Egan Bernal sitúa a Colombia en el mapa internacional y parece que será durante mucho tiempo.
Horas después de que los jueces del Tour se vieron obligados a cancelar el tramo final de la etapa 19 (viernes) por las difíciles condiciones ambientales que generaron una avalancha de nieve y lodo, tuvieron que recortar a 59km la etapa de hoy sábado por razones similares, quedando un único ascenso en el tramo final, el puerto de Val Thorens.
Habiéndose vestido Egan Bernal de amarillo el día anterior y convertido en el tercer colombiano en la historia del Tour en hacerlo luego de Víctor Hugo Peña y Fernando Gaviria, se supo que Geraint Thomas le prometió trabajar por él al día siguiente, de modo que el Escarabajo mantuviera el maillot jaune hasta Paris. Esto sin duda fortaleció mucho más a Egan emocionalmente y nos entusismó a todos los colombianos.
Ya en carrera, cuando empezó el ascenso al puerto, fue el Jumbo–Visma quien asumió el liderato del grupo donde marchaba Egan. La estrategia era una sola: reventar fisicamente a Alaphilippe de modo que Kruijswijk pudiera acomodarse en el podio. Impusieron un ritmo de subida tan fuerte que varios fueron los damnificados.
Cuando los soldados del equipo holandés también sucumbieron por su propio ritmo, fue el Bora quien asumió la punta. Tras ellos, el Ineos haciendo una hermosa apología a lo que eran como Sky y que poco se vió en esta edición, subía con sus soldados, uno tras otro.
Se esperaban feroces ataques del Bora y del Jumbo que nunca llegaron, salvo un tímido intento por parte de Buchmann que fue rápidamente neutralizado por Thomas. Egan que se vió por un instante cortado, también respondió y allí se sentenció todo.
Adelante, y haciendo honor a aquellos ciclistas épicos de Italia y con sed de revancha con la vida misma que un año antes lo tiró de su bicicleta en el Tour y lo hizo abandonar tras chocar con una moto de la organización, el “tiburón de Messina”, Vicenzo Nibali emprendió una fuga en solitario que lo llevó hasta meta y levantó sus brazos tras alcanzar victoria de etapa.
Bardet, quien también había sido damnificado por el ritmo del Jumbo, logró retener su maillot de pepas rojas y coronarse como rey de la montaña.
Una sola alegría
Hasta aquí el resumen de lo más destacado de la etapa. De ahí en adelante fue solo fue orgullo, gloria inmarcesible y júbilo inmortal. Por fin, luego de que hace 44 años, Martín Emilio “Cochise” fue el primer latinoamericano en correr un Tour de Francia, el sueño amarillo se nos volvió realidad en Colombia. Un pequeño Escarabajo de tan solo 22 años pero con una mentalidad de un hombre de 35 años, se consagró como uno de los mejores ciclistas no solo del país sino del mundo entero.
Egan Bernal, quien confesó que cuando afrontaba un puerto largo y difícil en esta edición, se transportaba mentalmente a la subida que de Pacho conduce a su Zipaquirá natal, el Alto del Águila, demostró que cuando se tienen los pies en la tierra y se respetan las jerarquías, la vida misma se encarga de devolvernos ese respeto y nos pone en una posición de privilegio. Tal y como lo dijo un periodista del Canal Caracol, “hay que respetar las carreteras, porque más adelante serán esas mismas carreteras las que te den el respeto”. Egan asumió su rol en este Tour desde el inicio como un gregario más, como uno más de los soldados del Ineos listos a proteger a su líder y vigente campeón del Tour.
Todo el mundo sabía ya de la categoría de Egan como ciclista y de su madurez mental. Hombres como Contador y Merckx lo dieron como favorito desde el comienzo, su nombre era el más apetecido en las casas de apuestas del mundo, pero él no se dejó amilanar. Se mantuvo tranquilo y sereno y apoyó a Thomas hasta que éste y su equipo mismo le dieron luz verde para empezar a descontar tiempo y vestirse de líder.
Gracias Egan, gracias por darnos esta inmensa alegría, gracias por ser un ejemplo para todo el país. Pero gracias también a Sergio Henao, a Rigo Urán y a Nairo Quintana quienes lucharon hasta el final y quienes seguramente mañana estarán en la foto de los Elíseos brindando contigo. Gracias a los 4 por motivarnos a los que somos ciclistas, gracias por enseñar a niños y niñas que con trabajo duro y dedicación, los sueños y las estrellas se alcanzan.
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