La temporada 2019-2020 estuvo marcada por el éxito de los Green Bay Packers. Así lo reflejó el record de 13-3 durante la temporada regular. Se quedaron a un solo partido de llegar a la Super Bowl. El año de debut de Matt Lafleur fue casi perfecto. Demostró que tiene un plan perfectamente trazado para los de Wisconsin.
El principio del cambio
Durante el año quedó sobradamente demostrado que Lafleur tiene claro lo que se hace. No quiere depender de las genialidades de Aaron Rodgers, como era habitual con Mike McCarthy. Le vimos mucho más encorsetado en el sistema propuesto por su entrenador. Ciertamente, surgió efecto como demuestran los resultados. Aunque no fue suficiente para optar al anillo. También quedaron demostradas ciertas cadencias en el cuerpo de receptores. Así mismo pudimos ver que la línea defensiva necesitaba más y LB más sólidos. Fue un buen año para esta unidad, sin embargo, no perfecto, ya que fueron el décimo equipo en yardas terrestres permitidas con 1921.
Offseason
Agencia libre
Los Packers han tenido algunas bajas destacadas en esta agencia libre. El TE, Jimmy Graham, se fue rumbo a los Bears. Su OT, Bryan Bulaga, hizo lo propio rumbo a los Chargers, pérdida significativa para la OL. También sufrieron la marcha del LB, Blake Martínez, a los Giants. Si es cierto que su rendimiento había bajado. Cosa que no quita que deje un hueco importante en el front seven.
En el capítulo de altas podemos destacar dos jugadores. El primero Devin Funchess, viene a completar el cuerpo de receptores, dándole más opciones de pase a Rodgers. Es lógico dudar de si será el idóneo, ya que viene de un año prácticamente en blanco con Colts, después de su lesión de clavícula. El otro jugador que viene a reforzar a los LBs, es Christian Kirksey, procedente de los Browns.
Draft 2020
Los de Wisconsin contaban con una elección en primera ronda, una en segunda, una en tercera, una en quinta, tres en sexta y dos en séptima. Teniendo en cuenta sus necesidades hicieron un draft poco esperado.
Comenzaron eligiendo en el pick 26 a Jordan Love, QB de Utah State. Hubiera sido una buena elección sin duda, si no tuvieran en sus filas a Aaron Rodgers, con contrato hasta 2023. Subiendo tan alto en un draft para elegir a un jugador que no le sacaras rendimiento en tres años y que aparentemente no necesitas.
En segunda ronda eligieron a A.J. Dillon, RB de Boston College, siendo bueno en su posición, útil para potenciar la versatilidad de Aaron Jones, es un jugador norte-sur.
En tercera ronda eligieron a Josiah Deguara, TE de Cincinnati, jugador que puede ser usado como un fullback, bueno para los bloqueos. Aunque quizá sea una elección demasiada alta.
En quinta ronda eligieron a Kamal Martin, LB de Minnesota, para completar esta posición que tanto necesitan cubrir, siendo un jugador de rotación.
Completaron el draft con tres sextas rondas: Jon Runyan, G de Michigan. Jake Hanson, C de Oregon. Y Simon Stepaniak, G de Indiana.
Y sus dos elecciones de séptima ronda: Vernon Scott, S de TCU y Jonathan Garvin, DE de Miami.
Conclusión
Viendo cuales eran sus necesidades más inmediatas antes del draft, sus elecciones no las cubren. Tampoco se han hecho con los servicios de jugadores importantes a corto plazo. Unido a la polémica más que evidente que ha habido entorno a la elección de un QB en primera ronda.
Parece que ‘la vie en rose’ que nos regaló Matt el año pasado, solo forma parte de eso, del pasado. Aunque ya se sabe que todo se arregla rápidamente con una fórmula sencilla. Victorias.
Foto: usatoday.com, nfl.com
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