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Alt football (I)

El pasado 8 de febrero y tras diecinueve años de ausencia, ha vuelto la inclasificable XFL. No obstante, estos esfuerzos por impulsar competiciones alternativas a la todopoderosa NFL no es algo nuevo, ni mucho menos.

Comenzando por la más antigua de estas ligas surgidas tras el Merger, lo primero que llama la atención es el fracaso de la World Football League (WFL) si se tiene en cuenta que tras el proyecto había un exitoso promotor deportivo –Gary Davidson– y un montón de dólares – Robert Schmertz, Howard Baldwin o John F. Bassett-.

A todo ello se unió una coyuntura sociolaboral que auguraba el éxito de la liga alternativa. Nos referimos a que, en 1974, los profesionales de la NFL eran los deportistas peor pagados de entre las Four Majors. La oportunidad estaba ahí y se virtualiza cuando los Toronto Northmen, de un solo golpe, dejan a los todopoderosos campeones de Miami sin Larry Csonka, Jim Kiick y Paul Warfield por la estratosférica cifra para 1975 de 32.5 millones de dólares. La noticia se convierte pronto en un verdadero movimiento sísmico que se expande por toda la sorprendida NFL. Oakland Raiders pierde a sus dos quarterbacks, el llorado Ken Stabler, que firma con los Birmingham Americans y al iconoclasta Daryle Lamonica, que lo hace con los Southern California Sun; los Redskins ven como su lineman Wilbur se marcha a The Hawaiians; Dallas se deja arrebatar a Calvin Hill y Craig Morton y  The Hawaiians pescan de nuevo en Minnesota y San Francisco, firmando al Pro Bowl John Gilliam y al All-Pro Ted Kwalick.

Cubierta mediáticamente con un contrato con la TVS Television Network, y con comentaristas de la categoría de Paul Hornung, George Plimpton, Alex Karras o McLean Stevenson, el 10 de julio de 1974 se da el kickoff a la competición, calendándose en diecinueve semanas, sin bye weeks, con unos playoffs compuestos por los tres campeones de división y un wild card, para culminar en un World Bowl en la tarde del Thanksgiving Day. Es importante destacar las notables diferencias que en materia reglamentaria existían entre la WFL y la NFL: los touchdowns se puntuaban con siete tantos; las conversiones se conocían como Action Points, y solo podían ser anotadas en jugada de carrera y pase, sin posibilidad de patear; se consideraba válida una recepción con que el receptor tuviera un solo pie en el terreno de juego; las prórrogas eran similares al soccer, con dos partes de 7.5 minutos y sin muerte súbita, jugándose todo el periodo de tiempo o el curioso Dickerod como método de medición del primer down.

Esta temporada inaugural culminó con el I World Bowl, disputado el 5 de diciembre de 1974, en el Legion Field de Birmingham, venciendo el equipo local, que derrotó a los Florida Blazers por un apretado 22 a 21, siendo nombrado MVP de la final el quarterback de los Americans, George Mira.

A pesar del completo desastre económico que fue esta primera temporada tanto para las franquicias como para los jugadores, la WFL arrancó su segunda singladura en 1975 de la mano de Christopher Hemmeter como nuevo comisionado, y con únicamente cuatro de los originales doce equipos en liza en 1974: The Hawaiians, Southern California Sun, Philadelphia Bell y Memphis Southmen. En un desesperado intento por revitalizar la decadente competición, se introdujo en los partidos de preseason la delirante idea de distinguir la posición de los jugadores por el color de sus pantalones… afortunadamente, la ocurrencia se desechó al inicio de la competición. El frustrado intento por parte de los Chicago Winds de firmar a un Namath ya de vuelta, pero con todavía un impresionante tirón mediático, fue la puntilla de una competición cuasi invisible, al perder el contrato televisivo que la sostenía. En la semana doce, la WFL dejó de operar, designándose campeón de nuevo a Birmingham, franquicia que en ese momento poseía el mejor balance de victorias.

¿Qué nos dejó esta competición? Poca cosa. Quizá una interesante escuela de head coaches, como fueron los casos de Jack Pardee, Lindy Infante, Marty Schottenheimer o Jim Fassel y varios jugadores apreciables, especialmente Pat Haden, Danny White, Alfred Jenkins, Greg Latta, o Vince Papale.

@Ignatiusfinch

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