El José María Martín Carpena de Málaga albergaba el segundo y último partido de las semifinales de la Copa de España de Fútbol Sala. Un partido donde se notó bastante menos ambiente que en la primera semifinal, ya que se notó la falta de gran parte del grupo de animación culé, los Dracs.
Comienzo trabado
El encuentro comenzó algo trabado, con ambos equipos desacertados en pases y en posibles combinaciones. Eso si a medida que iban pasando los minutos, muy paulatinamente, los dos conjuntos se iban metiendo en el encuentro.
Pero, el dominio del mismo estuvo a cargo de los de Andreu Plaza, que eran los que iban llegando alguna que otra vez a la meta de Espíndola, aunque sin mucho peligro, eso si.
Un rayo de luz
Poco a poco los minutos iban pasando, pero el juego no brillaba en exceso, por ninguna de las dos partes. De repente un rayo de luz apareció, y ese rayo fue Fernan, que en el minuto 14 clavó una vaselina cruzada inalcanzable para Juanjo.
Y así llegó todo al entretiempo, sin sobresaltos destacables para ningún guardameta, ni ocasiones de peligro claras.
Golpe culé
Tan solo 3 minutos después de reiniciar el juego, Dyego se lo guisó y se lo comió el solo, al marcarse una gran jugada personal con varias bicicletas, que acabó con un gran desborde y un tiro seco que fue directa a la red.
Después del gol culé, la situación se revirtió un poco y el conjunto carnicero fue cogiendo protagonismo en el encuentro y dio un poco de trabajo a Juanjo.
Pero la única ocasión de peligro real culé posterior, la aprovechó Daniel para adelantar a los catalanes, tras una gran jugada personal al mas puro estilo Ferrao, girandose de espaldas y reventando el balón para mandarlo al fondo de la portería murciana.
Portero-Jugador para intentar la machada
A falta de 3 minutos para el final, Diego Giustozzi optó por utilizar la táctica del portero-jugador en busca de una superioridad mayor que le aportara el gol para igualar el encuentro.
Los segundos pasaban y ElPozo seguía volcándose sobre la portería de Juanjo teniendo incluso tres ocasiones claras para poder anotar, pero no consiguieron convertir ninguna.
Asedio carnicero sin premio y sentencia culé
Justo cuando más dentro estaba el equipo murciano, Adolfo se encargó de sentenciar el pase a la final en el último minuto, tras aprovechar un despeje de Darío con la cabeza y empalarla de volea, la cual se coló por debajo de las piernas de Espíndola.
Ya sin tiempo de nada más, con superioridad en pista, Paradynski maquilló el resultado anotando el 3-2 final que de nada serviría.
Imagen destacada vía @sergifutsal
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