En el cuadro inicial del torneo de Lexington había tanto nombre exitoso, que fue fácil pasar por alto el nombre de Jennifer Brady. Sin embargo, antes de la llegada del virus que paralizó al mundo, la estadounidense había dado señales de estar llevando su indiscutible talento a otro nivel. Y es que, en los primeros dos meses del año, logró victorias sobre tenistas del calibre de Ashleigh Barty, Garbiñe Muguruza y Elina Svitolina. De manera que al tomar en cuenta esto, no resulta tan sorpresivo, que haya terminado la semana con el trofeo en sus manos.
Su contrincante en la final fue Jil Teichmann, quien también llegó a esta etapa del torneo, sin que pudiera ser pronosticado. Los primeros siete “games” del primer set fueron sumamente reñidos. Cada jugadora pudo mantener su servicio a pesar de que en más de una ocasión tuvieron que enfrentar puntos de quiebre. En el caso de Brady, llama la atención como resistió, a pesar de haber tenido problemas con su primer servicio (sirvió solo un 33%). Afortunadamente para ella, su “forehand” es tan potente y preciso, que pudo en los momentos importantes, sacar de balance a la suiza, y abrir la cancha, para lograr el tiro ganador.
Una vez la estadounidense logró el quiebre para irse arriba 5-3, la dinámica del partido cambió. Aunque le costó un poco cerrar el primer set 6-3, de inmediato le rompió el servicio a la suiza en el primer “game” del segundo set. Por el resto del partido, Brady reencontró su primer servicio (sirvió a un 61%). Y una vez logró colocarlo, seguido de su potente “forehand”, no era mucho lo que Teichmann podía hacer. Sin duda, es una combinación letal que puede lastimar a la mejor de las jugadoras.
Brady logró cerrar el segundo set 6-4, para ganar su primer torneo de la WTA. El triunfo la catapultará a la cuadragésima posición del ranking, por primera vez en su carrera. Todo tiende a indicar, que estará entre las jugadoras sembradas en el US Open.
Ante todo lo visto, es inevitable pensar en lo que Brady habría logrado si no hubiera sido por el covid-19. ¿Qué otras tenistas del top 10 habría vencido durante este periodo? ¿Cómo le habría ido en el Indian Wells o en el Miami Open? ¿Habría llegado a la segunda semana del Roland Garros o de Wimbledon? ¿Habría ganado su primer torneo antes?
Son preguntas que jamás podremos contestar. Lo importante es que la estadounidense retomó el circuito donde lo dejó. Su confianza está en el nivel más alto de su carrera, por lo que hay que echarle el ojo en los próximos torneos, incluyendo el US Open.
Las próximas semanas serán interesantes.
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Fuente de la foto principal: NBC Sport
