Alguna vez se imaginaron una de las grandes ligas del fútbol profesional en la cual se juegue sin descensos durante 3 temporadas, pero con ascensos, o sea incrementando dos equipos por año en cada categoría. Lo que pudo haber sido una utopía, hoy es realidad en la Argentina.
Las razones
Entre las varias razones del porque se llegó a esta atípica decisión podemos enumerar las siguientes:
-el estado patrimonial actual de los clubes con balances en rojo sumado a sus continuas y malas gestiones administrativas.
-el objetivo de sanear sus economías de una vez por todas y no estar forzados a realizar grandes erogaciones para ser competitivos.
-fomentar la consolidación y exportación de jugadores juveniles sin la presión de tener que ganar todos los domingos.
-La situación económica financiera de los clubes no puede disociarse de lo que ocurre en el país, sumergido en una permanente devaluación de su moneda con una inflación galopante.
-la suspensión por la pandemia CORONA VIRUS 19 de todos los torneos de las diferentes categorías desde el 13 de marzo hasta al menos fines de septiembre.
La función social
Cabe destacar que además de su finalidad futbolística, la gran mayoría de las instituciones cumplen un rol social brindando a la comunidad más allá de la práctica de infinidad de deportes federados, también la posibilidad de tener escuela primaria, secundaria y hasta algunas carreras de nivel terciaria, por lo cual su contabilidad y plantilla de empleados va más allá del verde césped.
Para muchos involucrados en este mundo del fútbol que conciben solo el modelo de sociedades anónimas y no el de sociedades sin fines de lucro, no entienden que estos puedan aumentar sus deudas gestión tras gestión, sin importar en la categoría que estén, transfiriendo en forma recurrente el problema a quien vendrá después.
Cambio de modelo
Algunas consecuencias de esta decisión parecen obvias, como torneos de menor nivel y repercusión, con pocas figuras, pero tal vez con algo positivo que puede ser plantear un juego más ofensivo ya que no existirá el famoso miedo a perder.
Esta determinación produjo el día 30 de junio pasado, la libertad de acción de 1 cada 3 jugadores de primera división y de 1 cada 2 en las categorías menores. Ellos, por intermedio de su sindicato, se oponen a este nuevo escenario, porque bien saben que eso traerá la reducción de sus salarios ya que la mayoría de los equipos en cada categoría, formaran para el próximo torneo sus planteles con 7-8 profesionales y el resto de las canteras o completando con aquellos que vengan de categorías inferiores. Ya se está hablando de una fuerte emigración de jugadores de 1ra división a países vecinos con la posibilidad de cobrar en dólares.
El riesgo que asumen los que votaron por mayoría esta decisión, es que, bajando egresos de esta manera, también resignarán un porcentaje de sus ingresos de TV y por ende también los referidos a patrocinio en camisetas, estática y venta de entradas. Sin embargo, lo que se refiere a la primera división, los dirigentes ahora más que nunca, tratarán de buscar ingresos adicionales clasificando a las copas de la Conmebol o exportando jugadores de su formación con mayor continuidad.
Futuro incierto en Argentina
Sepamos igual, que como todo lo que pasa en Argentina es volátil, esto puede variar en enero 2021 y quedar en la nada o virar en otra dirección. Los cambios abruptos son moneda corriente, a los cuales el hincha local ya está acostumbrado y no lo sorprendería.
Será interesante escuchar la opinión de los hinchas en una encuesta de si están o no de acuerdo con este escenario donde la pasión se pondrá en juego. Imaginamos, que para los de clubes grandes la situación podrá ser indiferente, pero para los de los más chicos, tal vez lo prefieran, ya que se aseguran no descender, pudiendo ascender realizando una buena temporada o jugar para clasificar a los torneos continentales.
El tiempo como siempre, juzgará si esta medida sirvió para hacer los cambios estructurales que necesitaba el futbol argentino o solo habrá servido para dilatar su agonía y seguir siendo más de lo mismo.
Hagan sus apuestas señores y en 24 meses nos juntamos a debatirlo.
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