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Liga Profesional de rugby en Sudamerica

En Sudamérica y con mucho impulso de los países de la región, se comenzó a gestar a principios del 2019, o fines del 2018, una liga profesional. Fue ahí donde se escuchaban ya rumores de esta gran idea que parecía muy lejana y poco convincente.

El ejemplo del Súper Rugby

Se hablaba de rugby profesional y de franquicias, y la gente ya pensaba en Super Rugby y en lo imposible que eso sucediera por estas latitudes.

Cada país impulso al principio su idea: dos franquicias en Uruguay, dos franquicias en Brasil, una en Chile, una en Paraguay y una en Argentina. También Colombia quería tener una franquicia, cosa que no concretó por un tema de nivel, y con mucha inteligencia salió a declarar que iba a trabajar para poder estar en el 2021.

Rumor va rumor viene, empezó a tomar forma y se fueron escuchando nombres de los Head Coach que habían sido contactados para estar en cada franquicia. Se percibió un “stop” del ruido mediático y se empezaba a ver cada vez mas lejos la idea de que esa liga comience en 2020. Se empezaba a pensar que saltaría un año y su comienzo seria en 2021.

El proyecto pierde fuerza

Luego de mucha agua bajo el puente, la Sudamérica Rugby sacó a conocer los equipos, cantidad de ellos por país y sus Head Coaches. Sucedidas reuniones entre uniones, comités olímpicos, gobiernos y junto con privados, hicieron que esta idea (o sueño) se hiciera posible y se empezara a ver una luz al final del camino para que en este 2020 se estrenara la liga.

La franquicia de Argentina fue la mas fácil en armarse, dado que tenia ya los jugadores y los entrenadores designados para esos lugares. Por tal motivo, fueron los primeros en prender su motor y poner a andar la maquina. La franquicia que le siguió fue la uruguaya, que a diferencia de la Argentina (solo jugadores de ese país), iba a tener extranjeros en sus filas tanto en la parte de los jugadores como en el staff. Las otras tres fueron apareciendo de a poco. Paraguay apostó fuerte con contrataciones llevando todo por delante con una chequera grande. Chile, en las sombras, pero trabajando con un grupo de jugadores de base chilena solida y buscando refuerzos extranjeros que le engranen bien. Por último, la franquicia Brasileña, que con muchos problemas internos en la federación pudo sobrevivir y sacar a flote el barco.

Arranca con precipitación

Finalmente, y con muchas idas y vueltas, el 4 de marzo del 2020 se jugó el primer partido de esta nueva liga sudamericana de rugby profesional. Fue en el Estadio Charrúa, en la ciudad de Montevideo. Peñarol (Uruguay) vs Selknam (Chile) abrieron el torneo, donde el visitante se impuso en un partido muy parejo. Pero el resultado fue anecdótico.

Hablando del juego en si, no se desplegó un gran nivel de rugby, cosa que se podría haber visto venir. Esta nueva versión, por la cual la ovalada estaba volando, se caracterizaba por equipos nuevos, profesionalismo a full y pocos partidos de preparación jugados. Quizás fueron algunos de los problemas por el cual el buen rugby no se asomó. Por supuesto que el favorito Ceibos (argentina) mostró el mejor nivel. Lo cual era de esperarse, no solo por el nivel de los jugadores argentinos sino también por que era el equipo más aceitado y con más competencia anterior como equipo de la liga. En la contracara estuvo Peñarol (Uruguay) y Olimpia (Paraguay), que no estuvieron a la altura de lo esperado, siempre considerando que ambos pudieron llegar a jugar solo un partido. La sorpresa la dió Selknam (Chile). El equipo chileno sumó extranjeros en puestos claves, que junto con los jugadores locales, engranaron muy bien con el funcionamiento del equipo. Por el lado de Corinthians (Brasil), que si bien no pudo debutar en el torneo, si lo hizo en un amistoso en Uruguay contra Peñarol mostrando buenas cosas individuales, pero con mucho por trabajar aun en la parte colectiva. Cabe destacar que presentó un equipo con un 100% de jugadores locales.

En esta joven competencia, se llegaron a jugar solamente 3 partidos, ni dos fechas completas se llegaron a jugar. Y ya todos sabemos el porqué. Pero estos pocos partidos hicieron que el rugby fuera un antes y un después en la región y mostrara que cuando algo se quiere y todos tiran para el mismo lado se puede hacer de muy buena calidad. El público acompañó, lo cual también nos muestra que la gente está hambrienta de nuevas competencias en la región. Muchos jóvenes vieron más cerca una posibilidad de ser profesional en el deporte que aman.

No hay cosas negativas en esta nueva competencia creada, ya que dejó todo por crecer y muchas puertas semi abiertas por aprovechar. La próxima edición de este torneo, o la primera edición completa, llegará con un pan bajo el brazo para el rugby de la región.

2021 te esperamos con ansias …….

@EmilianoCaffera

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