El Coloso
Como si fuera un Dios Romano Júpiter o Plutón hoy se le adora y se le rinde tributo, a veces hasta puede convertirse en un monstruo, otras puede ser un coloso. Los expertos cuando lo observan desde abajo tuercen el gesto y les tiemblan las piernas.
La historia siempre ha dicho que no ha sido bonito ni especialmente importante, pero cuando se menciona su nombre, un monstruo de 12,4kms y una pendiente del 10,5%, es durísimo, tremendo, el sufrimiento sobre el sillín, es el Mortirolo.
Su temido nombre viene por el exterminio de paganos insurgentes por el ejército de Carlomagno en el año 773, también es conocido como el Puerto de la Foppa, su historia desde esa época hasta la década de los 90 esta extinta. Hasta esa década este Coloso de 1.852 metros permaneció dormido, el ciclismo profesional lo resucitó para destrozar piernas, llenar de crisis y fatigas a los valientes que han osado subirlo.
Fuente: www.zikloland.com
El corazón dolomita
En el denso bosque del corazón de los Dolomitas, en la carretera que une Mazzo di Valtellina con Monno y el Val Camonica, allí nació el camino del coloso que serpentea esas 39 curvas. Es una escalada mucho más pura que el Gavia o el Stelvio y la escalera que llega al infierno con una pendiente que no baja del 10% está entre San Maté y Piaz de l’Acqua.
Allí se han vivido las mayores batallas en el Giro de Italia y se han concentrado todos los tifosi del ciclismo italiano para vivirlo. El Giro ha escrito sus páginas más bellas en este bellísimo infierno.
Fuente: es.wikipedia.org
El Pirata
En 1990 fue Leonardo Sierra venezolano, quien lo coronó por primera vez en un Giro que fue recordado por la gesta de Gianni Bugno que lució la maglia los 21 días de la Corsa Rosa.
Pero fue 1994 donde comenzó su leyenda en una etapa del Giro de Italia, también fue el nacimiento de un chico bajito, con escaso pelo, llegado de la costa Adriática y con 24 años se llamaba Marco Pantani. El Giro en el que estaban batallando por la general Berzin, Bugno y don Miguel Indurain, el guion no estaba escrito y Pantani se escapaba en el Mortirolo. Berzin que llevaba la maglia rosa cometió el gran error de seguirlo y hasta Indurain pago el alto peaje del infierno camino de Aprica, intentó cogerlo junto a Cacaito, pero los dos cogieron sendas pájaras y fue una masacre, el navarro perdió 3 minutos y el ruso más de 4. Allí nació el mito del Pirata, dejo a todos los aficionados y pelotón con la boca abierta.
Fuente: plataformarecorridosciclistas.org
Scatenato
Muchos años más tarde se comprobó que el Pirata iba Scatenato, desencadenado en castellano, para esa durísima subida se montaban los pequeños piñones de 25 dientes. Su equipo el famoso Carrera era partidario de montar un 24, pero Pantani probó varias veces y se quedó con el de 22. Los expertos comentan que subir la escalera del infierno con esos piñones certificaba las propiedades vigorizantes de una sustancia llamada EPO.
En el Giro de 1996, Ivan Gotti fue el más rápido en la penúltima etapa consiguió subirlo en 42 minutos y cuarenta segundos. Vigente record que suscitó las dudas en los órganos mundiales ciclistas que rápidamente introdujeron las analíticas para detectar el abuso de la famosa y maldita EPO. Al año siguiente su marca empeoró 30 segundos.
Monumento
En el kilómetro 8 de la subida, en un giro a la izquierda terrible por supuesto, lleva a los ciclistas a encontrase con uno de los monumentos más curiosos, la escultura del Pirata. En 2006 dos años después de la muerte de Pantani, una de las diseñadoras lo tuvo claro, el muro tenía que pasar a la historia del monumento y allí se le rendiría tributo eterno. La conexión es total y absoluta con esta escalada, hoy en día cada vez que se sube el Mortirolo se concede el premio especial de la Cima Pantani al primero que lo corona. El Coloso y El Pirata estarán juntos para siempre.
Fuente: style.corriere.it
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