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Naomi Osaka vuelve a coronarse campeona del US Open

Naomi Osaka llegó a Nueva York con una misión muy clara. Tenía que mantener en el debate público, las luchas del movimiento Black Lives Matter contra el racismo sistémico que ha costado tantas vidas en los Estados Unidos, y en el mundo. Cada partido era una oportunidad de forzar la discusión, y se lo tomó muy en serio. Luchó contra una lesión, contra oponentes que parecían iban a vencerla y sobretodo, contra la presión de ser la favorita para ganar el torneo. Aunque al haber alcanzado la final, la tenista de raza híbrida, había cumplido con su principal cometido de mostrarle al mundo los nombres de siete seres humanos que fueron asesinados por la policía, era obvio que quería más. El debate racial seguiría avivándose con una victoria, y de paso, se retomaría la discusión sobre cuán grande puede ser Osaka para el tenis femenino.

Primer set

Al inicio del partido, parecía que el debate tomaría otro rumbo igualmente importante, cuando Victoria Azarenka comenzó a dominar a la japonesa en todos los renglones del juego. La bielorrusa ha pasado por muchas pruebas con las cuales muchas mujeres pueden identificarse. Una victoria, luego de tantos obstáculos al intentar volver al nivel en el que una vez estuvo, habría sido motivo de mucho orgullo. Y al romperle el servicio a Osaka en el primer “game” del partido, y nunca mirar hacia atrás en el resto del set, parecía que al final del día, la discusión se centraría en ese asunto.

Azarenka movió la bola a su antojo, puso a correr a Osaka de lado a lado, provocando múltiples errores. Su servicio, que posiblemente sea su punto más débil, estuvo impecable. Logró colocar un 94% de los primeros servicios, y ganar el 75% de ellos. Al momento de devolver el servicio de la japonesa, la puso bajo presión constante, provocando múltiples faltas. El primer set terminó a favor de Azarenka 6-1 en tan solo 27 minutos.

Segundo set

El segundo set inició con el mismo patrón. Azarenka se fue arriba rápidamente 2-0. Sin embargo, Osaka logró calmar sus nervios, para lograr el primer quiebre de servicio. Tras esto, comenzó otro partido. La campeona de la edición del 2018, empezó a servir con mucha más contundencia, y sobre todo, a ser mucho más paciente en los peloteos. Al no pretender acabar los puntos de inmediato, y jugar estratégicamente, comenzó a pasarle la presión a Azarenka, quien empezó a fallar sus primeros servicios. Esto le permitió a Osaka, romperle el servicio a Azarenka en la mitad del set. Al estar arriba 4-3, y mantener su servicio para poner el marcador 5-3, el momentum del partido, claramente había cambiado a favor de Osaka.

Sin embargo, la lucha por cada punto siguió. El último “game” de este set tuvo varios “deuces”, pero Osaka finalmente había llegado al partido y se llevó el set 6-3. Al terminar el segundo set, sus primeros servicios aumentaron a un 70% y acumuló un registro positivo de 21 tiros ganadores por 18 errores no forzados.

Tercer set

Así se llegó al set final. Osaka lo inició con la misma intensidad para irse arriba 1-0. Azarenka mantuvo su espíritu de lucha al servir, y empató el marcador. Osaka siguió sirviendo a un gran nivel, lo que ponía a Azarenka bajo gran presión, por estar sirviendo después. Y en efecto, una doble falta y algunos errores, le dieron a Osaka los primeros dos puntos de quiebre del tercer set. Azarenka salvó uno de ellos con una grandiosa derecha paralela, pero Osaka logró ganar el siguiente punto para irse arriba 3-1.

La doble campeona del Abierto de Australia no se dejó amilanar y rápidamente puso el próximo “game” a su favor 0-40. Parecía que el rompimiento de vuelta era inevitable, pero Osaka lo tomó con calma, y logró venir de atrás para consolidar su quiebre 4-1. De inmediato, la presión sobre Azarenka continuó y se vio abajo por 15-40, lo cual la puso en gran riesgo de verse abajo 1-5.

Sin embargo, la bielorrusa mantuvo su deseo de dar la pelea, y empató el “game”. Tras varios “deuces”, Azarenka logró mantener su servicio, y la oportunidad de seguir en el partido al poner el marcador 4-2. El siguiente “game” inició rápidamente a favor de Osaka, pero Azarenka persistió y le puso presión a Osaka, quien evidentemente se quedó pensando en el “game” anterior. Los errores volvieron a la raqueta de la japonesa y le quebraron el servicio. Azarenka volvió a ponerse oficialmente en la pelea 3-4.

Pero en el pasado, Osaka ha demostrado tener una gran capacidad de quitar la tensión de su mente, y concentrarse en su juego. Al lograrlo, le rompió el servicio de inmediato a Azarenka para irse arriba 5-3. Y así, con la misma actitud positiva, fue a servir para el campeonato. Terminó el set con otro 6-3.

Al final acumuló 34 tiros ganadores y 26 errores no forzados, colocó un 65% de primeros servicios, y ganó un 61% de ellos. Al devolver el servicio de Azarenka, quien sirvió muy bien durante todo el partido, ganó un 46% de esos puntos y un respetable 42% de los puntos de quiebre.

Pero más allá de estas estadísticas, lo que más impresiona de Osaka, es su fuerza mental. Ya la habíamos visto hacer gala de ella en la final del US Open 2018, y en la del Abierto de Australia del 2019. Pero ver como vino de atrás, cuando estaba abajo 6-1, 2-0, es una prueba más, de cuánto puede lograr durante los próximos años.

Hay en Naomi Osaka una gran atleta, pero sobretodo, una gran persona. Pinta grandioso el tour de mujeres por la próxima década. Disfrutémoslo.

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Fuente de la foto principal: Twitter/@USOpen

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