Construir una vida tenística no es fácil. Es un deporte muy individual, en donde te vas a encontrar muy solo en algunos momentos, y quizás sin nadie que te apoye.
En deportes colectivos como el fútbol, baloncesto, voleibol, etc, uno depende del nivel de otros compañeros para lograr triunfos y otros logros, como también uno puede resaltar individualmente en nivel o calidad en comparación con el resto de tu equipo, pero si no tienes un tremendo talento también puedes quedar detrás de muchos compañeros, como ser suplente o reserva de un titular indiscutible. Eso también tiene su contra en los deportes colectivos.
Y están los deportes individuales, donde solo dependes de ti para lograr éxitos en tu carrera. Así como en los deportes grupales están los pros y contras, aquí también tenemos de lo mismo. Por ejemplo, en un deporte tan individual como el tenis, atletismo, etc, no vas a depender de un golazo de tu capitán o un error de tu arquero (fútbol), sino que dependes solamente de ti.
Si no estás en tu día, realmente puede que no te funcione nada. Hasta a Roger Federer o Rafael Nadal les pasa que si no están en su día (que son pocos) pueden perder contra deportistas de un nivel muy inferior al suyo. Pero así de exigente es este deporte. Y las ventajas de este, es que tienes más libertad de poder hacer todo a tu ritmo; si eres un tremendo talento, puede que a los 15-16 años ya estés metido en el ATP Tour, pero también si eres un tipo que no lo tiene fácil, puedes empezar a lograr grandes éxitos a los 25.
Después de esta “introducción” a los deportes, tanto colectivos como individuales, nos metemos de lleno en el desarrollo de esta vida tenística.
Uno empieza a jugar entre los 5-10 años y empieza a formar una vida tenística. En la parte en que nos desarrollamos (crecemos en altura, músculos, peso, etc) comenzamos a moldear nuestro estilo de juego, qué es lo que más nos acomoda, etc.
Como dije anteriormente, unos pueden que lleguen al Tour a los 16 años, y otros que prefieren construir más su forma de juego y llegar bien preparados a una edad de 21 aprox. Lo importante es, en qué país vives, cómo es tu situación económica, si tu país genera muchos deportistas de elite, etc. Ese es un gran problema que hace que muchos jóvenes no puedan cumplir su gran sueño de algún día ser tenista profesional. Si estás en un país que salen dos jugadores de “elite” por década, es un problema. Si no puedes compatibilizar los estudios con el tenis, es un problema. Si en lo económico realmente no te da, es un problema. Y así es una cadena.
La pregunta es, ¿cómo un joven que lo único que quiere es ser tenista, pueda lograrlo ante todas estas dificultades? Es difícil, pero a veces ocurren milagros que uno no puede imaginarse.
Si nos preguntáramos; ¿que habría ocurrido si Federer elegía un camino distinto al del tenis? ¿Qué habría pasado si él hubiera elegido ser ingeniero u otra cosa? ¿De cuanto talento nos habríamos perdido? Eso sería un claro desperdicio de talento por ejemplo.
El antes es la formación que uno recibe cuando es joven, es lo que se empieza a construir desde pequeños. El después es cuando un jugador logra meterse en la élite del tenis, cuando ya te asientas en el top 100 y logras todas las comodidades que tienen los tenistas de élite.
Lo clave es trabajar duro y hacerlo con orgullo, sabiendo que te vas a dedicar a eso todos los días de tu vida. De que te vas a levantar con la felicidad de tener que entrenar tenis un nuevo día.
Lo clave es nunca rendirse
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