NFL Opinión

Jermaine Kearse, un flechazo instantáneo

 

Domingo, 18 de enero de 2015. Son las seis y media de la tarde aproximadamente en Seattle, Washington. El CenturyLink Field es una auténtica caldera ahora mismo. Quedan 11:48 para el final de la prórroga y el marcador refleja un empate a 22 entre Seahawks y Packers. Un billete para la Superbowl XLIX en juego. No hay vuelta atrás. El que anote, se lo lleva.

Primera y diez. Russell Wilson recibe el snap desde la yarda 35 de Green Bay y retrocede 4-5 pasos. Mira a la endzone, lanza rápidamente el balón and… It is caught!!! Seattle is going to the Superbowl!!! Jermaine Kearse!!!

Los gritos de Joe Buck (comentarista de FOX) resuenan en la habitación. Los Seahawks lo han hecho. Han obrado el milagro.

Una tarde de domingo

Todo empieza una tarde de domingo. Bueno no, disculpen. Para ser sinceros, todo empieza un par de días antes. Dos chavales de 15 años, compañeros de una clase de 4° de ESO, comentan tranquilamente durante el almuerzo lo ocurrido en la madrugada anterior en la NBA. Esto ya se ha convertido en rutina. Sus descansos se convierten en pequeñas tertulias donde repasan los partidos más interesantes, las actuaciones más destacadas de la noche y, por supuesto, la actualidad de sus equipos. Uno es fan de unos Pacers en horas bajas, mientras que el otro sigue a unos Spurs que defienden el anillo de campeones.

Es viernes y el fin de semana se presenta muy animado. Queda aún un mes para los próximos exámenes y, por tanto, hay tiempo para ver deporte. Los dos jóvenes están pensando en la NBA, pero uno de ellos informa a otro de algo desconocido hasta el momento.

– Tío, ¿Has visto que este finde son las finales de conferencia de la NFL?

– No, la verdad, no he visto nunca fútbol americano.

– Yo tampoco, pero son a buena hora, ¡podríamos verlas!

Y de esa forma tan espontánea, los dos chicos deciden ponerse ante la pantalla para disfrutar de la final de la NFC en esa tarde de domingo. Quién les iba a decir que, probablemente, fuese una de las mejores ideas que han tenido nunca.

El partido

La final de la Conferencia Nacional se presentaba apasionante. Los Green Bay Packers, liderados por su Quarterback estrella Aaron Rodgers, elegido MVP de la temporada, visitaban a los Seattle Seahawks, vigentes campeones y poseedores de un equipo temible. No sólo por su Quarterback, el escurridizo y talentoso Russell Wilson, que en 3 años en la liga acumulaba las mismas selecciones para la Pro Bowl y se había erigido como uno de los mejores mariscales de la competición. Los Seahawks también tenían a su bestia, el Running Back Marshawn Lynch, una fuerza de la naturaleza capaz de arrastrar defensas en sus carreras y de anotar nada más y nada menos que 17 Touchdowns en aquella temporada. Pero es que no se quedaban ahí, en defensa tenían una explosiva unidad capaz de secar a los mejores ataques de la liga, por lo que fueron conocidos como la “Legion of Boom”. Todo esto les hacía claros favoritos para llevarse el partido, pese a contar con el mismo récord de temporada que sus adversarios (12-4).

Sin embargo, el partido no empezó nada bien para los de Washington. Wilson eligió el peor momento del año para fallar, y completó un primer tiempo horrible, en el que fue interceptado hasta 3 veces por la defensa de los de Wisconsin (luego añadiría una cuarta en el último periodo). Green Bay aprovechó los errores de Seattle y, aunque podía haberles sacado una mayor rentabilidad, el electrónico reflejaba al descanso un contundente 16-0.

El equipo de los queseros se las prometía muy felices, pero los locales estaban dirigidos por una de las mentes más brillantes de toda la liga, el veterano Pete Carroll. Con una sucesión de engaños o “trick plays” perfectamente ejecutados por sus pupilos, consiguió remontar el partido y poner el 22-19 en el marcador a 1 minutos y 25 segundos para el final del tiempo reglamentario, aunque posteriormente el kicker de los Packers, Mason Crosby, lo empataría con un Field Goal a pocos segundos del final.

Nos íbamos a la prórroga, y por tanto a la jugada de la que hemos hablado al principio.

Una recepción increíble

Llegados a este punto, es muy probable que el lector se pregunte: ¿Quién diablos es Jermaine Kearse? ¿Por qué el artículo lleva su nombre y él aún no ha aparecido? Tranquilos, todo tiene una explicación.

El fútbol americano es un deporte muy técnico y táctico, en el que el estudio de los rivales es tremendamente minucioso, y en el que el margen de error es mínimo. Por ello, es un deporte en el que los pequeños detalles marcan la diferencia. Y Kearse fue ese detalle en aquella ocasión. Este receptor, salido de la Universidad de Washington y que no fue drafteado en su momento, nunca fue una estrella. En 2014, su producción se había limitado a poco más de 500 yardas y un Touchdown en toda la temporada. Era un jugador correcto, poco más. Y en aquél partido 4 de los 5 balones que la habían lanzado habían acabado en manos de los defensores rivales. Pero fue capaz de ganarle la partida a Tramon Williams, Cornerback de Green Bay y de hacer una recepción al alcance de muy poquitos. En salto, cayendo al suelo, con un defensor encima y casi sin ver el balón. Pero lo cogió. Hizo estallar de alegría a 65000 espectadores que abarrotaban el CenturyLink Field. E hizo saltar de su asiento a ese joven, casualmente tocayo suyo, que, a casi 9000 kilómetros de distancia disfrutaba de su primer partido NFL.

Fue la gota que colmó el vaso. El momento cumbre de la noche que reafirmó todo aquello que ese chico de 15 años había estado pensando durante el partido. Aquello era una maravilla. Un deporte diferente, con unas características únicas. Algo totalmente distinto a lo que conocía hasta ahora. Emoción, espectáculo, pasión. Se había enamorado del fútbol americano.

5 años después

Un amor que todavía dura a día de hoy. Y que crece día a día. El joven de 15 años ya ha cumplido los 21 y compagina su pasión por la NFL con sus estudios universitarios. No es seguidor de los Seahawks, por cierto. A raíz de aquello llegó la Superbowl, y la primera temporada. Y empezó a investigar, a descubrir equipos y jugadores, y al final, casualidades de la vida, acabó haciéndose fan de la franquicia que juega más lejos de Seattle, justo a la otra punta del país.

Sí, a día de hoy, aquel que escribe esto es un acérrimo seguidor de los Miami Dolphins. Ahora su ídolo es DeVante Parker y está ilusionado con la llegada de Tua Tagovailoa. Vibró con el milagro de Miami hace poco más de un año. Y Jermaine Kearse lleva más de una temporada sin pisar un terreno de juego. Pero puede estar tranquilo, porque gracias a él la NFL tiene un seguidor más desde hace 5 años. Y los que están por venir, que serán muchos.

Fuente imagen:

www.tudn.com

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