Ciclismo Crónica Vuelta a España

Las bicicletas no son únicamente para el verano

 

Arrate

Cuenta la leyenda, que la Virgen de Arrate se le apareció a un pastor y los habitantes decidieron erigir una basílica en su honor. Más prácticos los pueblerinos optaron por construirla en Azitain. Pero a media obra, una noche la virgen se apareció en forma de ángel y traslado todo de Azitain hasta Arrate, ayudada por unos bueyes y haciendo tres paradas en el camino. Es otoño en el País Vasco. Todo está ocre, casi todo parece oxidado.

 

Septiembre tardío

El viento y la lluvia. El agua y las hojas: Cubre la etapa de un sabor casi trágico, amargo. En esta Vuelta que empieza con un final en alto. Es octubre. Ciclistas escondidos tras las máscaras para huir de una pandemia que parece pintarlo todo a fuerza de desdicha. Con un aroma otoñal tan belga que estremece. Y que no perdona ni el primer día a las glorias de un pasado no muy lejano. Froome parece tan gris, tan ocre, que se despide del pelotón mientras su Ineos tira por delante sin mirar atrás  y pierde, en Arrate, 11m 12s mostrando todos sus miedos en el descenso del puerto anterior. Valverde incansable de correr, a sus 40 años, se deja 51s y quita el sitio algún joven, que desde su casa, se muerde las uñas por no poder estar; y no duda des de su sofá que sería un fiel escudero para un Enric Mas, que se presenta como un líder sólido para una general que empieza igual que terminó el año anterior. Roglic se fue líder y ha entrado para reencontrarse con el maillot rojo. Con una actuación tan fría, tan habitual en él, subiendo retrasado en el grupo de los elegidos, dejando disparar a matar al laborioso de Durango, un Kuss, que labra al pelotón igual que el agricultor lo hace con la tierra para que su líder consiga la victoria. Con un ataque cargado de fuerza, esperado por todos y contestado por nadie. Ni Carapaz tan intenso, ni Mas tan atento, tampoco Chaves muy fresco, ni siquiera Martin tan rápido aunque cada vez menos.

Todo se marchita

Es la vuelta de los jóvenes. Y cómo escribía Jaime Gil de Biedma en su poema No volveré a ser joven: “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde –como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante”. Hay 60 ciclistas menores de 25 años y 48 de ellos, novatos en las vueltas de tres semanas. Y todos, como prosigue la poesía sueñan que… “Dejar huella quería y marcharme entre aplausos–envejecer, morir, eran tan solo las dimensiones del teatro.”  Pero los años igual que las palabras hacen daño y a veces, no queda más que darse cuenta. Observando el final de la extraordinaria poesía uno descubre que quizás y para algunos: “Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.”

 

Crecido

El primer Maillot Blanco es para Mas, un joven de 25 años que parece veterano. Casi caducado: Por la ferocidad que los jóvenes queman etapas. Pero la verdad es que hoy, él y el Movistar han ilusionado cómo hacía mucho que no hacían. Si la Vuelta consigue que la burbuja no se rompa y el frío del inverno no nos muerde algún final y, podemos disfrutar de las 18 etapas hasta Madrid, el espectáculo está casi asegurado en una Vuelta a España tan salvaje.

Anhelos de sol y añoranza de tiempos pasados: Pero hay que seguir para que no nos engulla el óxido.

@xejico

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