Si se trata de recordar un torneo épico para una nación en ese entonces carente de éxitos deportivos, es necesario hablar de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En este torneo, Chile se dio a conocer por un rendimiento inesperado, ya que enfrentó a grandes potencias durante el desarrollo de este magno evento. Si bien Chile acababa de ganar el mundial de tenis de Dusseldorf, era difícil imaginar que algo así podía pasar. La dupla chilena conformada por Fernando González y Nicolás Massú se caracterizaba por su espíritu combativo, ambos se ubicaban entre los mejores 20 jugadores del mundo pero no contaban con grandes registros en etapas finales de los mejores torneos ATP.
Grandes jugadores olímpicos
La semana en que se desarrollaba la competencia, se presentaba complicada. Estaban presentes el favorito Roger Federer en el cuadro de singles y la dupla de los hermanos Bob y Mike Brian, que venía dominando el circuito de dobles. La dupla olímpica tenía claro que para lograr un hito histórico, deberían afrontar horas y horas de tenis, ya que implicaba jugar sus partidos de singles en horario diurno y el dobles en la nocturna, en ocasiones el mismo día.
En singles dejaron en el camino a grandes tenistas como Gustavo Kuerten, Andy Roddick, Carlos Moya, entre otros. Y por otro lado a duplas consolidadas, como los hermanos americanos Bob y Mike Brian, y los croatas Mario Ancic e Ivan Ljubicic, de esta manera Chile llegó a una final inesperada.
Un día histórico
El día antes de la final de dobles, debieron afrontar las semifinales de singles. Por un lado Massú derrotó al americano Taylor Dent, instalándose en la final por el oro en individuales. Y por otro lado, González dominaba su partido ante el también americano Mardy Fish, hasta que en el segundo set sufrió una torcedura de tobillo que conllevó a perder su partido por molestias físicas. Así terminaba el sueño de una anhelada final entre tenistas chilenos. A pesar de lo sucedido, al siguiente día en la mañana, González afrontó su partido por la medalla de bronce ante Dent. El duelo se extendió por más de 3 horas, fue ganado por el chileno en un largo tercer set por parciales de 6-4, 2-6 y 16-14.
Una final histórica para Chile
Se venía la final de dobles olímpica, con un González extenuado físicamente y con apenas unas horas de descanso.
Pese a esta situación la final fue extraordinaria ante el dúo alemán de Nicolas Kiefer y Rainer Schuettler. La dupla chilena dominó el primer set sin problemas por 6-2. No obstante los alemanes se reivindicaron en el segundo y tercer set, ganando por parciales de 6-4 y 6-3 respectivamente. El cuarto set es un capítulo aparte, con flor de emociones en el tie break, los alemanes ganaban 6-2, con cuatro puntos de medalla de oro, pero los chilenos sacaron garra y coraje, digna de los dioses griegos, doblándole la mano al destino y adjudicándose el tie break por 9-7. Con ese envión anímico, los tenistas chilenos dieron todo en un set de máxima tensión, con rompimiento de juegos por ambas duplas, cerrando el partido por 6-4, con un Fernando González sólido en el servicio y un combativo Nicolás Massú en la red.
Alegría nacional
Finalizando el partido los chilenos se abrazan efusivamente, expresión de liberación de emociones tras jugar más de 3 horas. Un triunfo que significó el primer oro olímpico para un país pobre de logros deportivos, que llevó al éxtasis colectivo a todo territorio chileno. Ese sábado 21 de agosto de 2004 es recordado con mucha emoción como el día de “los héroes olímpicos”.
Fuente: alairelibre.cl
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