Análisis Psicología Deportiva

Estrés y alto rendimiento. Aportes de Psicología Deportiva

El estrés en el alto rendimiento deportivo es una realidad que requiere un abordaje desde la Psicología Deportiva, durante toda la carrera del deportista. Pues cada vez es más común leer o escuchar a deportistas contando sus sufrimientos psicológicos, poniendo en relieve la importancia de la misma para la salud y el rendimiento de los protagonistas.

Alto rendimiento y salud mental:

Históricamente el deseo por la mejora deportiva ha llevado al deportista a recorrer un camino alocado de exigencias que lo lleva a vivir para eso. El día, el mes y el año lo lleva a una vida cargada de rutinas y pautas en orden a la mejora de su rendimiento y la obtención de resultados. Entrenarse, alimentarse, visualizar videos propios o de rivales, además de descansar, son parte de la rutina del deportista. Si bien esto es lo habitual y lo correcto, el riesgo de un aumento del estrés y la aparición de síntomas de malestar psicológico, se encuentra latente.

Psique de deportista

¿Cómo trabajar con el deportista para optimizar su rendimiento sin dañar la psiquis? He aquí una gran pregunta que la Psicología Deportiva está preparada para responder y trabajar eficazmente. Está claro que existe evidencia científica, además de los testimonios deportivos[1], de la importancia del trabajo con profesionales específicos, durante toda la carrera. Tanto en la formación como en el paso al profesionalismo y, en el mismo, en la mejora continua y el manejo de diversas situaciones que se suceden en la elite.

Búsqueda del equilibrio

Uno de los puntos nodales de aporte es la búsqueda de un equilibrio dinámico y contextualizado entre las demandas deportivas, los objetivos personales y de equipo y las cuestiones existenciales. Para esto es esencial que, tanto deportistas como entrenadores, se abran a la exploración de estos tres aspectos:

  • Demandas deportivas:

    la carrera deportiva puede presentar oportunidades o desafíos de manera puntual donde la demanda de tiempo, trabajo, atención y movilidad aparecen aumentada. Esto puede ocurrir durante momentos de la competencia y la carrera específicos. Y los niveles de exigencia aumentan lógicamente. Pero también debe atenderse al hecho que hay espacios donde la misma desciende. Ponderar y gestionar las demandas deportivas en los diversos momentos resulta clave para la carrera deportiva. Ya que aporta al cuidado de la psiquis y a la optimización del rendimiento. Pues, por un lado, permite hacer fluctuaciones atencionales donde la energía psíquica puede entrar y salir de manera saludable, evitando mantener un nivel de tensión elevado más allá de lo necesario. Y por el otro, focalizar la tensión psicológica y la atención en el momento específico de la competencia. Ya que estar de continuo al ciento por ciento de atención sin descanso genera un nivel de estrés y desgaste que a largo plazo puede ser difícil de sostener y dañar la salud psicológica del deportista.

  • Objetivos personales y/o de equipo:

    postular objetivos personales y relacionarlos con los del equipo resulta imprescindible. Es importante que los mismos se vinculen con aspectos que dependan del deportista y no tanto a la competencia. Es decir, que se orienten más a la mejora del rendimiento que a la consecución de resultados. Objetivos que deben trazarse en consonancia a los del equipo y al autoconocimiento del deportista.

  • Cuestiones existenciales:

    entender que detrás del deportista habita una persona, que piensa, siente, desea, sufre y demás, es fundamental. Apuntar a la integralidad de la persona implica analizar, comprender y atender a los aspectos existenciales del mismo. Ver su situación familiar, económica y laboral para poder ir decidiendo y asumiendo diversos compromisos y atender demandas deportivas. Identificar momentos para armonizar la mejora en lo deportivo con el crecimiento personal, ya que ambas realidades se retroalimentan. Es doloroso observar cómo el éxito deportivo suele verse dinamitado por cuestiones personales o extradeportivas. Como también que ocurre lo opuesto cuando una persona encuentra lugares de bienestar y su rendimiento mejora notablemente. Conjugar persona y deportista es clave para que el estrés no dinamite la carrera ni la vida. Existe, en otros aportes, la llamada Teoría de la T, para resguardarse de ciertos peligros de la dedicación exclusiva y excluyente. La misma afirma la necesidad de que la persona tenga una variedad de interés superficiales además de aquél en el que profundiza y requiere mayor dedicación. Se trata de diversificar los intereses más allá de lo estrictamente deportivo, a fin de que una excesiva exclusividad no aumente niveles de estés y conspire con el rendimiento.

El trabajo de articular estos tres aspectos hace de la Psicología Deportiva un elemento indispensable para el deportista. Ya que permite obtener además de una mejora del rendimiento deportivo cierto nivel de equilibrio con otras necesidades vitales y existenciales.

Equilibrar rendimiento deportivo con las demás situaciones de la vida de la persona es un punto de partida para incluir a la Psicología en todos los niveles del deporte.

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[1] https://www.marca.com/tenis/2020/07/05/5f019103ca4741d6348b4598.html

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