Crónica Rugby VI Naciones

La copa Calcuta vuelve a Twickers

Hay un partido marcado en el calendario de los puristas del Rugby, se juega cada vez que se enfrentan Inglaterra y Escocia y eso lleva pasando desde 1879.

Se trata por tanto de la mayor y más antigua rivalidad del mundo oval. No hay solo rugby, hay honor, escaramuzas, batallas tanto dentro como fuera del campo.

Las semanas previas a esta Calcuta Cup han sido complicadas en el ámbito político para las Islas Británicas. Pero no solo los nubarrones del Brexit se cernían sobre el castillo de Edimburgo, la tormenta Ciara no quería perderse el partido.

Eddie Jones propuso cinco cambios al equipo que sacó en Le Crunch, entre ellos relegó al banquillo a Youngs  por Heinz en el 9, y sigue enrocado en alinear a Curry en el 8 ante la ausencia de Billy Vunipola.  Para Inglaterra estar sin él, es como para el adolescente enamorado el momento de irse el verano entero al pueblo de sus padres, se le hace muy cuesta arriba.

El duelo empezó con una patada profunda caledonia, intentando defender en campo contrario presionando. Pero eso se iba a ir diluyendo como un terrón de azúcar en un té caliente en cualquier cafetería de la Royal Mile.

La delantera inglesa iba a poner en su sitio a la escocesa, provocando indisciplinas que acarrearían varios golpes de castigo. El primero de ellos lo fallaría en el 8’ Owen Farrell, bajo el cada vez más extendido y no por ello menos innoble sonido de viento.

En el 10’ otra indisciplina, esta vez por fuera de juego de su línea haría que esta vez Farrell pusiera el 0-3 en el luminoso de Murrayfield.

En el 15’ tendrían los escoceses  oportunidad de mirar los palos pero el capitán Stuart Hogg decidió buscar una touch a 5 metros. No sacaría nada de ese ataque y se arrepentiría de no buscar palos, como el que se arrepiente de ese último gintonic de la noche.

A partir de ahí, mal día para el rugby y para volar cometas. El partido sería un cúmulo de lanzamientos parciales en las touches, más fallos en lanzamientos a palos del hijo del seleccionador de Irlanda Andy Farrell,  de abuso del kicking game y manos de mantequilla.

Cabe mencionar el mal momento de Stuart Hogg, que recuerda a esos jugadores míticos de baloncesto de la película Space Jam a los que unos marcianitos roban sus habilidades. Si no supiéramos que es uno de los mejores zagueros del mundo y solo nos guiáramos por lo visto en estas dos últimas semanas pensaríamos que es de los peores. Hay que ir pensando que el cambio de los haggis al fish and chips no le ha ido muy bien.

La segunda parte arrancó con un golde transformado por Adam Hastings, hijo de la leyenda Gavin Hastings.

Resultado de imagen de gavin hastings                                                                                                        Getty images

En el 70’ Ellis Genge posó y Farrell convirtió poniendo el 3-10. Luego vendría un golpe de castigo más para cada bando cerrando el partido en 6-13.

Lo único bueno para los del cardo, el bonus defensivo que sumado al que consiguió ante Irlanda, le pone con dos puntos, mientras que los de la rosa de Lancaster sin bonus ofensivo suma los cuatro más el punto de bonus defensivo obtenido en Saint-Denis que le pone con 5.  https://www.sixnationsrugby.com/table/

 Dice un refrán escocés “Little wit o the head gives theft much to do” que traducido viene a ser que poco ingenio de la cabeza le da a los pies mucho que hacer. Esa falta de ingenio se refleja en la ausencia del desterrado Russell, que buenas migas podría hacer en la bisagra con Hastings si Townsend se atreviera a acomodarlos juntos como si hizo Jones con Ford y Farrell.

El mensaje que mandó Escocia a Europa tras el Brexit fue “Dejad una luz encendida a Escocia”. En el plano rugbístico ha habido una vela que ha sido este último ciclo mundialista manteniendo dos años la Calcuta, pero hoy esa luz es muy difusa. Los que debían llevar el candil, se pierden entre cambios de club o país, o en indisciplinas.

Al exiliado en Exeter Stuart Hogg, se le unirá el año que viene el bueno de los Gray. En esa diáspora se encuentran Maitland y Russell también. Unos cobrando libras del banco de Inglaterra en la Premiership y el mago Russell en el lucrativo Top 14 francés.

En este viejo choque entre los auld enemies, fueron los de la rosa de Lancaster los que hicieron un poquito más por conseguir recuperar después de tres años  la copa del elefante y las tres cobras para las vitrinas del templo de Twickenham.

George Ford posa con la preciada Calcuta Cup que premia al ganador del...

          AFP https://www.marca.com/rugby/torneo-seis-naciones/2020/02/08/5e3f07ccca474155118b45df.html

Síganme en @borjapiris y sigan  toda la información de actualidad deportiva en @SextoAnillo, en www.facebook/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *