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Así no se vale

Los que ya tenemos cierta edad recordamos que en nuestra infancia cuando se producía alguna injusticia deportiva se decía aquello de “así no se vale”. Era nuestra pataleta particular. Algo parecido vino a decir hace unos días el atleta francés Mahiedine Mekhissi en unas declaraciones al diario L’Equipe a raíz de los dos récords del mundo que se batieron en Valencia. La polémica estaba servida porque esas críticas no las decía un don nadie en el mundo del atletismo. Estamos hablando del nombrado mejor atleta francés de la última década, medallista olímpico y mundial y campeón europeo en la prueba de los 3.000 metros obstáculos.

Los récords de Valencia

En la prueba de Valencia la etíope Letesenbet Gidey pulverizaba el récord mundial de los 5.000m y el atleta ugandés Joshua Cheptegei hacía lo propio en los 10.000m. Y es aquí donde aparece Mekhissi. No se queja de la legitimidad de los récords sino de la ayuda tecnológica que tuvieron los atletas en dichas pruebas. En este caso no hablamos de la clásica liebre que marca un ritmo por vuelta sino de la liebre lumínica o ‘Wavelight technology’.

Esta ayuda tecnológica no es novedosa. El pasado lunes se celebraba un año de la consecución de uno de los mayores hitos del atletismo y del deporte. El atleta keniata Eliud Kipchoge lograba una marca de 1h59’40”2 en la distancia de la maratón en Viena. Esa liebre lumínica estuvo presente toda la prueba marcando el ritmo de las liebres que acompañaban al atleta en su gesta.

Zapatillas voladoras

Aunque hace un año casi se habló más de sus zapatillas y hubo cierta polémica al respecto. Otro de los elementos de controversia en el mundo del atletismo. Muchos expertos piensan que ser guiado por una liebre no se puede considerar ilegal. En el fondo se trata de correr lo hagas detrás de un atleta o de una luz. Así se expresaba hace propio el legendario Kenenisa Bekele en unas declaraciones.

Donde sí se habla más abiertamente de dopaje tecnológico es en el mundo de las zapatillas de competición. Incluso hay una guerra encubierta entre marcas. No debemos olvidar que los atletas que los atletas que han batido los últimos récords usan Nike y Mekhissi es de Adidas.

En el pasado maratón de Londres donde Kenenisa Bekele y Eliud Kipchoge debían derimir un apasionante duelo se habló más de las Nike Vaporfly Next % y las Adidas Adizero Adios Pro que de los propios atletas. Como si de neumáticos se tratasen de diferentes escuderías de la Formula1 la elección de las zapatillas se antojaba vital. La baja de última hora de Bekele privó al aficionado de ese apasionante duelo de atletas y de zapatillas.

Doping tecnológico

El continuo avance de la tecnología en las zapatillas obligó a la World Athletics a regular su uso. Queda claro que su uso no es comparable al de los bañadores “mágicos” de poliuretano prohibidos en competiciones oficiales de natación hace casi diez años porque se demostraba que había mucha ayuda y desvirtuaban los récords. Pero el avance de la tecnología es imparable en muchos deportes y el atletismo no es ajeno a ello. Es ley de vida. Los materiales de las zapatillas no son los mismos de hace 30 ó 40 años, ni los materiales sintéticos de las pistas de atletismo, ni los tejidos de las equipaciones.

El deporte evoluciona a la par de la ciencia y la tecnología. Los materiales son más ligeros y resistentes y ayudan a mejorar tiempos pero eso siempre le pasó a cada generación anterior. Se ha mejorado en alimentación. Hay entrenadores más preparados. La recuperación se realiza con aparatos de última generación. Los viajes a las competiciones se hacen en aviones y se gana en descanso. La medicina deportiva ha evolucionado muchísimo. Así que bien haría Mekhissi en disfrutar de todos esos avances y dejar el “así no se vale”.

Fotos vía: twitter.com/atletismoRFEA

 

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