El pádel se coronó como rey de mis aficiones en el año 2016. Coincidió con el comienzo de mi etapa como jugador amateur. Sin tener los conocimientos que poseo ahora, me impactó lo que era el pádel profesional. No sabía que alguien podía “sacar la bola por tres”, ni “por cuatro”, ni tampoco que se podía salir de la pista a recuperar un smash “por tres” del rival. Sin duda, lo recuerdo con un auténtico espectáculo.
Primera experiència impactante con el pádel
El primer partido en directo que visioné fue la final femenina del ABANCA A Coruña Open 2016, la cual disputaba Marta Marrero/Alejandra Salazar frente a Patty Llaguno/Eli Amatriain.
Al término de la final femenina, daba comienzo la final masculina en la que se disputaban el título Paquito Navarro/Sanyo Gutiérrez frente a Pablo Lima/Fernando Belasteguín. Si ya la final femenina me resultó un auténtico festival de puntos inalcanzables a las personas de a pie, Sanyo Gutiérrez se encargó de enseñarme que el gran showman de este deporte era él. No obstante, no resultó suficiente para desbancar del podio a unos Pablo Lima y Fernando Belasteguín inconmensurables. También entendí por qué Fernando Belasteguín poseía la auténtica proeza de mantenerse como número uno durante la friolera de 13 años. Título que siguió ostentando hasta la temporada 2018, en la que Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez consiguieron desbancarlo del puesto que compartía con Pablo Lima.
Padeladicto
Es en este momento donde comienzo a seguir cada partido que retransmitían por streaming de todos los torneos. El pádel se convierte en mi compañero de fines de semana desde los cuartos de final que habitualmente se juegan los viernes, hasta la culminación del torneo con la final que se juega el domingo. Actualmente, no podría decantarme por ningún jugador favorito. Lo que sí puedo decir son las habilidades que me encandilan de cada uno de los jugadores pertenecientes al circuito. El smash de Juan Lebrón, la polivalencia de Ale Galán, los reflejos de Juan Martín Díaz, la cuchilla de Paquito Navarro o la magia de Sanyo Gutiérrez, la bandeja de Alejandra Salazar, la potencia de Marta Marrero, la locura de Bea González, la magia de Ariana Sánchez o la explosividad de Paula Josemaría hacen que a día de hoy siga manteniendo mi amor por el pádel.
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