Ciclismo Crónica Tour de Francia

El Tour que superó la pandemia

La espera.    

La vida está tejida por un hilo continuo de acontecimientos y esperas. <<Esperar es una lata>> – reza la primera frase del libro “El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera” de Andrea Köhler. Este año, ha sido el año de la espera perpetua. Aunque esperar es ineludible. Lo hacemos todos. A toda hora: esperamos la hora del partido, de la serie. Esperamos disfrutar de nuestros ratos libres. Que llegue el amor o que se vaya el dolor. Y mientras esperamos; recapacitamos. Y en la lentitud de la espera es donde a menudo al fin encontramos lo gratificante. Cuando el Covid nos azotaba más fuerte con sus contagios y la tempestad no nos dejaba ver si habría Tour o no, y nos quedamos encerrados en casa, con los rodillos, You tube y viendo como nos robaban la primavera, nos enfadamos. Después, los nubarrones poco a poco se disiparon y supimos que el tan anhelado Tour, se celebraría en septiembre. Dudamos en llegar a París, sin embargo, hoy, en los Campos Elíseos veremos coronar a un chico de 21 años cómo nuevo mejor ciclista del mundo. Pues eso supone ganar el Tour de Francia. Y todos, deberemos encajar la verdad.

21 días.

El público siempre pide más: Más ataques, más kilómetros, más alternativas, más velocidad. Más de todo y, normalmente, lo hacemos des de nuestro sillón. El verano no empieza hasta que lo hace el Tour. Y muchos de los míos, acaba con él. Este año más que nunca.

El atardecer, en las calles de París es realmente hermoso y llegar montado en una bicicleta sabiendo que es porque has

 logrado conseguir terminar el Tour debe ser maravilloso; ya sea por los caídos acabar; los novatos dejar de serlo. O por ganar una etapa o dos o tres; como el líder.

Y los diferentes vencedores, por llevarse esos maillots que decoran las paredes de sus casas. Pues los honores tienen fecha de caducidad.

Los héroes parten de Costa Azul

Todo empezó en Niza, y como en las buenas novelas, en un día lluvioso. Las caídas marcaron el devenir de las siguientes etapas y el Jumbo el ritmo hasta la contrarreloj, que fue ayer. Alaphilippe se dejó ver en la segunda etapa con victoria y liderato. Pogacar y Landa perdieron tiempo en unos abanicos avisados en la etapa 7 donde volvió a ganar Van Aert, por segunda vez. Dos etapas después, Pogacar, valiente como pocos atacaba sin miedo, recuperaba 40 segundos y su compatriota Roglic se ponía líder.

La guerra por el maillot verde ha sido apasionante entre Bennett y los Bora, porque Sagan para desgracia de los espectadores no estaba para muchos alardes. Tanto es así, que en ningún momento se le ha visto capaz de quitárselo, ni con toda su escuadra a su servicio.

También debemos destacar al equipo Sunweb y a sus corredores Hirschi una joya de futuro que gano una etapa y Andersen ganador de dos etapas. Y cada día que pasaba estaba más claro que el Tour era cosa de dos eslovenos. En la etapa 15 con final en el Grand Colombier, descubrimos que el último campeón perdía todas las opciones, Bernal se descompuso. Los demás, únicamente peleaban por la tercera plaza y los top 10.

La vida (de Pogacar) es bella

Y esperamos. Esperamos que pasara algo. Pero el Jumbo con su fuerza, con su equipo y con su líder lo dominaban todo, con mano de hierro. En cada etapa, en cada terreno, en cada táctica. Sin dejar nada al azar para que Roglic llegara con ventaja y fuerzas en la última crono. Ahorrando esfuerzo, vatios y ataques. Y los demás como almas en pena, siguiendo el tren. Hasta que llegó el cara a cara del líder contra su príncipe.  Sin equipo de por medio. Y se acabó la espera. Final en La Planche des Belles filles. Uno contra otro y en cada metro, en cada segundo, se veía como Pogacar más fresco, más fuerte, al principio le recortaba segundos y a medida que se terminaba la etapa y la subida, le ganaba tiempo para consolidarse como una joya que brillaba ya por si sola. Y así, con la sorpresa, la espera tomaba sentido.

 

Hoy.

Como todas las últimas etapas del Tour, hoy, hemos visto la alegría de los corredores, igual que cada año en los primeros tramos de la etapa, con cava y fotos de los maillots, los equipos y la euforia por terminar los 21 dias vivos.  Aligerando presiones y frustraciones. Disfrutando hasta llegar a Paris y su primer paso por meta para luego competir como locos para este final de todo a toda mecha, para demostrar quien es el más rápido. Dando la razón al maillot verde que llevaba Bennett, ganando con claridad en el esprint, siendo el más rápido. Consiguiendo su segunda victoria en este Tour que ha coronado a Pogacar. Ese niño con cara de niño. Ese campeón tranquilo. Con un futuro que únicamente él sabe dónde puede llegar. Y puede que nos quede claro que, en el Tour, nunca se puede dejar de atacar, porque puede que al final te hagan falta los segundos.

 

Clasificaciones.

 

Tadaj Pogacar (UAE Emirates) será el segundo ciclista en la historia del Tour en ganar tres maillots: Amarillo; de líder, De puntos Rojos; montaña, y Blanco; de joven. Sólo lo había logrado antes el belga Eddy Merckx, y con eso se dice todo.

Sam Bennet: El verde; de la regularidad.

Movitar: Por equipos. Su quinta vez consiguiendo así convertirse el sponsor con más victorias.

La combatividad: Marc Hirschi más que merecida, otro corredor con un gran futuro.

Y el top 10

  1. Tadej Pogacar
  2. Primoz Roglic
  3. Richie Porte
  4. Mikel Landa
  5. Enric Mas
  6. Miguel Angel Lopez
  7. Tom Dumoulin
  8. Rigoberto Uran
  9. Adam Yates
  10. Damiano Caruso

 

Otra vez la espera

Cerramos esta edición 107 de la Grande Boucle con la alegría de poder hacerlo, con las sonrisas detrás de las mascarillas. Salvando a un pelotón y todo lo que lo rodea de una pandemia por hacer las cosas como son debidas; un ejemplo. Sabemos como acaba esta historia. ¿Y qué nos toca ahora? Esperar. Ni la aceleración de la comunicación nos ha liberado de la espera, más bien lo contrario, pues nos ha hecho crecer la impaciencia. Pero sí, el Covid, que quizás, gracias a él, la espera para que vuelva empezar el Tour el próximo año será menor. La palabra esperanza viene de esperar y eso nos ha ofrecido este Tour. La esperanza nos hace parecer que vale la pena la espera: Si no hay esperanza, no hay espera. Y eso es el final.

@xejico

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