Muchos ciclistas han destacado este año en el Tour. Seguramente cada uno tenga sus ciclistas predilectos entre todos los que han disputado estas tres semanas. Conoce aquí el equipo ideal que propone Sexto Anillo
El Tour de Francia 2019 es historia. Después de tres semanas llenas de emoción, sorpresas y alguna que otra decepción (especialmente en el tramo final de la carrera) toca hacer balance. Aunque son muchos los corredores que han hecho un gran Tour y que merecerían ser nombrados en esta lista, hay que quedarse con ocho. Este es nuestro equipo ideal de la segunda gran vuelta de 2019:
Egan Bernal (INEOS)
El ganador del Tour de Francia. 22 años tiene el jovencito que ha conseguido al fin el primer maillot amarillo en París para un país tan apasionado del ciclismo como es Colombia. El tercer vencedor más joven de la Grande Boucle está siendo un verdadero prodigio desde su fichaje por Sky/INEOS la pasada temporada. El de Zipaquirá llegaba al Tour compartiendo galones con Geraint Thomas después de la baja de Froome por su caída en Dauphiné.
Favorito en muchas quinielas tras sus triunfos en París-Niza y Suiza, ha mostrado una gran regularidad y ha sido el más decidido de los hombres de la general. Atacó en el Galibier para recortar tiempo al todavía líder Alaphilippe. En un alarde de fuerza, trató de sentenciar la carrera en el Col de l’Iseran el día siguiente, cuyos kilómetros finales canceló la organización debido al temporal. Se vistió de amarillo y aguantó en la última etapa de montaña, donde nadie realmente intentó disputarle la victoria final. Primer Tour pero seguro que no último para el colombiano, que además se lleva el maillot blanco.
Julian Alaphilippe (Deceuninck – Quick-Step)
El gran animador de esta edición del Tour. El francés, que ya había ganado dos etapas y el maillot de la montaña el año pasado, ha querido dar un paso más. Combativo como el que más desde el principio -no en vano ha ganado la supercombatividad– se llevó la tercera etapa tras un sensacional ataque a 16 km de la línea de meta en Épernay. Ese mismo día se enfundó el jersey de líder, que ha llevado durante 14 jornadas.
A pesar de no ser un ciclista de clasificaciones generales, se mantenía día a día con los mejores sin perder tiempo en la montaña e incluso atacando en los Pirineos. Por si fuera poco, se impuso en la contrarreloj individual de Pau por delante de especialistas como Geraint Thomas. Hizo soñar a toda Francia y sonreír a todos con su simpatía y su brillantez sobre la bici. Terminó cediendo en los Alpes para quedarse con un nada desdeñable quinto puesto en la general y el cariño y respeto de todos los aficionados.
Caleb Ewan (Lotto Soudal)
El sprínter que ha dominado las llegadas masivas. Fue el último de los cuatro grandes velocistas de este Tour (Viviani, Sagan, Groenewegen e Ewan) en levantar los brazos, en la undécima etapa concretamente. Sin embargo, es el único que ha logrado repetir victoria. Nîmes fue testigo de su segunda volata en la decimosexta etapa. El ciclista del Lotto Soudal ha sabido meterse en carrera conforme iban avanzando las jornadas para superar al tren del Deceuninck y las potentes arrancadas de Groenewegen. La superioridad de este debutante en el Tour respecto al resto de esprinters quedó fuera de duda con su tercer y último triunfo en los Campos Elíseos.
Simon Yates (Mitchelton-Scott)
El mejor fugado en la montaña. Tras disputar la general del Giro, no estaba previsto que Yates acudiese al Tour, donde sí estaba confirmado su hermano Adam como jefe de filas del Mitchelton-Scott. El ganador de la Vuelta a España se había ido descolgando del pelotón en todas las primeras etapas de la ronda francesa, reservando fuerzas, de forma que llegó a los Pirineos con mucho tiempo perdido en la general.
Fue ahí donde comenzó el festival: fuga y victoria para el británico en la primera etapa pirenaica con final en Bagnères-de-Bigorre. Y, de nuevo, fuga y victoria tres días más tarde en Prat d’Albis, llegada en alto donde los de la general no fueron capaces de darle caza. Volvió a estar presente en la última semana de carrera, protagonizando algún ataque sin éxito y entrando en el grupo de los mejores en la última etapa de montaña del Tour. Todo un ejemplo de cómo los hombres de la general pueden reinventarse, buscar y encontrar protagonismo y éxito de distintas maneras.
Thomas De Gendt (Lotto Soudal)
El corredor que dignifica el ciclismo. El belga del Lotto Soudal es conocido por el público por ser un infatigable cazador de fugas, y en el Tour ha vuelto a hacer de las suyas. De todos los kilómetros que ha recorrido escapado, los de la octava etapa con final en Saint-Étienne fueron los que fructificaron en victoria. Y eso a pesar de que terminó dejando atrás a todos sus compañeros de fuga y de que Alaphilippe y Pinot con su arrancada en los últimos kilómetros le pisaron los talones.
De Gendt ha dado alas a las fugas en las que ha estado presente, aunque no sea capaz de rematar la faena en todas las ocasiones. En el Tour hemos podido verlo ayudando a su compañero Wellens a consolidar el maillot de la montaña o atacando a dúo con él “simplemente para tener fotos de ambos en solitario”, como ha dicho por Twitter. Un ciclista difícil de no admirar.
Thibaut Pinot (Groupama-FDJ)
El gran aspirante que se quedó por el camino. Pinot se puso al ataque desde que comenzó el Tour. En la primera etapa de montaña (Belles Filles) demostró su buen estado de forma. Además, fue el único capaz de salir con Alaphilippe cuando este atacó camino de Saint-Étienne en la octava etapa. Todo ello lo hizo posicionarse muy bien de cara a la general.
Aunque le pillaron los abanicos de la etapa de Albi, donde se dejó 1′ 40″, siguió siendo el más ofensivo de todos los hombres de la general y el más fuerte en los Pirineos. Prueba de ello es su gran victoria en la cima del Tourmalet en la etapa 14. Su solidez en la montaña y la confianza demostrada día a día lo colocaron como uno de los favoritos al maillot amarillo. Sin embargo, todas las ilusiones se vieron truncadas con su obligado abandono entre lágrimas al comienzo de la decimonovena etapa debido a una lesión en el muslo.
David Gaudu (Groupama-FDJ)
El mejor gregario del Tour. 22 años tiene este francés que ha sido la mano derecha de Pinot hasta su abandono en la etapa 19. Su duro trabajo al frente del pelotón en la montaña descolgó a corredores muy importantes y puso en jaque a algunos de los favoritos, como en la etapa del Tourmalet y la de Prat d’Albis. En la tercera semana no perdió fuelle y ha terminado 13º en la general, además de segundo en la clasificación de los jóvenes. Algunos ya empiezan a pedir para él el liderazgo en otras carreras de importancia.
Marc Soler (Movistar)
Un gregario de lujo para un equipo que ha dado muchos palos de ciego. En un Tour en el que el Movistar Team ha vuelto a caracterizarse por su descoordinación, el trabajo de Soler (25 años) ha sido lo más destacable junto al de su compañero Andrey Amador.
Impuso un durísimo ritmo en el Tourmalet -que dejó fuera de combate al propio Quintana- y también en la subida al Col d’Izoard, ya en los Alpes, donde redujo considerablemente el pelotón. Además, se metió en varias fugas, bien como parte de la estrategia del equipo (en la jornada de Prat d’Albis), bien para buscar la victoria parcial (en la novena etapa con final en Brioude).
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