA
